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Estado español, Medio Oriente :: 08/10/2015

Las "comisiones petrolíferas sauditas" o el origen de una inmensa fortuna

Máximo Relti
¿Por qué la casa real española no pedirá clemencia para el joven que será crucificado en Arabia Saudita?

En próximas fechas el joven Ali Mohammed al-Nimr, ciudadano de la Arabia Saudita, será decapitado y, posteriormente a su muerte, su cuerpo será crucificado tal y como lo determina la legislación de ese país.

El joven Alí fue detenido en el año 2012 en el curso de una manifestación en contra de la Monarquía autocrática saudita. En el momento de su detención Mohammed contaba tan sólo con 17 años. Las manifestaciones de protesta en las que Alí participó exigían democracia para un país que vive bajo un régimen medieval, con una legislación propia de un sistema feudal y en donde domina una arbitrariedad difícilmente imaginable.

¿POR QUÉ ARABIA SAUDITA NO SUELE SER NOTICIA EN LA PRENSA MUNDIAL?

Del sistema político saudita hablan poco los periódicos españoles, y occidentales. No se trata de un simple "olvido" o de un inexplicable "desconocimiento", por parte de los de los medios de comunicación internacionales de lo que ocurre en ene inmenso país de 2.240.000 km² y 27.600.000 habitantes. Existen poderosísimas razones para que el mutismo envuelva frecuentemente todo aquello que ponga de manifiesto la crueldad de un sistema monárquico sólo comparable con las autocracias coronadas de hace cinco siglos.

Arabia Saudita, como se sabe, esconde en su subsuelo una incalculable riqueza petrolífera. A este hecho significativo viene a añadirse su alianza geoestratégica con los Estados Unidos en Oriente Medio. Fue precisamente esa Monarquía la que se encargó de financiar al llamado "Estado islámico", en su lucha en contra del gobierno sirio de Al Assad.

Sucede, además, que las grandes compañías petrolíferas estadounidenses tienen inmensas fortunas invertidas en ese país. Con Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos y Catar, Arabia Saudita forma parte de una poderosa coalición de príncipes reaccionarios que sirven no sólo a los intereses militares de los Estados Unidos en la zona, sino que conjuntamente imponen en los mercados internacionales el precio del petróleo, atendiendo a las órdenes de Washington.

Desde el punto de vista de los medios de comunicación internacionales, en manos de poderosas corporaciones fundamentalmente norteamericanas, puede entenderse cuál es la razón por la que las noticias provenientes de Arabia Saudita son pasadas por un escrupuloso filtro censor u obviadas como "no relevantes".

¿POR QUÉ ARABIA SAUDITA NO APARECE COMO TEMA EN LAS "TERTULIAS" MEDIÁTICAS ESPAÑOLAS?

Pero, si eso sucede en el plano internacional, en el caso específico de España hay razones agregadas y muy particulares que pueden explicar también el mutismo hermético de la prensa acerca de lo que acaece en la geografía de la península arábiga.

Hace unos días, la oficina de atención diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores español se negó a responder en redondo a las preguntas de una conocida publicación digital madrileña sobre cuál era la posición del Ejecutivo español en relación con la próxima crucifixión del joven Ali Mohammed al-Nimr. Ni que decir tiene que el gobierno español - ni el de ahora ni los que lo precedieron - ha formulado nunca ningún tipo de reclamación en torno a la situación de los Derechos Humanos en Arabia saudí.

En relación con la fastidiosa interrogante que la publicación digital aludida le planteó a las autoridades españolas, el Ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno de Rajoy despachó olímpicamente el asunto con una nota harto significativa:

“Como respuesta a su pregunta, este Ministerio ha expresado en numerosas ocasiones que ‘España se opone a la pena de muerte en todo lugar y circunstancia, por considerarla un castigo cruel, inhumano y degradante, sin efectos probados en la prevención del crimen, y sin posibilidad de reparación en caso de error judicial’. Así lo puede comprobar usted en nuestros comunicados oficiales, para lo que le rogamos consulte nuestra página Web”. Lo cierto es que el gobierno de Rajoy ni la Casa Real han eludido cuidadosamente pronunciarse sobre la horrible muerte que espera a un joven saudita que osó plantarle cara a un sátrapa. ¿Por qué es actitud en un gabinete que no duda en reclamar con velocidad de rayo la aplicación de los "derechos humanos" a gobiernos que no le son políticamente simpáticos?

Y a todas estas, ¿cuál fue el pronunciamiento del principal partido de la oposición? La postura del PSOE sobre el caso ha sido esencialmente la misma que la del Gobierno, pero tratando de manejar con pinzas el tema a través de los habituales recursos "ad hoc" para la ocasión. Según el responsable de movimientos sociales, García del Blanco, se trataba obviamente de una "sentencia arbitraria y sin seguridad jurídica” pero, no obstante entendían perfectamente las evasivas de la Casa Real pues - dijeron - “su el papel de es de representación y hay que ser muy cuidadoso con las medidas que adopta la institución en estos casos”.

