Principal |
Nacionales E.Herria :: 24/01/2006

Voluntad e intereses políticos: cara y cruz de un proceso en marcha

La Haine - Euskal Herria
Tras el acto del BEC, como últimamente está sucediendo en todos los actos donde interviene la izquierda abertzale, se han sucedido una cascada de (re)acciones, opiniones y valoraciones. Una vez más, los derechos de miles de ciudadanos vascos habían sido conculcados, una de tantas a las que ya estamos casi-acostumbrados.

Tras el acto del BEC, como últimamente está sucediendo en todos los actos donde interviene la izquierda abertzale, se han sucedido una cascada de (re)acciones, opiniones y valoraciones. Una vez más, los derechos de miles de ciudadanos vascos habían sido conculcados, una de tantas en las que el estado de derecho ejerce su poder para intentar ahogar un poco más si cabe a un sector que ya está acostumbrado a las tentativas de quitarle el aire, sea de quien sea el brazo que lo haga.

Para entonces, habíamos asistido a la segunda suspensión de las actividades de Batasuna. Fue un hecho que pasó relativamente desapercibido, todas las miradas estaban fijadas en el acto del BEC y el cierre de las sedes no pasó de ser en la mayoría de los medios de una mera anécdota. Lejos quedaban, al parecer, las imágenes que todavía se recordaban del cierre de sedes como Bilbo, donde la violencia de la policía del PNV fue una constante, dando así su apoyo activo a la estrategia de ilegalización.

A la izquierda abertzale se le exigen constantemente pasos reales en favor de la paz mientras otros agentes tranquilamente esperan sin mover un sólo dedo en ese sentido, acusándoles eso sí de ser ellos y sólo ellos los que obstruyen el proceso de resolución. Sin embargo, la semana pasada, el conjunto de la izquierda abertzale dio un paso responsable para fortalecer esa solución. Podrían haber conseguido que el cierre de las sedes como símbolo de la nueva suspensión de sus actividades, volviera a ser portada de los periódicos del día siguiente, podría haber apostado por una estrategia de confrontación y rebeldía ante un nuevo acto injusto a todas luces, haciendo una demostración de fuerza que demostrara el gran momento y la sólida posición en la que se encuentra. Pero la izquierda abertzale está dispuesta a dar pasos en favor de la paz mientras desde madrid se intentan poner piedras en ese camino; por eso se buscó una respuesta tranquila aunque contundente contra esta nueva agresión, en clara coherencia con el camino marcado en Anoeta con el "Orain herria, Orain bakea".

Así, el acto de Barakaldo fue un acto serio, donde se escuchó una clara reivindicación de los derechos civiles y políticos, pero donde se vio también que la estrategia de la ilegalización no sólo es inservible (ya lo dijo el propio Otegi "un partido que ha sido ilegalizado una vez y cuyas actividades han sido suspendidas dos veces"), sino que se ha superado claramente. Allí, se aplaudió a los presentes y se criticó duramente a los que seguían faltando, mostrando una vez más cuál es el compromiso con la paz de aquellos: ninguno.

Mucha gente ha planteado su duda de si la estrategia de "tranquilidad y aguante" era la adecuada ante la gravedad de la agresión. Sin entrar a valorarlo en profundidad, lo cierto es que esa respuesta ha dejado muy a las claras cuál es la auténtica voluntad de batasuna y de todo el conjunto de la izquierda abertzale con respecto a la resolución del conflicto. En estos momentos, tras los sumarios contra jarrai-haika-segi y el 18/98 y su superación de la ilegalización, el apoyo social que están recibiendo es más amplio del que la derecha vasca y española nunca desearían, y ese apoyo no sólo se está consolidando sino que va en aumento, debido principalmente al claro compromiso en favor de la paz que se está tomando. Sin embargo, el PSOE se está jugando mucho en este proceso, no por el interés que pueda tener en la solución del llamado "problema vasco" en sí, sino por los beneficios/pérdidas que le acarrearía el final. Saben perfectamente que la vuelta a la situación de hace cuatro años, cuando se dio la ilegalización, les perjudica seriamente, por la reacción que se daría en todo el estado, al quedar totalmente en entredicho su estrategia basada en el supuesto "diálogo y talante", en favor de la estrategia más represiva de la ultraderecha, que provocaría un gran trasvase de votos al partido popular.. El PNV tampoco lo tendría mucho mejor en caso de fracaso; si ya de por sí su cohesión interna le está dando verdaderos quebraderos de cabeza y el apoyo de EA empieza a ser cada vez más puntual, la sociedad vasca no aceptaría que una vez más haya preferido mantener su estatus en el poder a implicarse realmente en un proceso de paz donde cerrar las heridas que tanto tiempo llevan abiertas. Su alianza con el PSE sería toda una incógnita en ese nuevo (o tal vez ya conocido) escenario, aunque las presiones que llegarían desde Madrid harían que esa alianza estuviera siempre pendiente de un hilo por otros intereses, estando así su horizante realmente negro.

Por todo esto, vemos que la única que podría salir beneficiada en un hipotético fracaso de la resolución sería la izquierda abertzale; sin embargo, es la única que está dando pasos claros en su favor, mostrando así que los intereses políticos quedan un segundo plano en favor de la pacificación: su interés por alcanzar una paz justa no pueden ser entorpecidos por meros politiqueos, y así lo está demostrando, "desaprovechando" oportunidades para fortalecer su posición política en favor de un robustecimiento de las vías políticas. Están dando una auténtica lección de honradez política a todos aquellos que vieron en Argel, Lizarra... lugares de donde sacar votos en lugar de abrir nuevas etapas. Que tomen nota, porque la sociedad vasca ya está cansada de más trampas,... y muchos siguen sin dar la talla

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/aG80