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Madrid :: 16/02/2004

Comunidad ACP, la vergüenza de Indymedia

Carlos Rivadeva - La Haine
ACP-Indymedia Madrid(1) es, en el estado español, la única web de la red Indymedia en la que cuando los usuarios cuelgan una noticia en el espacio de "publicación ab

Los editores de ACP-Indymedia Madrid tienen los pies metidos en una ciénaga. Decidieron formar parte de una red internacional de páginas web, Indymedia, que estaba demasiado a la izquierda para sus intenciones. Esta red les proporcionó una rápida propaganda en Internet pero, por contra, desde el principio una parte de sus lectores eran anarquistas, independentistas, militantes del movimiento anticárceles, etc...

Esto nunca fue recibido con agrado ya que ponía en riesgo la línea ideológica moderada que los editores pretendían establecer en la web. Así, inventaron lo que llaman "Comunidad ACP": los que firman la "Declaración de Intenciones" del colectivo editorial (inspirada en la película ultra-comercial Matrix) pueden puntuar las noticias y supuestamente definir el contenido de la columna derecha de la página principal. Los miembros del colectivo editorial alardean de que hoy en día la Comunidad ACP está formada, además de ellos, por "cientos de usuarios", pero no hace falta más que echar un vistazo a las noticias de la web para comprobar que la media de puntuadores no supera los diez (¿cuánta gente forma el colectivo editorial?).

El resultado ha sido que cuando algunos activistas cuelgan noticias "peligrosas" para la línea editorial, éstas son acribilladas con puntuaciones bajas para que no pasen a portada. Lo que Indymedia entiende practicamente en todo el mundo como "publicación abierta", en Madrid se entiende de una forma muy distinta. La Comunidad ACP (en esencia el colectivo editorial) es la que manda y no permite salidas de tono.

"No estamos en el mismo barco, que quede claro"

"No acepto el chantaje de que me tenga que solidarizar con presos vascos (a no ser que sea por montaje policial y urgencias de excepción) o madrileños, cuando estos sabiendo la que está cayendo, toman decisiones unilaterales de acción. Y entiéndase bien esto, no me solidarizo con ellos como nadie se solidariza (excepto algunos militantes de la CNA) con los comunes, los migrantes en Centros de Internamiento, etc... Esto es, allí donde la represión es aguda y total. Aunque por razones distintas estoy contra la represión (decir esto es una obviedad), los presos aludidos ya no son compañeros (mis compañeros) y no les tengo por que dar prioridad, por mucho que se piense que son "luchadores" (luchadores idiotas, en todo caso). No estamos en el mismo barco, quede claro (...)." (2)

Este texto fue puntuado con varios dieces por la Comunidad ACP. Especialmente llamativo fue el comentario de uno de los editores de la web: "Certero, claro, valiente. Leer algo así hace que no pierda la esperanza en otro tipo de accion comunicativa, ajena al gueto."

Como es de suponer, este tipo de actitudes han provocado un revuelo tremendo por parte de otros sectores de militantes que navegan por internet.

Hace escasos días, la Guardia Civil española se presentó en un debate en La Haine haciendo, con total impunidad, apología de la tortura y la "toma militar" de Euskal Herria(3). Esta noticia fue publicada en la ACP pero no superó la media necesaria para llegar a portada. En este caso, la mayoría de los puntuadores de la Comunidad ACP dejaron clara su postura al respecto con comentarios como estos: "Nulo interés, más allá del morbo que les produce a algunos estas cosas...", "que tontería más grande" o "dos provocadores provocan. Consustancial a cualquier proyecto de comunicación. ¿Cuál es el terrible problema?".(4)

El terrible problema de la Comunidad ACP es un mal sueño, una pesadilla. Sueñan que la represión a la izquierda radical les salpica, que detienen a cualquier militante para que pague el pato y ese cualquiera es uno de ellos. Lo hemos visto en el caso del joven madrileño Eduardo García(5) y lo vemos todos los días en cualquier parte del Estado español.

Por eso, "con la que está cayendo", se desmarcan de todo con rapidez. Dan la espalda a los vascos, a los presos, a los inmigrantes de los centros de internamiento, es decir, nunca estarán "allí donde la represión es aguda y total". Con la que está cayendo, los presos políticos no son sino "luchadores idiotas" que se dejan encarcelar...

No es muy dificil adivinar la realidad que se esconde tras esta teoría. No quieren asumir ningún riesgo personal, que es lo mismo que querer hacer sindicalismo sin que te despidan. Y para eso, el único camino es convertirse en dinamizador de propuestas aparentemente radicales pero lejos de las supuestas "viejas formas de hacer política y organizarse". Bajo un manto teórico "moderno" intentan esconder su principal objetivo: no tener problemas.

No es casualidad que el sitio ACP-Indymedia Madrid fuera seleccionado como el mejor del año 2002 en la categoría Medios de comunicación de Yahoo! España(6). Los que se portan bien siempre han recibido palmaditas del Poder.

Yo vivo en Madrid pero hace tiempo que me he alejado de la ACP. Hace tiempo entendí que tienen razón: no estamos en el mismo barco. En un barco están los buenos, los que piden permiso para luchar, los que piden perdón por molestar a un sistema brutalmente violento y explotador, los que proponen el voto a Izquierda Unida o se sirven de diputados suyos para realizar acciones(7). En ese barco están también los que se enfrentan a la izquierda radical por estar en medio de su camino, por actuar sin sentido, por provocar la represión, por darle -con su política- carnaza a la prensa corporativa, por ser unos malditos tirapiedras, petacajeros, trolls.

En el otro barco estamos los que luchamos.


Notas:
1. Agencia en Construcción Permanente-Centro de Medios Independiente. link
2. "La succión del guetto. Por el fin de la ACP y la construcción de una Agencia Independiente". Por Emmanuel Rodriguez. link
4. link
6. link
7. "Acción contra Telefónica en el aniversario de la revuelta argentina". Por Avid, del colectivo editorial de ACP-Indymedia Madrid. El diputado de Izquierda Unida, Julio Setién, en coordinación con los manifestantes persuade a los antidisturbios para que no carguen. Los manifestantes sostenían una pancarta con el lema "que se vayan todos" (todos menos Izquierda Unida, se entiende)
 

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