Hace tan sólo un par de semanas, gobierno y oposición, acompañados por los pronunciamientos públicos que Felipe González, Pedro Sánchez y José María Aznar al consuno, no tuvieron reparos a la hora de ocupar conjuntamente los grandes titulares de la prensa y la televisión, protestando airados por la sentencia a varios años de cárcel pronunciada por un Tribunal venezolano contra Leopoldo López, por participar en una tentativa de golpe de estado en contra de un gobierno democráticamente elegido por la mayoría de los venezolanos. ¿Por qué tanta "sensibilidad humanitaria" para unos casos, y tan poca para otros? La respuesta parece obvia.

LAS "COMISIONES PETROLIFERAS SAUDITAS" O EL ORIGEN DE UNA FORTUNA

La clave del silencio español hay que encontrarla en las históricas y "estrechas" relaciones entre ambas Monarquías. Ninguno de los grandes medios de comunicación del Estado español se han atrevido a lo largo de las tres últimas décadas de Monarquía juancarlista, a profundizar ni tan siquiera superficialmente, sobre cuál era la esencia de esas "relaciones". Se trataba de un secreto a voces, del que solo unos pocos osaban hablar.

El rey Juan Carlos es hoy, según las publicaciones especializadas en este tipo de temas, una de las fortunas personales más voluminosas de toda Europa. Los cálculos más conservadores la estiman en unos 1.500 millones de euros. Sin embargo, antes de la muerte del dictador, según diferentes testimonios, su sobrevivencia económica fue posible gracias a las "generosas aportaciones" de la aristocracia madrileña, que con su contribución esperaba ver en el futuro compensado su "esfuerzo" económico. ¿Qué fue lo que le permitió al monarca heredero del franquismo amasar tan inmensa fortuna a lo largo de sus 30 años de reinado?

El hoy catedrático de Economía, Roberto Centeno, era en los últimos años de la década del 70, Consejero delegado de la compañía CAMPSA. Tenía, además, el mandato expreso del gobierno de Adolfo Suárez de conseguir petróleo al precio más barato posible, debido a que por entonces la carencia española de suministros energéticos era extrema. Roberto Centeno, es un hombre de derechas y, quizá justamente por ello y por haberse movido libremente en los entresijos de las clases dominantes, su testimonio sobre el tema - que no es ni mucho menos el único - tiene un doble valor.

Según el catedrático Centeno, el rey Juan Carlos, su amante Corinna así como su testaferro, el hoy fallecido Manuel Prado y Colón de Carvajal, cobraban unas suculentas "comisiones" del petróleo que proveniente de Arabia Saudita se importaba a España. Centeno ha hecho cálculos acerca del monto de lo que se llevaba el rey Juan Carlos en "sus comisiones petrolíferas". El entonces consejero de CAMPSA se encontraba en inmejorables condiciones de poder hacerlo, gracias a la alta la responsabilidad que ocupaba en esa Compañía. Entre otras conclusiones, los cómputos realizados por Roberto Centeno le llevaron a estimar que España pagaba el petróleo mucho más caro como efecto directo de la "intermediación" del ex monarca.

Él lo cuenta de esta forma: “La cifra no la recuerdo exactamente, pero había un sobrecoste. Es decir, entre comprarlo directamente, que estábamos hablando de treinta y tantos dólares de aquellos años (si le ponemos la inflación ahora no sé cuánto saldría, desde luego el doble o el triple)… Pero, en fin, había comisiones que podían oscilar entre 1 y 2 dólares por barril y eso es una barbaridad por la cantidad de barriles de petróleo que caben en un superpetrolero. Un petrolero de 200.000 toneladas lleva entre 1.400.000 ó 1.600.000 barriles. Entonces estamos hablando de que un petrolero le puede producir en aquel momento un beneficio de 2 millones de dólares del año 1979. Eso son palabras mayores”.

En la actualidad no disponemos de datos que no permitan afirmar si el ex monarca Juan Carlos continúa o no percibiendo aquellas suculentas "comisiones petrolíferas". Pero lo que es cierto y fácilmente constatable a través de las noticias de prensa, es que el ex rey de España continúa visitando con asidua frecuencia al autócrata de turno en la Arabia Saudita.

¿Puede explicarse ahora el lector las razones por las que ni la Casa Real ni el Gobierno español están en condiciones de reclamar "clemencia" para el joven que será próximamente crucificado por reivindicar democracia para su país?

Canarias-semanal.org

 

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