Paraguay: El campo está en llamas

La respuesta del gobierno fue la represión en base a un acuerdo con los grandes terratenientes. Policias, militares y fiscales comenzaron los desalojos violentos en 40 lugares con centenares de heridos y 210 detenidos. En la localidad de General Resquín, a 250 kilómetros al norte de la capital, murió el campesino Aureliano Espínola (55) a consecuencias de los golpes recibidos en el pecho.

El campo en Paraguay está en llamas porque las organizaciones campesinas integrantes de la MCNOC anunciaron que proseguirán la lucha junto al Frente de Lucha por la Soberanía y la Vida-FLSV (1) que integran organizaciones populares de la ciudad y del campo, con el apoyo de los partidos de izquierda. E16 de noviembre se reiniciará una jornada de protesta llamada Paro Civico que consistirtá en marchas en las ciudades, cierres de rutas y nuevas ocupaciones de tierras en distintos departamentos. En esta ocasión se exigirá el cese de las represiones y de los desalojos, el rechazo a la criminalización de las luchas sociales, la vuelta de los militares a sus cuarteles y la liberación de los 210 campesinos detenidos.

La fuerza principal de lucha está en el campo donde comenzó una lucha por la sobrevivencia ante el avance de un modelo agroexportador, latifundista y destructor del medio ambiente que expulsa a miles de familias cada año. La extrema pobreza en el campo es del 30 por ciento. Sin embargo, en Paraguay la población campesina sigue siendo el 43 por ciento del total y la producción agropecuaria la principal del país.

La represión desatada fue salvaje. Pequeños ranchos instalados al costado de los latifundios fueron quemados, así como también fueron atacados por las fuerzas represivas antiguos asentamientos como ocurrió en la localidad de Choré, donde una escuela fue destruída con explosivos y expulsados de sus parcelas todos los pobladores. Esto demuestra que el ataque no solamente es contra los supuestos "invasores" sino contra el campesinado, mas aún teniendo en cuenta que están imputados por la fiscalía 1.500 campesinos, un ejemplo claro de criminalización de las luchas sociales.

El 16 de noviembre se abrió una nueva etapa de lucha después de que el gobierno de Nicanor Duarte Frutos dejó de lado su discurso populista, basado en promesas falsas, para demostrar su real alianza con el sector tradicional del poder integrado por los ganaderos, exportadores de soja y los grandes comerciantes que controlan el comercio exterior y las finanzas. Este grupo rechazó pagar un impuesto a la exportación de soja y a los latifundios improductivos para demostrar su poder y su impunidad.

El FLSV tiene un programa de lucha que incluye las siguiente reivindicaciones: la tierra y la reforma agraria, la intervención de la secretación del Transporte Público de Pasajeros, no a la privatización de los bienes públicos, la inversión social en el presupuesto de la Nación, la defensa de la banca pública, la tarifa social a 200 Kw/hora la electricidad, justicia para las víctimas del Ycuá Bolaños (supermercado incendiado en agosto pasado con 400 muertos y 500 heridos), aumento salarial a los trabajadores del sector público y privado, nuevo sistema de transporte público, no a las semillas transgénicas y a los agrotóxicos, destitución del fiscal general del Estado Oscar Latorre, arancel Cero para los estudiantes de la Universidad Nacional y el rechazo a la ley de aguas.

Notas

(1) Los integrantes del Frente son: Organización Nacional Campesina (ONAC), Central Nacional de Trabajadores (CNT), CUT-A (Central Unitaria de Trabajadores-Auténtica), Plenaria Popular Permanente (PPP) y Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MCNOC)

Desde Asunción (AGF)