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Estado español :: 02/11/2006

Pilares de un proyecto de contrainformación llamado La Haine. El difícil terreno de la heterogeneidad

Crespo - La Haine
A menudo desde los diferentes sectores ideológicos que conforman el heterogéneo campo de los movimientos sociales, somos duramente criticados por dar cabida y difusión a expresiones de lucha que entre sí pueden estar enfrentadas. En definitiva, nos han tachado de frentepopulistas, reformistas, partidistas.... Sin embargo, nunca nos hemos puesto a explicar, abierta y claramente, lo que pensamos al respecto. Lo que entendemos por contrainformación y, en definitiva, por qué hacemos lo que hacemos.

Dentro del estado español siempre hemos mantenido un discurso crítico contra la denominada Transición. Madre del cordero del sistema político, económico y social que nos imponen a día de hoy. Entendemos que estos pactos políticos abordados en esos años son clave, no sólo para fortalecer el capitalismo, sino también porque es donde se diseña por el poder qué organizaciones y prácticas políticas iban a quedar al margen de los nuevos límites marcados por el nuevo estado constitucional. La burguesía determinaba qué eran capaces de asimilar sin poner en riesgo sus privilegios. En suma, qué organizaciones y prácticas, iban a ser duramente reprimidas por cuestionar el nuevo orden establecido. Organizaciones que, además, tenían unos fines de justicia social, unos modos alternativos de organizar la vida.

En este sentido hay dos claras consecuencias evidentes derivadas de ese proceso, que no se pueden olvidar a la hora de hacer contrainformación:

1-Por un lado se intenta negar a toda costa el derecho de autodeterminación de los pueblos. De ahí radica que el pueblo vasco haya sido tan brutalmente reprimido, porque ha sido con quien más arraigo ha defendido este derecho. Se pacta chapuceramente un modelo territorial autonómico que ha generado muchos conflictos políticos por estar al servicio de los sectores burgueses dominantes (PSOE-PP). El caso del País Vasco no lo podemos pasar por alto cuando hablamos de represión y contrainformación, seamos más afines o menos a su causa. Lo cierto es que allí hay un movimiento de masas, principalmente aglutinado en la izquierda abertzale, que reivindica ese derecho incluso con un sector con las armas en la mano. Eso no lo puede entender el nuevo poder constitucional y le es tan complicado reprimir ese foco de rebeldía que continua utilizando técnicas fascistas como el GAL, ilegalizaciones, torturas diarias, dispersión....

El nuevo poder constitucional no podía tolerar la reclamación de ningún derecho más allá de su mascará democrática. Muchos menos mediante las armas. Porque el poder siempre se reserva el monopolio de la violencia para sí mismo. Solo la pueden emplear ellos cuando lo consideran oportuno, eso suele ser cuando hay crisis políticas o financiaras -y por tanto sociales- que lo debilitan. De ahí que otras realidades violentas como los GRAPO, Comandos Autónomos o grupos anarquistas armados fueran igualmente reprimidas con dureza.

2- Por otro lado el nuevo poder constitucional democrático va rechazar cualquier movimiento que tenga un acción revolucionaria anticapitalista, independiente de las estructuras de poder, con un potente contenido de clase. Que no participe de los nuevos cauces democráticos y legales (esa gran trampa, echemos un vistazo a quien ha pasado por el aro, son parte del poder...). Un ejemplo que representa bien esta realidad en aquella época es la CNT. Una organización potente en su reconstrucción en la transición, que estaba denunciando los pactos de moncloa, el sindicalismo burocrático, el nuevo proceso sindical electoral heredado de los sindicatos verticales..... Eso no se podía consentir pero tampoco podían ilegalizar a la CNT pues entrarían en contradicción con su aperturismo democrático. Por eso la intentaron deshacer a base de infiltrase en ella, de montajes policiales, de multas, denuncias, de provocar escisiones...

