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Estado español :: 07/05/2017

El universo en una sauna

Carlo Frabetti - La Haine
A propósito de 'Elogio de la homosexualidad', de Luis Alegre

No es la primera vez que hago la crítica de un libro sin haberlo leído por completo; pero es la primera vez que hago la crítica de un libro habiendo leído solo el título. En realidad, también he leído alguna reseña promocional y un artículo del propio Luis Alegre en el que expone brevemente la tesis de su Elogio de la homosexualidad; pero tanto las reseñas como el artículo son poco más que glosas del título, que lo dice casi todo con su misma absurdidad.

Porque elogiar la homosexualidad es tan absurdo como elogiar la melomanía o la filatelia: hay formas encomiables de vivir y compartir la afición a la música, y hasta puede que haya maneras positivas de coleccionar sellos (aunque a mí no se me ocurra ninguna); pero los gustos e inclinaciones personales no son elogiables en sí mismos, entre otras cosas porque no se eligen, y el elogio de la homosexualidad no es sino el reverso del solapado elogio de la heterosexualidad que vertebra el discurso dominante.

El orgullo gay, como el orgullo nacional, solo es comprensible y admisible como respuesta a una agresión. Si te insultan o marginan por ser homosexual, o intentan impedirte que lo seas abierta y libremente, se justifica cualquier forma de autoafirmación, e incluso los mayores excesos exhibicionistas pueden convertirse en una lícita forma de lucha, lo cual no significa que la homosexualidad sea elogiable o preferible a la heterosexualidad, del mismo modo que no es elogiable la negritud en sí misma ni mejor que otros fenotipos.

Dice Alegre que “el mundo sería sin duda un mundo mejor si todas las comunidades fueran capaces de hacer ese ejercicio que a los homosexuales nos viene de serie: no tomarnos las identidades ni tan a la ligera como para quedar a la intemperie (sin lograr ser nada concreto) ni tan en serio como para convertirlas en una mazmorra para los propios y una amenaza para los ajenos”.El mundo sería mejor si los individuos y las comunidades reflexionáramos más sobre nuestrasidentidades y las ajenas, en eso a Alegre le sobra razón; pero afirmar que a los homosexuales les “viene de serie” ese ejercicio es una simpleza que invalida cualquier argumentación que se articule a partir de ella.

La homosexualidad, como cualquier“diferencia” más o menos estigmatizada, se puede vivir y elaborar de muy distintas maneras, que van desde la sumisión adaptativa hasta la militancia más lúcida, desde la asunción acrítica de roles estereotipados hasta el cuestionamiento radical de los tópicos identitarios. Si la homosexualidad fuera elogiable por el mero hecho de ser minoritaria y conflictiva, por la misma regla de tres podríamos hacer el elogio de la sordera o del síndrome de Asperger.

“El universo es más amplio en cualquier sauna que en la mayoría de las naciones o las religiones”, afirma alegremente Alegre: una perla de obligada mención, pero sobre la que no quiero extenderme sin haber leído el libro, cosa que espero hacer en breve. Solo diré, de momento, que no hay que sorprenderse de que quien ve en Podemos una opción política válida, crea que el universo se expande en las saunas de Chueca [barrio gay de Madrid].

(Continuará)

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/fF99