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Rompamos el Silencio, un movimiento necesario

En los últimos años, numerosos colectivos vienen organizando una semana de movilizaciones callejeras y debates abiertos sobre una amplia diversidad de problemas sociales y políticos.

Bajo la identidad común de "Rompamos el silencio", varios centenares de personas suman sus fuerzas en un modo de intervención política, desde lo social, basado en el DEBATE, LA ACCIÓN DIRECTA NO VIOLENTA Y LA ORGANIZACIÓN HORIZONTAL, DESCENTRALIZADA Y ASAMBLEARIA. Hasta la fecha ha habido experiencias de este tipo en Valencia, Barcelona, Madrid ( los dos últimos años), y Cordoba ( Noviembre /99 )

La lista de colectivos y movimientos que participan es dilatada: Colectivos de Solidaridad con las personas presas, América Latina, Madres unidas contra la Droga, Coordinadora de Menores, antimilitaristas, juveniles, de barrio, centros ocupados, antirracistas, antifascistas, contra la represión, en defensa de los derechos humanos, contra la tortura, sindicalistas, contra el paro, la precariedad y la exclusión, campesinos, antiglobalización y antimastrich, feministas, ecologistas, comunistas, cristianos, libertarios, autónomos, etc. Esta suma representa una parte de lo excluido por la globalización económica y sus dinámicas asociadas.

De forma incipiente, este modelo de confluencia e intervención social, pone sobre la mesa el malestar social, no oculto y resignado, sino en lucha.,

La Acción Directa no violenta es una alternativa a la militancia de reunión en reunión hasta la derrota final. La convergencia de lo diverso puede generar la fuerza suficiente para romper el cerco mediático y llegar a la población.

Cada día de lucha contiene al menos un tema o movimiento social que se expresa a través de una Acción Directa, de una hoja que se reparte a la ciudadanía y a la prensa durante dicha acción y de un debate.

Las Acciones Directas han consistido en la ocupación de un local público como centro de operaciones durante toda la semana, ocupación de la bolsa, bancos, ETTs, reapropiaciones de alimentos en grandes superficies o comiendo gratis en El Corte Ingles, o de compresas por parte de mujeres que decían no sentirse " ni finas ni seguras ". Coladas masivas y constantes en el metro, o simbólicas en los autobuses, marchas antimilitaristas, concentraciones en embajadas (USA, Mejico), en locales de reclusión de inmigrantes, Dirección General de Instituciones Penitenciarias, y el domicilio de su director, etc.

LA ACUMULACIÓN DE FUERZA

La cooperación durante siete días ( cinco en el caso de Cordoba ), de una amplia diversidad de colectivos y militantes, es ya de por sí una buena noticia.

Por definición, todos participan en todas las acciones, no solo en la suya. De este modo cada singularidad vive la experiencia del apoyo de todos los demás. Puede expresar sus problemas específicos y debatirlos con los otros.

Esta unidad de acción permite, por su larga duración que, uno a uno, cada colectivo vea realizado su plan. El resultado es una identidad caleidoscópica, una verdadera suma de acciones y discursos que, lejos de subordinar sus partes constitutivas, las potencia.

En este modelo de unidad, las partes no entran en contradicción con el todo. Con el fortalecimiento del todo ( Rompamos el Silencio ), se fortalece cada una de sus partes. Recíprocamente la fuerza sumada de cada parte redunda a favor del todo. Para conseguir esto, basta con la cooperación leal con los otros. Aceptar una identidad general sin abandonar la propia ni pretender imponer ésta como resumen de la general.

Entender este sencillo modelo, basado en que con el todo crecen también las partes, es lo mas importante. Quien se considera a sí mismo como " la verdadera iglesia " acaba intentando ofrecerse como alternativa o visualizarse por encima de los demás. Estas tendencias, afortunadamente débiles en Rompamos el Silencio, no son privativas de la izquierda tradicional. En la semana de Lucha Social de Junio'99 en Madrid, cierto grupo sindical, de presencia marginal en la dinámica de lucha, nos puso sus carteles para que nos afiliáramos con ellos "si estábamos escaldados" de nuestra militancia en otros grupos.

