Una lucha contra la dispersión y por la dignidad de las personas presas

“En 25 días he perdido 17 kilos de peso, porque los últimos tres tampoco tomé ningún tipo de líquido. Por eso estoy así de débil y cansado (...) pero lo dicho, no podrán conmigo, ni ahora ni nunca, mi dignidad está por encima de todos ellos”.

Así se expresa Alberto Jiménez Alba, vecino del madrileño barrio de Aluche, que está preso desde hace nueve años, y que acaba de protagonizar una dura lucha contra la dispersión y en defensa de los derechos de las personas presas.

En sus nueve años de presidio nuestro vecino ha “visitado” otros tantos centros penitenciarios. Hasta hace poco se hallaba en Puerto I (Cádiz), es decir, a ocho horas de viaje desde Madrid donde vive su familia. Este hecho va en contra de las mismas leyes penitenciarias que estipulan que las personas presas tienen que cumplir la condena lo más cerca posible de su hogar, con el objetivo de facilitar la “reinserción”. Asimismo, esta situación de dispersión –que no solo se aplica a presos políticos o vinculados a banda armada- supone un castigo doble, ya que es sufrida tanto por la persona presa como por la familia y seres queridos, que se ven obligados a viajar cientos de kilómetros con el peligro que ello conlleva en las carreteras y a gastarse un dinero que muchas veces no abunda en el hogar para ver a su familiar o amigo durante apenas media hora.

En estos días Alberto Jiménez ha vivido una situación especialmente dura, ya que a la dispersión se ha sumado la enfermedad de su madre. “Mi madre está enferma, aparte de tener 62 años, tiene una parálisis facial y una minusvalía del 65%, y ahora la tienen que operar de un tumor en la cabeza. Por eso decidí tomar una lucha tan extrema como el coserme la boca y no comer nada hasta ser trasladado cerca de l@s mí@s”. La huelga de hambre indefinida protagonizada por Alberto se ha prolongado desde el día 2 hasta el 27 de junio, finalizándola al ser trasladado a la cárcel de Madrid III (Valdemoro), logrando por tanto uno de los puntos que exigía en su tabla reivindicativa:

- Ser trasladado a una cárcel de la Comunidad Autónoma de Madrid.

- Fin de la dispersión, el FIES y el aislamiento.

- Excarcelación de los presos con enfermedades incurables.

- Excarcelación de los presos con más de 20 años cumplidos y/o las ¾ partes de la condena.

- Fin de las torturas físicas y psicológicas.

Alberto ya está más cerca de los suyos, pero el desgaste sufrido con la huelga, la situación de su madre y los 40 días de aislamiento que tiene que pagar ahora en la cárcel de Valdemoro hacen que necesite comunicación y apoyo desde fuera. En palabras suyas, “psicológicamente no me encuentro nada bien (...) necesito más que nunca comunicación para evadirme de esta mierda que no solo está acabando conmigo, sino también con mis padres”.

Como dice el compañero “aquí dentro las cartas son media libertad...”
Apoya a las personas presas.
Escríbeles y rompe el aislamiento.

¡NI FIES NI DISPERSIÓN NI ENFERMOS EN PRISIÓN!

Dirección: Alberto Jiménez Alba
C. P. Madrid III Valdemoro
Módulo 4 (1er grado)
C. P. 28.340

Biblioteca Popular de Aluche La Candela Correo-e: bibliolacandela@yahoo.es

 
       

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