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Estado español :: 02/12/2003

Los medios alternativos y la construcción de una nueva democracia

Txolo - Asamblea de La Guindalera

Tras haber respondido de manera más concreta a las preguntas que se planteaban como ejes del debate, paso a una aportación más personal, realizada desde mi punto de vista y enlazando con la actividad que personalmente desarrollo.

Participo en la construcción de la Asamblea de La Guindalera (para los que no lo sepan, La Guindalera es un barrio de Madrid donde hubo también, además, un conocido Centro Social Ocupado). Esta idea de construcción de asamblea la llevamos desde una perspectiva autónoma: nos autoorganizamos, pensamos por nosotr@s mismos, difundimos, como podemos, nuestro ideal de cómo deberían funcionar las cosas.

En este ideal de cómo deberían funcionar las cosas, el poder debería ser para el pueblo en asambleas y este pueblo (nosotros) tendría sus diferentes iniciativas que se llevarían a cabo. Esto no es un fin (tomar el poder y llevar a cabo iniciativas) sino que es también el mismo punto de partida (nos organizamos por nosotr@s mism@s en un barrio, tratamos de llevar a cabo alguna iniciativa, etc).

Dentro de estas múltiples iniciativas de las que se dota la gente para ir construyendo una nueva democracia está la de construir medios alternativos, gestionados de manera radicalmente democrática, sin una relación jerárquica jefe-currante. Por tanto, llegamos al primer punto: la creación de medios alternativos es una de las opciones que puede escogerse a la hora de llevar a cabo diferentes iniciativas de carácter autogestionario y acorde a unos principios diferentes a los “normales”. No solo es una vía más que puede llevarse a cabo, es una vía de una importancia desmesurada , dados los tiempos de incomunicación y lavados de cerebro masivos en los que nos encontramos.

Una opción de las que pueden darse es la de crear una web de Internet de tipo contrainformativo. En este aspecto, pienso que el medio debe dotarse de unos principios de funcionamiento y ser, a parte, autónomo respecto a cualquier partido, asociación o bicho viviente. Internet debe ser un espacio libre, porque es lo que hace que Internet “tenga gracia”.

Otra cosa bien diferente es un medio en la calle, un medio que se toque con los dedos, se pasen páginas, se pueda recortar, un medio palpable. Para esto, enlazo con el título de la intervención de George Kape, que dice “ Los medios no pueden sustituir a la organización política”.

Tal y como tenemos “asumido”, en esta historia en la que andamos todos, se crean colectivos, que pueden ser desde un colectivo anarquista de barrio, un partido, una ong pacifista, una asociación feminista... Cada cual va por su lado y luego, si surge, se hace una plataforma o X y van todas con voz y voto.

En La Guindalera no vemos el tema así. Pensamos que el paso principal que hay que llevar a cabo es la creación de nueva democracia. Dentro de esta nueva democracia (que es el pueblo organizado desde abajo, tomando sus decisiones, etc etc) existirían sus diferentes historias, igual que en esta “democracia”, existen sus periódicos y demás. Y, como decía antes, esto no es un fin que tengamos sino que es un camino que proponemos, el ir haciendo estas cosas.

Un medio alternativo (no hablo de Internet, que para mi es territorio aparte, sino en la calle), por tanto, creo que, sin principios, nadaría en la nada. Para mi, un medio alternativo no debe ser una isla en medio de la inmensidad del Océano sino que debería ser un medio afín a los principios de las asambleas, un medio que funcionase democráticamente (sin relaciones jerárquicas) , que informase según sus principios pero sin dar informaciones alejadas de la realidad, sectarias, y que fuese autónomo. Un medio no de “esta” democracia sino de una nueva democracia, de la que toca construir.

¿Por qué un medio alternativo que no fuese así sería una isla?. Igual que estoy en contra de cualquier medio partidista y no autónomo, también estoy en contra de cualquier medio que no asuma su condición alternativa en sus hechos. Un medio puede llamarse , si quiere, alternativo, contrainformativo, todas esas cosas, pero lo será por sus hechos. Un medio que se crea como “colectivo en sí mismo” y no se compromete con unos principios , no es desobediente para con las leyes del sistema actual, no es alternativo. “EL PAÍS”, también se llama “diario independiente”, y en su día era muy de izquierdas, pero le faltaba esa base de compromiso y esa base de funcionamiento alternativo de verdad y comprometido con otra manera de ver las cosas.

Más que qué temas debería tratar el medio alternativo en cuestión, estoy basándome en como creo que debería ser su participación en la construcción de otro mundo (el famoso otro mundo posible) desde abajo. Apunto varias ideas: no debería ser una isla sino que debería tener una ética y un compromiso con ese otro mundo, debería ser en lo máximo posible desobediente a la ley del Estado y en lo máximo posible afín a las asambleas o gentes que se autoorganizan/autoorganizasen y, como parte de una nueva sociedad, sus miembros deberían participar también en las decisiones de asambleas en barrios o pueblos o en la construcción de las mismas.

Son hipótesis, pero creo que por ahí deberían ir los tiros. Para eso sirve la utopía, para caminar.

 

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