La acumulación de fuerza no depende, en nuestro caso, del éxito de un colectivo o grupo determinado en convocar u organizar a mucha gente, sino en conseguirlo desde la suma y la pluralidad de propuestas, bajo el paraguas de una identidad general. También en la confianza generada entre los distintos grupos, producto del respeto, la lealtad y el apoyo mutuos.

En este caso lo que se suma son colectivos y militantes reales, enraizados socialmente y con actividades propias. No estamos ante la acumulación de impotencias, ante una suma burocrática cuyo saldo es una impotencia de mayor dimensión, sino ante una cooperación que multiplica, más que suma, la fuerza de las partes.

La equivalencia total de identidades no es aritméticamente posible ni políticamente deseable. Sin entrar en colisión con lo dicho más arriba, cabe defender que, como demuestra la experiencia, una mayor densidad de los grupos que trabajan en la exclusión ( cárcel, droga ), y de los que trabajan sobre lo global ( globalización, capital financiero ), son recomendables como discursos que aportan fundidos, por un lado lo más brutal de la exclusión y por otro los rasgos generales de la lógica social que genera la injusticia y la violencia.

LA ACCION DIRECTA

El elemento constituyente primordial de "Rompamos el Silencio" es la Acción. En base a ella se articulan el resto de los elementos. Eso no quiere decir que no haya contenidos o que no haya reuniones. Toda acción está atravesada por un discurso local o sectorial y, secundariamente, por el discurso general de la unidad de acción.

El modelo organizativo horizontal y asambleario sólo puede funcionar con una maquinaria descentralizada. Esta maquinaria flexible, se contrae en las asambleas y se dilata en el tiempo y en el espacio, para elaborar, preparar y ejecutar hasta la próxima asamblea, en la quede nuevo evalúa, debate y decide.

Una observación superficial puede sugerir que entre Asamblea y Asamblea solo hay acción descoordinada. No es así. La única garantía de que el funcionamiento asambleario sea productivo y no un agotador y ciego espontaneismo, es la organización y la elaboración previas.

La contradicción fundamental hoy, se dá entre el aumento de los abusos y la disminución del enfrentamiento. Las palabras de lucha acuñadas en otros tiempos, han perdido su significado. Sólo valen para participar en una lucha de frases, sobre todo, dentro de las organizaciones.

Necesitamos nuevas dinámicas de confrontación sobre las que construir una nueva gramática de lucha. Si escribimos en un papel la palabra "perro", esa palabra no muerde. Pero si esa palabra nombra a un perro real que muerde de verdad, esa palabra casi muerde.

Es la Acción Directa, no la delegada, la que es imprescindible poner en pié. "Rompamos el Silencio" no es el resumen de la Acción Directa, sino un modesto intento de reivindicarla como modo esencial de intervención política.

Acción Directa es superar, con otros, la derrota, el nihilismo, la soledad. Sumar pasiones positivas, que son las que tienen en cuenta a los otros y generan acción colectiva. Combinar necesidades materiales, culturales y políticas, indignación y deseos de goce y vida en común. Superar la aparente imposibilidad de intervenir políticamente desde abajo.

Acción Directa, es transformar el tiempo ( siete días de lucha social) en un proceso poli(é)tico. Construir, con la voluntad y la acción colectiva, un lugar en el mundo. Un tiempo vivo frente a la nada y el tiempo muerto del mercado.

"NO VIOLENTO" ES DIFERENTE A "LEGAL".

Lo legal es, frecuentemente, injusto. El precio de las viviendas o la inestabilidad de los empleos es legal, pero no es justo. Para luchar contra la injusticia hay que recorrer el camino entre lo legal y lo justo. Para ello es imprescindible sobrepasar lo legal.

Sin sobrepasar lo legal, las denuncias de lo injusto son solo una paradoja. Una abstracción frente a la fuerza de lo real. Una mera denuncia es solo la demostración de que ésta realidad además de inmodificable es democrática. Esa denuncia, si no tiene más ambición solo es una retórica que retroalimenta el sistema injusto.

