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Nacionales E.Herria :: 15/10/2004

Sobre la excarcelación de Rodríguez Galindo: "Paso corto, vista larga, y mala intención"

Paco Hurtado - La Haine
Este lema de la Guardia Civil es, sin duda, menos conocido que el de "El Honor es mi Divisa" que luce en las portadas de muchos cuarteles y adorna en forma de pegatina los coches de los miembros más orgullosos del Cuerpo.

Ese lema resume mejor que nada la histórica mala leche pikoleta, de la que el ex General Enrique Rodríguez Galindo fue y es buen ejemplo. Pero el primer lugar del Estado español en probar la mala ostia del Cuerpo con ese "bonito lema" por bandera no fue Euskal Herria, sino Andalucía, como señala en su libro "Andalucía. Reconstrucción de una identidad y la lucha contra el centralismo" el Profesor José Acosta: "Por ser, Andalucía ha sido hasta cuna de las dos más famosas instituciones represivas del Estado español: la Inquisición, recreada en 1482 para la persecución de los judíos y moriscos de Al-Andalus, y la Guardia Civil, creada en 1845 para reprimir al bandolerismo andaluz". Más tarde, la Guardia Civil sería la encargada de sofocar la lucha jornalera andaluza por la tierra y la libertad hasta la actualidad, como muy bien pueden dar cuenta los compañeros del Sindicato de Obreros del Campo de Andalucía.

La Guardia Civil también participó en la sangrienta represión contra el desesperado levantamiento jornalero de Casas Viejas (Cádiz) en 1933, aunque en esa ocasión fueron superados en crueldad por la Guardia de Asalto republicana. Todo este bagaje represivo brutal y sanguinario acumulado en el siempre convulso campo andaluz fue desplegado por todo el Estado español por la Guardia Civil, también en Euskal Herria. Conviene recordar todo esto debido a esa imagen distorsionada y confusa que de Andalucía y la Guardia Civil se tiene en determinados sectores de izquierdas y abertzales en Euskal Herria, por el hecho de que un buen número de guardias civiles allí destinados son de origen andaluz, como fue el caso del propio Rodríguez Galindo.

Los cuarteles de la Guardia Civil en Andalucía se asemejan, en muchos casos, a los de las tropas colonialistas francesas, británicas o portuguesas en África durante el siglo XIX y parte del XX, pero esa semejanza es todavía mucho mayor y más descarada en Euskal Herria, destacando entre todos, el odiado a la vez que temido cuartel del barrio donostiarra de Intxaurrondo, como máxima expresión colonialista de la "Guerra del Norte", del que Rodríguez Galindo fue responsable. Sin duda, las descripciones del psiquiatra Franz Fanon sobre las sociedades coloniales se ajustan muy al caso y nos ayudarían bastante a comprender las relaciones entre el pueblo vasco y los cuarteles de la Guardia Civil, y sus "habitantes", claro. Por ejemplo, los mismos "habitantes" del cuartel de Intxaurrondo lo llaman "Fort Apache".

Rodríguez Galindo, en cierta forma, es heredero del militarismo africanista y colonialista español, ansioso por ir al conflicto y conseguir méritos de guerra llenándose el pecho de medallas, no por nada, una vez nombrado Teniente, Galindo pidió como destino Guinea Ecuatorial, cuando aún era posesión española. Más tarde fue trasladado a Euskal Herria, de la mano del militar ultra General Sáenz de Santamaría, que en 1983, con el PSOE ya en el poder, sería nombrado Director General de la Guardia Civil. Galindo, como buen militar colonialista, pronto se destacó por su odio y desprecio visceral al "indígena", es decir, a todo lo vasco, concretado en las salvajadas indiscriminadas y sin sentido contra la población civil protagonizadas por sus hombres, como los famosos agentes Kike Dorado o Felipe Bayo; ese puñado de hombres suyos que se bastaban ellos solitos para conquistar "Hispanoamérica" otra vez a las ordenes de su General. Galindo y sus hombres se sabían impunes y todopoderosos, y no solo para aniquilar con el secuestro, la tortura y el asesinato a la izquierda independentista vasca, sino, como consecuencia de esa misión de Estado, para tener manga ancha y llevar a cabo sus negocios privados, o sea, robos, atracos, tráfico y contrabando de droga, y prostitución sin ser molestados, porque no todo iba a ser arriesgar el pellejo "por España" en la "Guerra del Norte" sin obtener nada a cambio. No olvidemos que el propio Rodríguez Galindo aparece como imputado en presuntos delitos de contrabando, narcotráfico y proxenetismo en las diligencias 491/91 del Juzgado de Instrucción Número 1 de San Sebastián, conocido popularmente como "Informe Navajas". Los defensores de la ley fueron los primeros en atacarla y vulnerarla, como suele ocurrir.

