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Nafarroa :: 02/06/2015

Que Gbai, EH Bildu , Podemos e I-E den un paso atrás

Borroka garaia da!
El cambio vendrá de la posibilidad de acabar con la vieja política. De ayuntamientos donde no mande el ayuntamiento sino que obedezca.

Cierto es que estos han sido los partidos que aúnan una posible mayoría parlamentaria que pueda desbancar a UPN del gobierno foral. Cierto es también que diversos acuerdos serán necesarios para hacerlo efectivo. Sin embargo, no menos cierto es que detrás de la representación alcanzada se encuentran decenas y decenas de miles de personas con las que el único contacto requerido es depositar un papel en una urna cada cuatro años. A no ser que algún partido se convierta en demasiado peligroso y acabe ilegalizado.

Para la vieja política basada en la representación institucional y el partidismo, son los partidos y sus estructuras directivas los que generalmente de espaldas al pueblo llegan a acuerdos y desde las tribunas que el sistema les ofrece intentarán organizar algo que en realidad no les corresponde, suplantado realmente la voluntad popular mediante la delegación y reproduciendo una y otra vez las estructuras base de poder. Es por ello que el régimen ni ha caído, ni lo era de UPN. El régimen sigue existiendo y lo seguirá haciendo hasta que se alcancen una serie de condiciones.

Un régimen es un sistema institucional, es el conjunto de instituciones políticas por medio de las cuales un Estado organiza la manera de ejercer el poder sobre la sociedad. Tanto el régimen como el estado nunca son neutros, obedecen a una dictadura de clase que hizo surgir ese régimen y esa institucionalidad. El régimen que tenemos en Euskal Herria es el régimen burgués capitalista de los estados español y francés implantados en nuestro país tras un proceso largo y sangriento de opresión nacional, un proceso imperialista. Y ese es el régimen, no existe ningún otro. Control de capital y fuerza militar, ayudado de su propio proceso de hegemonía, represión, y su institucionalidad correspondiente.

¿Recuperar el poder para todos y todas, enterrar un viejo régimen, ganando las elecciones en Nafarroa Garaia?. Hay que tener mucha confianza en el régimen y en sus instituciones para poder decir algo así. Y lo cierto es que es así, hay mucha confianza en las instituciones y en el régimen, como si fuera un problema de elecciones y castas políticas que una vez sustituidas ya está todo ganado.

Pero no lo está, ni mucho menos. No se puede dejar solo en manos de políticos ni de personalismos semejante tarea. Ya que de hacerlo no se estará cambiando de régimen sino gestionándolo mejor o peor.

En Nafarroa Garaia hay posibilidad de quebrar una forma de gestionar el poder y los partidos políticos deberían ponerse al servicio de ello y amoldarse para llevarlo a cabo pero la clase trabajadora navarra es la que debe ponerse al frente para un cambio real.

Esto supone que de las palabras se pasen a los hechos. Tanto EH Bildu como Podemos e incluso I-E han expresado una y otra vez su voluntad para que el pueblo desde la base sea el protagonista del cambio. Pero eso va a ser imposible si de nuevo todo queda en discusiones de despacho, personalismos e intereses partidistas mientras el pueblo sigue de espectador de un espectáculo al que como mucho es invitado a observar y participar muy calculadamente.

Es ahora cuando la sociedad organizada, tiene que demostrar más rebeldía y audacia que nunca para dejar el régimen atrás. De lo contrario, el proceso puede ser similar a lo ocurrido infinidad de veces a lo largo de la historia. El cambio no lo puede ni va a liderar ninguna personalidad ni partido o partidos.

Es el momento ahora mismo de que atruene esa Nafarroa insumisa de siempre, esa que no acepta que el imperalismo tenga campos de tiro en las Bardenas, esa que no acepta que se de la espalda a la cultura navarra y a los lazos que tiene un pueblo, esa que ha llenado siempre los barrios y pueblos de auto-organización y auto-gestión. La que defendió en tejados el Euskal jai. La que no acepta que se llenen de represión y autoritarismo las calles. La del brillo de las chispas de la rotaflex.

Esa Nafarroa insumisa que han querido maniatar por tanto tiempo y que aún tiene memoria histórica.

No, el cambio no vendrá de partidos, ni de la gestión institucional. No lo traerá ni Barkos ni Asiron. El cambio vendrá de la posibilidad de acabar con la vieja política. De ayuntamientos donde no mande el ayuntamiento sino que obedezca. De un parlamento foral donde no gobiernen partidos, sino la clase trabajadora navarra. Y para eso existen mecanismos y experiencias de donde aprender o reaprender. Y miro a Marinaleda, miro a los gaztetxes, miro a las comunidades zapatistas, miro a las cooperativas no empresariales, miro al movimiento popular navarro, miro al movimiento juvenil. Al feminista o al ecologista.

La vieja política está basada en el delegacionismo, el personalismo , en la “participación” controlada, y en la neutralización del movimiento popular, no en la democracia directa ni en sujetos emancipados. Claro está, dar el salto a ello supone abandonar el institucionalismo autocentrado, el conservadurismo, apostar por la confrontación, en confiar en el pueblo y no pretender que el pueblo confíe en ti. Político profesional.

Me gustaría ver una Nafarroa llena de asambleas, un movimiento popular en plena confrontación abierta con el estatus-quo levantando un contrapoder y que este no sea condicionado por las instituciones. Que el centro de ebullición del debate sea la propia sociedad navarra y no el parlamento. Que sean comunes las consultas populares, la acción directa y la rebeldía. Me gustaría que todo eso sea así, porque eso realmente significaría que el cambio se va abriendo paso. Si no es así, si la complacencia se instala, si se instala la contención, si se queda el “a ver que pasa” en vez del “vamos a que pase esto”, si se queda todo entre partidos y entre paredes, el péndulo volverá, un péndulo que para la izquierda ha vuelto demasiadas veces. Y al final nada cambiará, o lo poco que cambie será de nuevo enterrado para pasar a ser una nueva lágrima en la lluvia de la historia de la izquierda y los pueblos.

Las jóvenes valientes, los desplazados, las insumisas, los precarios, las radicales, los buzos y los delantales, los y las nadie. Esas deben ser las presidentas de Nafarroa Garaia y de toda Euskal Herria.

https://borrokagaraia.wordpress.com/2015/05/31/que-gbai-eh-bildu-podemos-e-i-e-den-un-paso-atras/

 

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