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Brasil, Brasil :: 05/11/2014

Entrevista con Joaquim Palhares, director del portal Carta Maior

Juan Manuel Karg
"Dilma conquistó su espacio"

Carta Maior es uno de los medios más consultados en relación a la actualidad política brasileña. Allí escriben, entre otros, prestigiosos analistas como Emir Sader, Boaventura de Sousa Santos y Leonardo Boff. En esta entrevista con Tiempo Argentino, su director, Joaquim Palhares, analiza el reciente balotaje que otorgó un nuevo triunfo del Partido de los Trabajadores (PT) y da cuenta de la influencia mediática en detrimento de la campaña de Rousseff. Además, señala cuál cree que será el papel de Lula en los próximos años.

–El "voto duro" del PT se concentró en el nordeste del país. ¿Las políticas sociales de Lula y Dilma influyeron en ese voto masivo?

–Sí, allí influyó mucho la política de Bolsa Familia, de los gobiernos del PT. En el nordeste, el voto a Dilma llegó al 71 por ciento. Es una votación impresionante. Lula también influyó: tiene una ligazón con el nordeste muy fuerte. Las personas de allí ven en Lula a alguien como ellos. Porque él es un hombre muy simple, y se mantuvo así siempre. Hay mucha identificación con él. En Pernambuco, donde gobernaba el fallecido Campos, Marina ganó en primera vuelta. Y ahora, luego de que Lula fuera allá, la victoria de Dilma fue arrasadora.

–¿Cuál fue la influencia de los medios en los resultados de la segunda vuelta?

–La elección se transformó en una batalla de los ricos contra el pueblo, los pobres. Pero por extraño que pueda parecer, muchos pobres votaron a Aécio, principalmente acá en San Pablo. Eso es una consecuencia de la participación de los medios, pero también de algunos errores que el PT cometió, incluso el error de no intervenir en el tema mediático. Un ejemplo concreto: el control de los medios en Minas Gerais explica por qué Aécio Neves gobernó ese estado por diez años. Él sigue teniendo allí un control absoluto y total sobre los medios. Incluso su familia es propietaria de medios de comunicación, y el gobierno de Minas colocaba dinero en su propio medio de comunicación.

–¿Influyó la publicación de la revista Veja para que la distancia haya sido menor?

–Veja sacó la tapa el viernes. Y Globo no dijo nada ese día. Pero el sábado a la noche hizo un especial, en su principal noticiero, que tiene mucha audiencia, sobre esa tapa. Fue un verdadero "crimen electoral". Eso le sacó muchos votos a Dilma en San Pablo, y en todo el país creo que pudo haber influido aún más: un 6 por ciento.

–Se habló mucho de Lula en la prensa internacional, pero se analizó poco el papel y los discursos de la propia Dilma...

–Totalmente, hubo un acto con intelectuales aquí en San Pablo, donde participé. En el teatro sólo entraban 1000 personas, pero afuera había 15 mil personas. Muchos jóvenes. Fue la primera vez que vi un acto del PT con tantos jóvenes. Estas elecciones crearon una nueva figura política de la izquierda y del PT: Dilma. Porque hasta ahora Dilma era "la elegida de Lula". Ahora no: se posicionó como una figura política importante, con peso propio. En la hora más dura de la campaña, cuando la elección estaba prácticamente perdida, el pueblo fue a las calles, y ella también. Ocurrió una simbiosis, entre la voluntad de Dilma de ser presidenta, y la voluntad de la militancia, de no permitir el regreso del neoliberalismo. Así, Dilma conquistó su propio espacio, y va a ejercer un liderazgo político importante.

–¿Cómo ve el plano internacional en el nuevo período de gobierno?

–Aécio tenía "señal verde" de Obama para esta campaña. Su plan era revivir el ALCA, a través de la relación con la Alianza del Pacífico. Pienso que eso está abortado.

–¿Qué papel va a cumplir Lula en este nuevo período? ¿Lo ve más en la gestión o en el PT?

–Yo no sé si Lula va a querer cumplir un rol en el gobierno. Me parece que va a cumplir un papel importante en el PT. Tiene que intentar reorganizar el partido, cuidarlo. En cuanto al gobierno, él puede dar recomendaciones, impresiones –su voz es muy importante–, pero tengo la impresión de que Dilma ya formó su núcleo de trabajo cotidiano: Wagner, Rosseto, Mercadante y Fernando Pimentel van a ser parte de su equipo.
Ella los eligió. Ojo, el mercado ya está presionando contra el nuevo gobierno: desde que amanece hasta que anochece. Es como un trigre, o un lobizón: el hambre de ellos es total.

–¿Y el 2018 cómo lo ve? ¿El propio Lula podría disputar la elección?

–Yo creo que él no quiere ser candidato. Va a tener 73 años. Y, como se sabe, sufrió un cáncer, con casi un año de quimioterapia. Yo, que lo veo seguido, lo noto envejecido. No sé si va a tener condiciones físicas, el tiempo dirá. Dentro del PT hay otras dos figuras que podrían disputar la elección en 2018, si Lula no fuera candidato: el intendente de San Pablo, Fernando Haddad, un jóven muy formado, y Tarso Genro, un hombre con mucha experiencia, gobernador de Río Grande do Sul. Ambos fueron ministros de Lula, estuvieron ocho años junto a él.

Tiempo Argentino

 

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