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Europa :: 13/05/2022

Koenig: Occidente y la guerra de poder contra Rusia

Geofor / Peter Koenig
El ingreso en la OTAN de Suecia y Finlandia podría convertirse en otro punto de discordia, agravando el escenario del actual conflicto, y conducir a un escenario candente

La revista “Geofor” entrevistó a Peter Koenig, analista geopolítico del Centro de investigación sobre la globalización, Montreal, Canadá.

Desde nuestra última conversación, se han producido en el mundo cambios verdaderamente trascendentales. La lucha entre Rusia y Occidente solo está ganando impulso. ¿Cómo ve las perspectivas de este proceso? ¿Hasta dónde puede llegar este enfrentamiento?

Peter Koenig: Predecir el resultado en esta etapa es casi imposible. Estamos hablando de una guerra de poder de Occidente/OTAN contra Rusia que se está desarrollando en el territorio de Ucrania y eventualmente, aunque no lo espero, en un teatro de operaciones europeo. Sería la Tercera Guerra Mundial en suelo europeo en poco más de un siglo.

Hace unos días, el Consejo de Seguridad de la ONU ha animado por primera vez a ambos lados del conflicto a realizar conversaciones de paz, o al menos un alto el fuego. Por supuesto, esto significa poco, ya que el presidente Zelensky está completamente controlado por Occidente, principalmente por Washington y por Bruselas, es decir, la OTAN.

Si este llamamiento a las negociaciones no conduce a una tregua el conflicto puede continuar durante mucho tiempo y escalar aún más, de hecho al final hay riesgo de repetir el escenario de la Segunda Guerra Mundial que esta vez podría transformarse en una guerra nuclear. Ni siquiera me atrevo a pensarlo.

Por otro lado, no olvidemos que en 246 años de historia, EEUU ha vivido solo 15 años sin estar involucrado o provocado una guerra. La economía estadounidense se basa casi en un 60% en la guerra, en la industria militar, en los servicios e industrias relacionados con la guerra. Por tanto, Washington necesita ahora con urgencia una nueva guerra, porqué precisamente su capacidad hegemónica está tambaleándose .

Como ha explicado el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, Zelensky está totalmente bajo el control de Occidente. Zelenskiy había aceptado varias de las condiciones de Rusia, pero desconoció estos acuerdos después de recibir instrucciones en contrario desde EEUU y la OTAN.

Hoy, varios estados están aumentando los suministros de armas a Kiev. ¿Cuántas armas más pueden suministrar los países occidentales a Ucrania, ya que sus existencias, después de todo, no son ilimitadas?

El suministro de armas a Kiev es una bonanza para la industria militar occidental. Como he mencionado, la economía estadounidense depende en más del 50% de las guerras y los conflictos armados, ya sea directamente o a través de intermediarios.

El conflicto entre Ucrania y Rusia es una guerra de poder con EEUU/OTAN-Europa. Por lo tanto, las reservas de armas occidentales no se agotarán, su industria militar está trabajando al límite. "La guerra es buena para los negocios" se ha convertido en la frase omnipresente en las conversaciones de los comerciantes de la muerte de occidente.

Volviendo a la pregunta anterior, ¿piensa que Rusia debería bloquear las fronteras occidentales de Ucrania en respuesta? Y al mismo tiempo, ¿tal vez sea hora que el Kremlin detenga las entregas de petróleo, gas natural y otros recursos y bienes a Europa y EEUU?

Las fronteras son difíciles de bloquear. Rusia nunca tuvo la intención, y aún no la tiene, de “tomar el poder” o tragarse Ucrania. Rusia tenía y tiene cuatro objetivos: no permitir que Ucrania entre a la OTAN; hacer de Ucrania un país independiente y neutral; desnazificar Ucrania; y, por último, pero no menos importante, proteger las áreas abrumadoramente rusas y de habla rusa – Donbass, Donetsk y Luhansk-. El Donbass, como recordarán, ha sido atacado constantemente por el Batallón Nazi Azov lo que ha provocado la muerte de unos 14.000 civiles desde el golpe de Maidan liderado por Occidente en febrero de 2014.

Estos son los objetivos de Rusia. Zelenskiy los aceptó inicialmente, pero luego se retractó cuando Washington dijo que no.

¿Cuánto tiempo puede durar la unidad de Occidente en el tema de las sanciones contra Rusia en un contexto de aumento del precio de la energía y de otros graves problemas como la inflación?

Esa es otra buena pregunta. De hecho, desde el mismo comienzo de este loco “juego de las sanciones”, Occidente es el principal perdedor. No es Rusia, sino Occidente, principalmente Europa, quien sufre sus propias sanciones. Estas sanciones fueron impuestas por EEUU, mientras que la débil Unión Europea se vio obligada a replicarlas.

Europa depende de los suministros rusos para abastecerse de energía, especialmente del gas. Alemania, depende del gas ruso en aproximadamente un 50%, y esta es la estimación más conservadora. El resto de Europa también necesita los hidrocarburos rusos como fuente vital de energía.

La razón por la que Europa accedió a las "sanciones" puede ser un poco más complicada de lo que parece a primera vista. Hay un hecho poco conocido: Alemania, el país líder en la UE, aunque parezca lo contrario no es una nación independiente.