Si Galindo ejerció "el paso corto, la vista larga y la mala intención" y mucho más en Euskal Herria fue porque así se lo ordenaron en unos casos o así se lo permitieron en otros, y por ello fue condecorado en varias ocasiones por el Gobierno del PSOE, porque formaba parte de todo un plan de guerra, de una globalidad represiva en la que no solo participó la Guardia Civil, sino también la policía, los servicios secretos militares (antiguo CESID), mercenarios, delincuentes y fascistas de todo pelaje y nacionalidad, e incluso, el posible asesoramiento de agentes de la CIA, como apunta el abogado vasco Iñigo Iruin. Y no implicaba solamente las siglas del GAL, sino más siglas como el BVE (Batallón Vasco Español), Triple A, ATE, GAE, etc., así como no solo tuvo la implicación del Gobierno del PSOE, sino que vino de antes, especialmente de 1973, en los últimos años del franquismo, cuando un comando de ETA (Militar) eliminó al Almirante Carrero Blanco, como venganza, justo 5 años después de la eliminación de Carrero, el 21 de diciembre de 1978, el BVE daría muerte al dirigente de ETA (M) y miembro del "Comando Txikia" autor del atentado a Carrero, José Miguel Beñaran "Argala", en Anglet, Iparralde. Continuó con el Gobierno de la UCD, y siguió con el del PSOE. Y el PP, por supuesto, que a través de Fraga estuvo al tanto en todo momento de lo que estaba sucediendo en aquellos años apoyándolo fervientemente, aunque luego el PP de Aznar lo utilizara electoralmente contra el PSOE, sin olvidarnos tampoco que de 1996 al 2004 también existieron "suicidios" y "muertes en extrañas circunstancias", como la de José Luis Geresta, entre otras, o como la extraña explosión de agosto del 2001 en Donosti que acabó con la vida de un niño de corta edad y su abuela. Aunque la apuesta del PP fue la del "Estado de excepción" con sus correspondientes leyes excepcionales.

Pero conviene tener muy presente algo que señala acertadamente el citado Iñigo Iruin: "(...), no debemos olvidar que hablamos de un aparato de Estado constituido por responsables de servicios de información y servicios secretos y, por tanto, de algo que está por encima de alternancias de Gobierno." ("El libro negro de Intxaurrondo"), es decir, la estructura sigue ahí, dispuesta a operar cuando sea necesaria y la "autoridad competente" lo disponga.

El pasado día 29 de septiembre la Dirección General de Instituciones Penitenciarias hacía pública su decisión de que Rodríguez Galindo pasara el resto de su condena de 75 años de cárcel por el secuestro, tortura y asesinato de los jóvenes vascos Joxean Lasa y Joxi Zabala en su domicilio, debido a problemas de salud del ex General. Independientemente de si Galindo está o no enfermo, sí hay algo muy claro: en las cárceles españolas hay cientos de personas en peor situación y cumpliendo condenas por delitos mucho menos graves que los de Galindo y que deberían estar, ley en mano, en sus casas, y no pudriéndose en sus celdas, hablamos de presos en situación terminal, con SIDA, para los que no hay ni la más mínima compasión ni consideración. Por tanto, esto es uno más de los privilegios que ya venía disfrutando Galindo en la cárcel de Ocaña II. Privilegios, posiblemente pactados tanto con el PSOE como con el PP, que han servido y sirven para que el ex General soporte lo mejor posible el "trámite" de pasar por prisión, sea un "buen patriota español", mantenga la boca cerrada, y no estropee en estos momentos la imagen del "buen talante" del nuevo Gobierno del PSOE con ese pasado del que nunca se arrepintieron, del que el Presidente extremeño Rodríguez Ibarra, entre otros, es un buen representante, no perdiendo ocasión para reivindicar los GAL, a Galindo, y a sus compañeros condenados por el secuestro de Segundo Marey, Barrionuevo y Vera, que también están en la calle.

El "buen talante" del PSOE está hipotecado y condicionado, a pesar de cortinas de humo seudo progres, y de presuntos socios parlamentarios de "izquierdas" y "nacionalistas", ya que el PSOE es el partido del "sector liberal" y europeísta del gran capital español, de la oligarquía, de esos que quieren mandar al paro a cientos de trabajadores de los astilleros públicos, que aceptan la Constitución imperialista europea, que niegan el derecho de autodeterminación a los pueblos del Estado español, y que siguen manteniendo la "Guerra del Norte" con "paso corto, vista larga, y mala intención".

Paco Hurtado (desde Andalucía)

 

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