Así mismo, otros sectores sindicales combativos fueron liquidados a través del engaño, la traición y la burocratización. Uno de los principales objetivos de la Constitución Monárquica fue situar al movimiento obrero en fase terminal, potenciando la política de privatización y desarticulando los instrumentos de organización de la clase obrera que por aquel entonces existían.

En definitiva, eso es lo que el poder no puede tolerar: la reclamación del derecho de autodeterminación, el anticapitalismo y la crítica a la democracia (que tiene como eje la Constitución). Y si esto se produce el estado volcará su maquinaria represiva, de unas formas u otras, valorando lo que más le interese, sobre quien ose hacer eso. Es ahí donde nosotros ponemos el eje a la hora de hacer contrainformación.

Nosotrxs, desde el principio, desechamos la tesis de: "como no estoy de acuerdo con tus fines no tienes cabida en mi proyecto de desobediencia informativa". Partimos de la base de que la realidad, en el ámbito de lo social, es compleja y heterogénea. Como medio tenemos que trasladar al plano comunicativo esa realidad más allá de lo que nosotros pensamos individualmente.

Ahora bien, esto no significa que valga todo. No vamos a dar cabida a quienes nos demuestran todos los días que están del lado del poder como por ejemplo el PCE (apoyando el envío de tropas al Libano) o CCOO, UGT , Sindicato de estudiantes...(que firman reformas laborales que perjudican a la clase obrera, mantienen una burocracia y organización sindical que sirve de apafuegos de las luchas....), y demás organizaciones socialdemócratas.

También es cierto que a veces es muy difícil establecer límites entre organizaciones anticapitalistas y las que no lo son. Es muy difícil porque no nos consideramos jueces de nada ni de nadie. Vemos, en ocasiones, organizaciones con estructuras poco revolucionarias pero con prácticas que si lo son. No creemos ser una autoridad como para censurar determinadas realidades.

Por otro lado nosotrxs no abogamos por una lucha conjunta en la calle dentro de nuestro proyecto. Porque nosotros como medio no somos nadie para tratar esas cuestiones. Eso lo decidirán los colectivos y organizaciones en sus asambleas. Nosotros simplemente informamos y damos difusión a las luchas de los colectivos criminalizados por el poder, que están censurados en los medios empresariales. Y lo están no por casualidad sino porque cuestionan y denuncian abiertamente las injusticias cotidianas a las que estamos sometidxs.

De Euskal Herria (o del cualquier otra parte) nos llegan informaciones de personas violadas, torturadas y apaleadas en comisarías. Yo no puedo ponerme una venda en los ojos y decir "como no eres libertarix, no te doy difusión". Creo que ese es un planteamiento de la prensa capitalista, que sólo es capaz de publicar lo que comulga con sus intereses. Los presos políticos, por poner un ejemplo, independientemente de su ideología, sufren por igual el régimen carcelario, las humillaciones, las palizas, el FIES.... Nosotros como un proyecto comunicativo serio y solidario intentamos trasladar esa realidad sin poner vetos a nadie por sus tácticas revolucionarias.

Del miso modo, damos cabida a las iniciativas del movimiento republicano autónomo y autogestionado que, critica en sus comunicados al estado español, a sus formas de opresión, que defiende el derecho de autodeterminación y habla de acabar con el capitalismo. Difundimos, así mismo, textos críticos con este sector que no ven en el movimiento republicano aspectos revolucionarios. Organizamos debates para profundizar en todo ello.

Por otro lado diferentes organizaciones autónomas y revolucionarias nos envían textos elaborados (o los publican directamente ellas) apoyando los procesos cubano y venezolano. Sin embargo, también publicamos textos críticos con esos estados. Escritos que nos llegan principalmente desde el movimiento libertario, aunque no exclusivamente. Además, animamos a todas las personas que no están de acuerdo ideológicamente con determinados contenidos que se publican en la web a que lo plasmen en un texto y nos lo envíen para su posterior publicación. Con el objetivo de debatir sanamente. Tenéis las puertas abiertas de La Haine.