Al desbordarse lo legal, se muestra la posibilidad de modificación de la realidad, empezando por la posibilidad de la rebelión, en lugar de la sumisión como respuesta a la injusticia.

La vulneración de la legalidad en nombre de la justicia, de forma colectiva y fundamentada, es un acto ético y democrático.

Administrar la tensión entre la acción directa ilegal y la represión policial y judicial, es un arte que, junto a la imagen mediática, debemos cultivar en base a un proceso de ensayo -error- rectificación.

NO VIOLENCIA

El objetivo primordial de la Acción Directa es romper el silencio para llegar a las multitudes que sufren individualmente y levantar una bandera de lucha. Se trata de que lo que permanece en la sombra sea iluminado a los ojos de todos.

El buen fin de esta operación requiere dos condiciones necesarias. Por un lado, elaborar cuidadosamente las imágenes y las palabras para expresar lo excluido, lo oculto. Por otro lado, conseguir que los focos iluminen la representación que hemos construido de lo tapado y transmitan con la menor manipulación posible esa realidad desvelada.

Organizar nuestras propias redes informativas es muy importante, es imprescindible, pero en una sociedad como la nuestra, los focos son los medios de información. Poderosas maquinarias industriales de creación de subjetividad, cuya finalidad es la reproducción del orden social.

La Acción directa tiene una notable capacidad para atraer la atención de los medios, pero también la de la policía, con lo cual a la hora de hacer nuestra representación, aparecen habitualmente actores no deseados que intentan impedir la función o, por lo menos, modificar el guión.

Los destacamentos armados de la economía de mercado, tratan de evitar que se visualice la distancia entre lo legal y lo justo. La violencia policial forma parte sustancial de las acciones directas. Cualquier intento de sobrepasar en la práctica, no sólo con opiniones, la legalidad, es objeto de intervención policial.

Si la legítima defensa ante la violencia policial se antepone a la difusión del mensaje central, habremos arruinado nuestro principal objetivo ( romper el silencio mostrando lo excluido ). En cuanto haya una respuesta contra la intervención policial, los medios recogerán el enfrentamiento entre los radicales y las fuerzas del orden. Los contenidos reivindicativos e ideológicos tenderán a desaparecer. Se acreditará, una vez más, para los inocentes consumidores votantes de la derecha y de la izquierda, que la exclusión no debe ser objeto de la política sino de la policía.

La Acción Directa no violenta no es una opción teórica acerca de "la violencia", de la cual habría mucho que hablar. Es, sobre todo, una necesaria política para evitar la trampa que hace aparecer a las víctimas como verdugos y para no abortar un movimiento en sus comienzos.

Para las amplias cases medias y para casi toda la izquierda, la exclusión, los pobres buenos, son objeto de la compasión, la solidaridad y la socioburocracia. Pero si los pobres desobedecen, entonces son un peligro para la democracia ( de mercado ).

La autodefensa de los que denuncian el orden injusto, es legítima y justa, pero inapropiada en un movimiento incipiente. Si ocupas la Telefónica hasta que los directivos devuelvan los 50.000 millones, y este dinero evite los despidos y viene la policía para desalojarte, no es lo mismo ser 100 personas que 10.000 personas. En el primer caso, los ocupantes tienen un problema. En el segundo caso lo tiene la policía y la Telefónica que les ha llamado.

Romper el Silencio es obligar a los aparatos de propaganda de masas a transmitir tu mensaje, dándoles las menos facilidades posibles para distorsionarlo y manipularlo.

El poder mediático está montado para transmitir el orden irrebasable de la injusticia estructural. Pero si se consigue acumular la suficiente fuerza y legitimidad como para interrumpir ese orden, los medios se verán obligados a transmitir eso también. Aunque antes o después lo manipularan, el mensaje llegará a muchas personas hartas de tanta violencia y tantas mentiras, y esas personas podrán sumarse a la lucha.

LA IZQUIERDA

Hasta la fecha, los partidos y sindicatos de la izquierda, se han mantenido a distancia de las sucesivas ediciones de "Siete Días de Lucha Social".