Alemania vive bajo un acuerdo de tregua desde que terminó la Segunda Guerra Mundial: esto ocurre porque no se ha negociado ningún acuerdo de paz con los alemanes, y ha sido EEUU, uno de los países vencedores, el que se ha negado sistemáticamente. Los intentos de los cancilleres alemanes de liberarse de este estatus, que podríamos llamarlo esclavitud, han fracasado.

Un ejemplo es el proyecto Nord Stream 2. No fue enterrado por Alemania, lo enterró Washington en detrimento de toda Europa.

Hasta ahora, la UE ha seguido el ejemplo de su principal socio económico. Cuánto tiempo se adherirán a esta regla tácita, es difícil saberlo. Me parece que el punto de inflexión está cerca. Llegará el momento en que Europa deberá tomar sus propias decisiones, independientemente de la coerción a la que esté siendo sometida Alemania.

Mientras tanto, el presidente Putin y su brillante asesor económico, Sergei Glazyev, idearon una solución ingeniosa. Rusia cumplirá con sus obligaciones contractuales suministrando a Occidente gas y otros hidrocarburos, siempre que los recursos energéticos rusos se paguen en rublos. No en dólares estadounidenses, no en euros, sino en rublos rusos. Esta regla se aplica a todos los países que accedieron a la solicitud de Washington de imponer sanciones contra Rusia, es decir, a más de 40 países.

La regla del rublo inicialmente causó agitación en Europa, hasta el punto que la presidenta de la Comisión Europea (CE), declaró ingenuamente que era inaceptable… Bueno, es simple. O rublos o nada de gas. Al final, la mayoría de los países han aceptado las condiciones rusas en silencio, sin ruido y, lo que es más importante, sin cobertura en los principales medios de comunicación de Occidente.

Para Rusia, esto puede convertirse en una bonanza: el petrorrublo estaría reemplazando al petrodólar. Cada vez más países se atreven a abandonar el sistema de dinero fiduciario en favor de monedas más estables, monedas que no sólo están respaldadas por el oro y sino también por sus economías, como el rublo o el yuan chino.

La mayoría de las estafas finalmente llegan a su fin. La estafa del dólar fiduciario de EEUU ha estado ocurriendo demasiado tiempo, lleva más de un siglo. Es así desde que se aprobó la Ley de la Reserva Federal de 1913. Es hora de reemplazar el dólar, de llevar al mundo a un sistema socioeconómico más justo y equitativo.

EEUU está aumentando su actividad en el Pacífico: el bloque AUKUS, los submarinos nucleares para Australia, la cooperación en armas hipersónicas con australianos y británicos, etc. ¿Significa esto que Washington está trabajando para debilitar a Europa y a la OTAN y, por otro lado, tiene un proyecto estratégico dirigido contra China y Rusia?

El bloque AUKUS es una extensión de la OTAN en el Pacífico. No es un debilitamiento de la OTAN, sino todo lo contrario. Tiene la intención de rodear a China a través del Mar de China Meridional e indirectamente a Rusia.

Según el acuerdo, Australia recibirá submarinos nucleares de la industria militar británica, en reemplazo de un contrato de submarinos franceses. La ruptura del contrato con Francia podría costar a los contribuyentes australianos hasta $5 mil millones.

AUKUS es un pacto de seguridad trilateral entre Australia, el Reino Unido y los EEUU anunciado el 15 de septiembre de 2021 para el Indo-Pacífico. Con este pacto se ampliará la OTAN a la región del Pacífico.

Con el AUKUS, no se pretende debilitar a la OTAN en Europa. Si bien algunos miembros de la UE habían comenzado a expresar dudas sobre la utilidad de la OTAN , la guerra entre Ucrania y Rusia ha cambiado esa actitud reticente.

La propaganda financiada por EEUU sobre la agresión rusa pretende que "todos las naciones de Europa" luchen por tener “mayor seguridad”. Por otra parte, la mayoría de los "líderes" europeos son miembros del Foro Económico Mundial (WEF). Todos ellos están siguiendo el guión del "Gran Reinicio" (https://lahaine.org/dD9e), una suerte de tiranía global que eventualmente conduciría a una "Gobernanza Global" liderada por Washington. Este es un sueño absolutamente imposible en el mundo de hoy.

Mientras tanto, la OTAN en Europa podría tener pronto dos nuevos miembros: Suecia y Finlandia. El Secretario General de la OTAN ya ha dicho que está a favor de su adhesión acelerada... según Stoltenberg, la membresía completa podría ser posible para junio de 2022.

La OTAN está echando leña al fuego. Finlandia, comparte una frontera de 1.340 kilómetros con Rusia. Suecia no ha estado en guerra con los rusos en los últimos dos siglos.

La entrada de Suecia en la OTAN puede ser vista por Rusia como un acto de agresión particularmente grave. En el caso de Finlandia, si Ucrania es un indicador, entonces está claro que Rusia no tolerará otro país fronterizo con tropas de la OTAN, Finlandia, a la vuelta de la esquina.

Este hecho podría convertirse en otro punto de discordia, agravando el escenario del actual conflicto, y conducir a un escenario candente (¿nuclear?) de una Tercera Guerra Mundial.

La gran mayoría de la población, tanto de Finlandia como de Suecia [a pesar de lo que dicen los medios occidentales], se oponen a la entrada de sus países en la OTAN. Por el bien de la paz mundial, solo podemos esperar que los líderes de estas dos naciones escuchen a su gente.

globalresearch.ca / observatoriocrisis.com

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/fG1Y