Por citar algunos ejemplos actuales: cubrimos con crónicas y comunicados la huelga de hambre de un militante abertzale (De Juena Chaos) que lleva años en la cárcel sometido a todo tipo de vejaciones, alejado de su familia, que no reconoce a los tribunales moralmente válidos para juzgarle por cómo están constituidos, sobre la fuerza y la opresión.... Todo un proceso penal cargado de arbitrariedades e ilegalidades. Vemos todos los días la vergonzosa manipulación mediática que se hace sobre este tema en los medios empresariales y nos lanzamos orgullos a contrainformar sobre este asunto. No nos lo impide saber que, posiblemente, este preso no piensa como todos nosotros.

Así mismo, viajamos a Valencia para hacer una cobertura de la manifestación contra el incendio del CSO Pepita la Pilona y de apoyo al CSO Malas Pulgas, donde 1000 personas denuncian públicamente como los especuladores y el fascismo arrasan con el barrio del Cabanyal. Les entrevistamos y hacemos un reportaje fotografiado acompañado de un video realizado por el colectivo La Plataforma con quien trabajamos estrechamente.

Difundimos la convocatoria de Corriente Roja -que no es un partido político sino una organización de base autogestionada y horizontal- de la marcha a la cárcel de Burgos en apoyo a los presos políticos y sociales. Difundimos, de igual modo, las luchas anarcosindicalistas, libertarias de todo tipo (sean obreristas o no), pro-liberación animal, antirrepresivas....

Difundimos, también, realidades de la lucha armada como las guerrillas en Latinoamérica o las acciones directas de diferentes grupos y organizaciones que así nos lo solicitan. Poniendo por encima la difusión de estas luchas, que nuestra valoración personal o que el riesgo que conlleva para nosotros como medio y como personas. Pasando por encima de que el estado considere esas acciones de "culpables", "inocentes", "legales" o "ilegales", porque no hay nadie más responsable de la injusticia que el propio estado para juzgar nada ni a nadie, ni mucho menos para establecer lo que es delito y lo que no.

Lo fácil es no publicar nada que no esté de acuerdo con mis principios ideológicos y actuar así de censor de muchas realidades sociales... Trabajamos duro al lado de los movimientos sociales para servirles como medio. Como medio plural porque hacemos un análisis histórico y actual del panorama de la comunicación.... No estamos en los tiempos, precisamente, de la prensa obrera y revolucionaria que invadía las calles a diario.

Nuestros planteamientos políticos los debatimos y defendemos en nuestras organizaciones y grupos de acción a los que pertenecemos, sobre todo en los "no virtuales". Desde La Haine sólo damos difusión de la realidad social anticapitalista y, de este modo, conseguimos llegar a mucha gente. Las convocatorias libertarias, o de índole marxista, son trasladadas a un espectro social más amplio que en proyectos meramente encasillados en un determinado marco ideológico (proyectos a los cuales respetamos y trabajamos con ellos por otra parte). Es la gente quien decide a que ir, que texto leer... Trabajamos en el terreno de la (contra)información que requiere una visión de conjunto y no es exactamente el mismo planteamiento que el de la lucha cotidiana en la calle. Necesita de matizaciones.

La dinámica de que haya alrededor de 150 organizaciones que publican autónoma y libremente, vía clave de acceso, en la columna de movimientos sociales contribuye de forma decisiva a esta heterogeneidad. Con eso conseguimos descentralizar el medio, socializarlo, eliminando así intermediarios. No solo el colectivo editorial publica en la web. Eso lejos de parecernos negativo, nos parece algo positivo en el terreno de la contrainformación.

Contribuimos de alguna manera a romper el bloqueo mediático. Intentamos trasladar la liberad de expresión -la de lxs censuradxs que luchan por el cambio social- a los hechos.
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crespez@hotmail.com

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/aQ28