Athletic celebración lamentable

Tras dos partidos de futbol en tres días entre un equipo vasco integrado por jugadores millonarios prematuros y otro catalán de millonarios prolongados con resultado favorable a los primeros, Athletic Club, y entrega del trofeo, una copa, empieza el delirio.

El PNV ordena el festejo ya previsto para obtener el máximo rendimiento político, consciente de que sus fieles servidores, ETB y El Correo cumplirán exhaustivamente el manual habitual para estas ocasiones. El Ayuntamiento de la villa y la Diputación serán los protagonistas diferidos de esta gigantesca manipulación social.

Empezando por el bochornoso espectáculo de la basílica de Begoña, uno de los tópicos del conservadurismo catolicista colectivo con un cura haciendo estupideces con la copa convertida en cáliz en un jolgorio impropio de un templo al que jamás acuden, salvo funerales, los beatos del balón y sus directivos, profanando el recinto con el regocijo eclesiástico quizá a cambio de una sustanciosa prima o limosna.

Calculados discursos del Diputado General Rementería, del alcalde protortura toros Aburto, en la actual línea PNV foral con reiterativos rutinarios ensalzamiento provincialistas, Bizkaia, bizkainos. Parece que la palabra Euskal Herria les molesta en un club donde la mayoría de la plantilla son de otros herrialdes, hecho en absoluto censurable sino totalmente aceptable por su sentido de país.

Escasísimas ikurriñas, el otro día en San Mamés y en estas multitudinarias concentraciones públicas al menos aprovechando la gran difusión televisiva. Se debería hacer, como la afición catalana con su bandera, de la ikurriña un símbolo muy predominante, incluso mostrando una gigantesca, ya que todavía tiene un imprescindible sentido reivindicativo. Se supone que sus portadores asumen la pasión por el Athletic a pesar que hay muchos seguidores del club que se proclaman ser de Bilbao y sólo Bilbao, tetrabilbainos, por los cuatro costados, como el difunto Azkuna y que habitualmente esconden ser unos españolazos nacidos en territorio vasco.

Nadie ha tenido, como era previsible, un recuerdo para los ausentes que incluso muchos serán seguidores del Athletic como los prisioneros políticos vascos. Y lo más denigrante que evidencia una memoria caducada, solo se acuerdan los políticos de los votos y los futbolistas de los resultados y todos quizá del número de la cuenta. Nadie, absolutamente ninguno lo que revela su nula sensibilidad, insolidaridad y catadura ha tenido el menor recuerdo a Iñigo Cabacas asesinado (2012.04.05) por la Ertzaintza cuando estaba de modo espontáneo en la calle haciendo lo mismo que ellos, celebrar un triunfo de un equipo que le apasionaba. La villa y el club están en una alarmante deuda con Cabacas.

También sorprende que no haya algún millonario prematuro en la plantilla del Athletic o un directivo que con un elemental sentido de la cortesía y la oportunidad sea capaz de sugerir, sino ordenar, al final del partido y más después de ganar dar la vuelta en el Camp Nou, ocasión irrepetible, con la senyera y la ikurriña, como hicieron años atrás en otras finales, habiendo ganado, los grandes jugadores catalanes y singulares personas del Barça Puyol y Xavi en un inmenso gesto de cordialidad apenas agradecido, como es desgraciadamente habitual desde Euskal Herria, en esta asimétrica empatía. ¿Con qué valores de identidad se involucran estos deportistas tan indiferentes a muchos acontecimientos en los que su asistencia o compromiso sirven de referencia simbólica para muchas personas especialmente los jóvenes, Korrika, Gure Esku Dago, etc.?  Más que lamentable, decepcionante.

De tantas decenas de miles de personas que asistieron a esta duplicada y oportunista celebración político deportiva como un síntoma parcial de identidad, obviamente más justificado en el Athletic que en otros equipos, ¿cuántos acudirían a exigir o proclamar unilateralmente la independencia de Euskal Herria?

Una villa en la que ni siquiera las instituciones y otros oportunistas como Metro Bilbao, BBK, Universidad de Deusto colocan enormes franjas rojiblancas y rechazan la ikurriña incluso en Aberri Eguna.

ETB o ATB

La televisión pública vasca va a la deriva desde hace demasiados años, mucho antes de que la controlaran los españolistas del PSOE. Programa hasta la saciedad cualquier partido de futbol, aunque sea un amistoso de verano, especialmente si es del Athletic hasta el punto que su acrónimo  ETB es más que Euskal Telebista, ATB Athletic Telebista Bilbao. En Euskal Herria hay más personas  que contemplan la televisión  en muy diversos lugares y con aficiones muy distintas. Para esos menesteres y otros similares ya está TeleBilbao.

Una muestra, el deplorable lenguaje que utiliza, definir los entrenamientos de los equipos de unas dos horas como “los jugadores han trabajado” es un insulto a millones de personas  que cada día cumplen con una obligación por un salario digno, no por millones.

La transmisión de la celebración y el programa Sin ir más lejos, donde se censura cualquier llamada crítica con el tema del día, en conexiones directas al festejo fue una vez más abusiva aburriendo a muchísimos espectadores con declaraciones de  personajes intrascendentes sino vulgares, la periodista, excesivamente protagonista  haciéndose la graciosilla, que les entrevista en español, ya condiciona la respuesta, pero al parecer con el deporte vale todo; hay otras reporteras más sensatas.

El fútbol manejado como instrumento de intoxicación progresiva y masiva, aprovechando una ilusión deportiva y ETB, como siempre al servicio de la banalidad.

La irracionalidad se prolonga hasta el aeropuerto donde además de la chorrada de los chorros de agua al avión que despagaba con los futbolistas han puesto el himno del club en la megafonía  de la terminal de Loiu, molestando a todos los demás viajeros. En suma, por un trofeo de escasísima relevancia unos desproporcionados actos de plebeyez provinciana.