Sobre la situación de los temporeros en Huelva

Desde que comenzó la práctica de la contratación en origen, hace tres años, cada año es mayor el "contingente" de trabajadores extranjeros traídos a recoger la fresa de Huelva. Este año se eleva a 19.000 el número de personas contratadas en sus países de origen, en su mayoría de Rumania y Polonia, casi en su totalidad mujeres. Este año, por primera vez, se ha permitido a la patronal que elija el número de trabajadores traídos con contratos en origen.
La situación extrema de mísera para unos y de explotación laboral para otros es consecuencia de un exceso desmesurado de mano de obra en la zona, un exceso provocado intencionadamente por los propietarios. Gracias a esta mano de obra sobrante y abundante, los empresarios mantienen un control férreo sobre sus trabajadores, amenazados constantemente por la posibilidad del despido.
Las situaciones a las que ha dado lugar van desde los clásicos incumplimientos del convenio, hasta la humillación y disciplina férrea, desde el hacinamiento en chabolas, hasta la retención de pasaportes a los trabajadores. Es generalizado el incumplimiento del convenio laboral, pagarles menos de lo convenido, cobros ilegales de las viviendas cedidas, retenciones ilícitas en concepto de tasas, despidos improcedentes, reclusión en sus centros de trabajo-viviendas con hora de recogida impuesta, amenazas y malos tratos laborales, acoso moral y ocasionalmente sexual (recordemos que la mayoría de los trabajadores son mujeres).
Los temporeros andaluces siguen trabajando en las comarcas freseras, pero cada vez menos por que las condiciones son cada vez peores. Huelva, junto con Almería, tiene el peor convenio para los trabajadores del campo de toda Andalucía, pero es que además se incumple de forma sistemática. LA consecuencia de esto es que muchos temporeros andaluces no quieren trabajar la fresa. De los 50000 trabajadores que se desplazan a la campaña de la fresa el año pasado solo 3000 eran andaluces, mientras 35.000 temporeros andaluces emigran cada año a trabajar en la vendimia francesa. Se establece, como podéis comprobar, una autentica jerarquía de la miseria.
Mientras todo esto ocurre, los agentes sociales con mayor responsabilidad hacen un pacto de silencio para acallar toda protesta: los sindicatos mayoritarios CC.OO. y UGT, sentados en la Mesa de la Inmigración junto a gobierno y patronal, apuestan por la contratación en origen y no interponen denuncia alguna de las irregularidades más evidentes (insistimos, generalizadas, nada puntuales) en los últimos tres años; las administraciones públicas miran para otro lado, sus representantes culpan a los de otras partes de la administración, y las ONGs asistencialistas hacen mutis por el foro o se ven desbordadas por una situación inabarcable a sus escasos recursos.
Se ha constituido en Sevilla una asamblea de apoyo a los trabajadores de Huelva. La intención es actuar contra la situación inhumana que padecen los temporeros de la fresa y que viene repitiéndose año tras año desde que empezaron los contratos en origen. La asamblea se ha constituido a raíz de la Mesa del Temporero, oficina de información sindical establecida en las comarcas freseras de Huelva en la que están participando el SOC, el Sindicato Unitario y CGT, pero también a partir de activistas autónomos que han estado desplazándose a la zona desde Sevilla para comprobar la situación y denunciarla. Esta lucha se plantea a largo plazo, la campaña esta a punto de acabar, pero la tendencia es a que la situación se repita o empeore año tras año.