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Can Titella dejó de ser un espacio liberado

Tres casas okupadas desalojadas en una semana. En Barcelona la represión contra el movimiento de okupación no cesa. El final del verano ya estuvo marcado por intensos ataques, el encarcelamiento de varios militantes y la criminalización desde los medios. Estos días continúan reprimiendo los espacios liberados, pero es digno de recalcar que la gente no está regalando sus derechos. Los antidisturbios deben enfrentarse a la fuerte resistencia que se organiza en los desalojos.

Can Titella dejó el miércoles de ser un espacio liberado. Las fuerzas represivas ejecutaron la orden de lanzamiento acordada hace un mes por el Juzgado de Primera Instancia número 7 de Barcelona y entró en la vivienda, situada en el número 40 de la calle de Astúries, en el barrio de Gràcia. Los 17 residentes fueron detenidos tras intentar resistir la ocupación policial del edificio, Arrojaron a los antidisturbios agua natural y con colorante, y estaban apoyados por una manifestación en las cercanías.

Como consecuencia de la represión durante el desalojo se produjeron enfrentamientos entre la policía y más de el centenar de manifestantes que organizaban la resistencia desde los alrededores, quienes quemaron contenedores y destrozaron los escaparates de algunos bancos para frenar las embestidas policiales. 14 personas fueron detenidas en esos altercados lo que hizo un total de 31 detenidos durante el violento desalojo. Éste es el tercer desalojo que se produce en lo que va de semana en Barcelona.

Can Titella era uno de los referentes del movimiento okupa de Barcelona y estaba ocupada desde el mes de febrero de 1997. Los okupantes fueron detenidos cuando se encontraban en el tejado de la vivienda, adonde accedió la policía con un mazo después de destrozar parte del interior de la casa. Según declaraciones de un activista, "destrozan el interior del edificio pero no lo derrumban, porque prefieren mantenerlo para fines especulativos a que haya gente okupándolo".

Horas después del desalojo, los okupas y la Delegación del Gobierno en Cataluña volvieron a pronunciarse sobre el problema. Albert Martínez, portavoz del movimiento okupa de Barcelona, aseguró: "Desde hace meses se está olvidando el problema de fondo, porque las instituciones no dan una respuesta política al tema de la ocupación, tal y como ha ocurrido en otros países europeos". En su opinión, "parece que lo único que interesa discutir es si los okupas son violentos cuando se produce un desalojo".

La delegada del Gobierno en Cataluña, Julia García-Valdecasas, también se refirió ayer a este último episodio de represión en Barcelona, en declaraciones a la agencia Efe. "Es fundamental atajar este problema cuando aún estamos a tiempo", aseguró. Del mismo modo, Valdecasas insistió en no enfocar el problema de la falta de vivienda. "El Gobierno mantendrá una línea decidida ante los violentos para proteger nuestro marco democrático de convivencia', declaró.

Sentencia absolutoria

Por otra parte, el Juzgado de lo Penal número 3 de Barcelona absolvió el miércoles a tres okupas que habitaron durante dos años una casa en el barrio de Sant Andreu. La fiscalía solicitaba para cada acusado una multa de 120.000 pesetas.

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