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Estado español :: 04/10/2016

El PSOE tiene miedo

Barrios al Poder
El partido se deshace en una situación de sálvese quien pueda generada por dos liderazgos que han ido a machacarse el uno al otro y ambos han salido perdiendo

"El PSOE de Andalucía respalda la vigencia del no a la investidura de Rajoy", señalaba El Mundo ayer recogiendo declaraciones del secretario de organización andaluz. Después de la dimisión de Pedro Sánchez el pasado sábado el caos que reina en el PSOE es tal que en una semana no sólo Susanita sino muchos otros dirigentes están cambiando de opinión, al menos temporalmente. Ya no se levanta la bandera de la abstención en pos de la gobernabilidad del país sino que se mantiene la línea de Sánchez de "no es no". Esta desconcertante actitud ha llevado a Albert Rivera a afirmar que no cree que el PSOE “haya montado lo que ha montado para seguir diciendo lo que decía Sánchez. Si el PSOE hubiera hecho esto sólo pensando en quién va a ser el próximo secretario general sería una lucha de poder”.

Bueno, lucha de poder por supuesto que ha habido, qué duda cabe. Lo que pasa es que a Susanita le hubiera gustado una purga de las típicas, de esas de te borro del mapa bajo cuerda, de un día para otro, de las que luego se comenta una mañana en alguna tertulia televisiva y al día siguiente a otra cosa mariposa. El problema es que Sánchez se resistió hasta el último momento, además situó la crisis interna en términos políticos, subrayando que la pugna era entre la "abstención" vs. "no es no", lo cual hasta el sábado pasado parecía evidente. Más allá de los intereses de fondo de una postura y de la otra, lo importante es que esa pugna hizo que las bases se cabrearan y se movilizaran. Eso no estaba previsto para el sector crítico de Susana Díaz. En la calle Ferraz los manifestantes concentrados llamaban "fascistas" y "golpistas" a los críticos, que de hecho al final se han salido con la suya. El resultado ha sido un desgaste sin precedentes y la realidad de que ahora se encuentran en una situación peor a la que tenían la semana pasada para defender cualquiera de las dos posturas que estaban en pugna.

El PSOE de Catalunya (PSC) declaró ayer que están dispuestos a romper la disciplina de voto si Susanita sigue adelante con la propuesta de abstención al PP. Además Sánchez ha dicho que mantiene su escaño como diputado, lo que hace temer que pueda hacer e incluso promover algo similar. Por lo tanto pasar por encima de la resistencia interna que todavía existe y que llega hasta las bases para sacar adelante la postura que querían imponerle a Sánchez no va a ser fácil. El desgaste puede ser tal que no es raro que de primeras hayan reculado y estén diciendo que el No a Rajoy que el comité federal aprobó en su día sigue vigente. Siguen queriendo ganar tiempo. Incluso algunos dirigentes del PSOE, de los que la semana pasada estaban por la abstención, están dejando caer ahora que otra opción sería jugársela a ir a terceras elecciones con alguna candidatura estrella y echar el resto en la campaña electoral para salvar los muebles. Sin embargo la imagen de inestabilidad que están dando es más que probable que les pase factura igualmente. Ya no se sabe qué es peor. ¿Se las ingenirarán para encontrar algun tipo de "tercera vía"?

El PSOE se deshace en una situación de sálvese quien pueda generada por dos liderazgos que han ido a machacarse el uno al otro con el resultado de que ambos han salido perdiendo. Y ahora el PP les baila el agua diciendo que con la ruptura del PSOE pierde la democracia, blablabla. Pero bueno, aunque en el fondo se alegran de verles agonizar también es verdad lo que han dicho muchas veces, que prefieren a un partido en el que el sistema confía antes que a Podemos, que es la organización que potencialmente más puede salir ganando.

 

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