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Brasil :: 30/04/2022

Brasil: "Nadie sabe qué va a pasar con las Fuerzas Armadas"

Mario Hernández
Entrevista con Ricardo Antunes, profesor de Sociología del Trabajo en la Universidad Estadual de Campinas

El pasado fin de semana hubo movilizaciones contra Bolsonaro en varios puntos de Brasil.

Mira Mario, la situación de Brasil es bastante complicada. Yo diría que la manifestación no fue grande, más bien fueron manifestaciones pequeñas y localizadas. ¿Por qué? Porque hay una situación complicada. Por un lado, Bolsonaro consiguió recuperar un poco de apoyo porque Moro probablemente no será candidato, está todo poco definido. Los votos por Moro son de los conservadores de la derecha y de la extrema derecha.

La situación de la movilización es complicada, porque hay debate en el PT, y estas movilizaciones no consiguieron hacer una organización más amplia. Yo pienso que ahora vamos a entrar en una situación de empate electoral.

Las movilizaciones del PT, por un lado, están en debate porque Lula está arreglando con un vicepresidente que es muy conservador del PSDB, Gerardo Alckmin. Esto a su vez generó el descontento de otros partidos. En el PSOL del total el 55% apoya a Lula, pero el 45% aproximadamente, que es menor, pero no es pequeña, veía la posibilidad de contar con un candidato socialista y anticapitalista en el primer turno. Los sectores conservadores de PSDB dicen que Lula debe moderar su discurso, y vos sabés que el discurso de Lula es un discurso moderado...

Así es.

Habló recientemente de la cuestión del aborto y fue suficiente para generar una manifestación. Lula se equilibra en el centro, Bolsonaro intenta ampliar un poco para, por lo menos, llevar una batalla en el segundo turno. Lo más grave es que hay una clara política que Bolsonaro repite siempre que habla sobre esto, que no va a aceptar los resultados de la elección. Que significa que se está preparando para hacer un golpe parecido al de Trump en el Capitolio en EE UU. ¿Lo recuerdas? En el momento que se conoció la victoria de Biden, fue tomado.

Entonces el clima de este momento del país es difícil de explicar, además de la manifestación hay muchas personas en la calle resultado de una pandemia que fue terrible, pero no hay un polo social de izquierda que pueda organizar una manifestación en este momento. Estamos en una situación de espera.

¿Qué análisis hacés con respecto a la actitud del Ejército brasileño frente a las próximas elecciones?

Los primeros escenarios son muy malos. Hace pocos días los tres jefes de las Fuerzas Armadas, del Ejército, de la Marina y de la Aeronáutica declararon en conjunto con el ministro de la Defensa, que es un militar, el Gral. Braga. La nota era una apología a la dictadura militar, que la dictadura militar era la democracia, el respeto a los Derechos Humanos. O sea, mínimamente es preocupante, porque en este momento lo correcto sería que los militares no hicieran ninguna declaración tan pro dictadura como esta.

Hay una cosa que Bolsonaro hizo desde su primer día en el gobierno, le dio mucha plata y muchos recursos al Ejército y a la Policía y los une con el Parlamento. Hace unos días salió la noticia de que las Fuerzas Armadas brasileras compraron más de 35.000 viagras para los soldados. ¿Vos te imaginás al Ejército argentino comprando viagras? Es una cosa casi jocosa, pero la verdad es que las Fuerzas Armadas están recibiendo recursos para equiparse de armas, para tener una provisión pública separada.

Millones de militares hoy tienen altos salarios de la burocracia estatal. Además del salario como Coronel o General del Ejército, va a trabajar en el Estado cobrando más de una actividad. Hay algo que hace Bolsonaro dualmente, por un lado, plata para los militares, por el otro intenta conseguir la manutención de un bolsonarismo y las milicias policiales que son muy grandes en Brasil.

Brasil tiene algo diferente a ustedes, acá existe el Ejército, la Marina y la Aeronáutica que son las Fuerzas Armadas nacionales y después están las Policías militares estatales que serían provinciales. Está también la Policía civil estatal y provincial. Y claro, juntando a todos es un contingente muy amplio.

Por fin, Bolsonaro liberó las armas que entran a Brasil para los grupos de narcotráfico, pero también para las milicias. Pero, ¿qué son las milicias? Son grupos fascistas de bolsonaristas que se están armando.

La situación de Brasil es complicada e imprevisible. Ya había hablado con vos anteriormente de esto, y ahora es inclusive más imprevisible porque una provocación, una actitud puede llevar a una sublevación.

¿Cuál es la diferencia de la Fuerza Armada brasileña de la norteamericana? Las norteamericanas no aceptaron el levantamiento de Trump, dijeron que no, que las Fuerzas Armadas son para mantener la paz con el mundo o la guerra, pero para el exterior. El Ejército brasileño tiene un historial de golpes a lo largo de toda la República de Brasil. La propia proclamación de la República de 1879 fue un golpe militar. Antes del golpe militar de 1964 hubo algunas tentativas de golpes militares.

Entonces, la situación es muy preocupante. No hay ni una señal de que las Fuerzas Armadas sean apolíticas. Muchos de sus núcleos son bolsonaristas, y lo son por intereses ideológicos, son conservadores de derecha, y por odio al PT.

¿Por qué le tienen odio al PT? Fundamentalmente por la Comisión de la Verdad, nada más. Porque Lula le dio mucho dinero a los militares durante su gobierno, tal vez más que Bolsonaro. Pero con el gobierno de Dilma Rousseff fue creada la Comisión de la Verdad que no condenó a ningún militar, pero llegó a la decisión de que los altos comandos militares fueron partícipes de los asesinatos y de las torturas durante la dictadura.

Sin embargo, al contrario de lo que pasó en la Argentina, que muchos de los presidentes militares fueron condenados, acá ningún ex presidente, ni ministros, ni nadie fue condenado, solo fue una reprobación moral. Eso fue suficiente para que el Ejército y la Marina dijeran que no quieren más al PT.

Bolsonaro aprovecha esta situación, les da plata y hace un discurso conservador y militarista. La situación no es simple. ¿Qué se puede hacer? Si Lula consigue tener una victoria, digamos expresiva, con un 45% o 48% en el primer turno es algo positivo, pero no es garantía. Si Lula llega a conseguir el 51% de los votos válidos en el primer turno crearía una situación que sería un baño de sangre. Una represión violenta que se está dispuesta a hacer.

Hay un problema también, hay muchos núcleos bolsonaristas dentro del Ejército, pero hay otros, que no son mayoría, que son más profesionales y menos abiertamente políticos. Es una incógnita, nadie sabe que va a pasar con las Fuerzas Armadas.

Esto que has desarrollado, amerita seguir de cerca la situación de Brasil. Lo digo porque hay cierto exitismo dentro de las fuerzas progresistas latinoamericanas que dan como ganador a Lula en la primera vuelta.

Hoy esa posibilidad es pequeña.

La Haine

 

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