Al hablar de izquierda, no nos referimos al partido que ha gobernado 13 años flexibilizando el empleo, impulsando la globalización capitalista y protagonizando la corrupción y los crímenes de estado. Tampoco a los grandes sindicatos, incluidos ya en la respetabilidad de gestionar la globalización económica.

La ausencia de la izquierda se refiere a la de los sindicatos o corrientes sindicales minoritarias, muchos militantes comunistas y de izquierda unida. Esta ausencia tiene varias causas. El mundo de las drogas, las cárceles y la ocupación, encajan en una categoría de izquierda tradicional, "el lumpen". Aquí hay una barrera teórica. Ellos se dirigen de forma preferente a lo que llaman la clase obrera y por extensión a sus estructuras tradicionales de representación: partidos y sindicatos.

En segundo lugar, la vocación institucional y los compromisos con la "razón de Estado" de dicha izquierda, ha generado, desde la transición política española, múltiples enfrentamientos con los sectores mas radicales y dinámicos que trabajaban desde lo social.

Por último, en el esquema de muchos comunistas y anarcosindicalistas subyace, más o menos explícitamente, una visión de sus respectivas organizaciones como referentes políticos de todo lo que se mueve desde lo social. Un movimiento multilateral, con cuadros experimentados y discurso político desde lo social, puede verse como competitivo y mirarse con hostilidad, naturalmente no confesada. A estos factores se añade para estos grupos su debilidad y la escasez de cuadros, la creciente pasividad y localismo de su militancia, la dedicación de fuerzas a lo institucional y a las dinámicas internas.

Estos factores, de los cuales el principal es la falta de voluntad política, explican la ausencia de militantes de la izquierda clásica en un movimiento como "Rompamos el Silencio", lo que supone un límite para el crecimiento de dicho movimiento y para la superación del desencuentro entre la izquierda política y la social.

Sin embargo, desde Rompamos el Silencio es necesario cuidar los blancos de nuestra lucha y no convertir a ningún grupo de la izquierda en objeto central de nuestras denuncias y movilizaciones. Muchos militantes de estas organizaciones sienten lo mismo que nosotros. Nos ven con simpatía e incluso cooperan de forma diversa con este movimiento. No entenderían la injusta descalificación global de su organización, y por extensión de ellos mismos.

Hay que atacar a la represión, la globalización, la competitividad, el machismo, el capitalismo, la violencia estatal, la falta de libertad. Fundamentar estas líneas de trabajo es atacar la parte de la izquierda comprometida con el poder y aproximar a nuestra causa a la parte de la izquierda enfrentada ( contradictoriamente, pero ¿ donde no hay contradicciones ? ), con dicho poder.

Por último, no olvidemos que el Coro unico no es totalmente homogéneo a la lucha partidista entre el bloque socialdemócrata, incluyendo el grupo PRISA, y el gobierno del P.P., impone un freno para que la violencia policial se despliegue de forma contundente sobre nosotros. Esto no garantiza ninguna seguridad para el futuro pero sí explica que, con las cosas que hemos hecho, y en el contexto político-social actual, no nos hayan machacado. Poner en el punto de mira con carácter principal a los partidos y sindicatos de izquierda incluidos en el Coro Unico, no solo no es acertado desde el punto de vista de centrar al enemigo principal, sino que es contraproducente al favorecer la convergencia de todos nuestros enemigos.

Lo principal es construir nuestro propio movimiento porque desde la izquierda tradicional no hay salida. Ahora bien, sin una parte de ella tampoco. Contra ella, menos.

¿QUE ES "ROMPAMOS EL SILENCIO"?

Una unión temporal de múltiples identidades sociales.
Un movimiento plural para la defensa de los derechos humanos y la libertad.
Una lucha mestiza contra el paro, la precariedad y las distintas formas de exclusión, la violación de los derechos humanos ( sobre todo en el interior de las cárceles ), la violencia y los abusos sobre los inmigrantes, las mujeres, los menores, contra el militarismo, y el creciente control social.
Un intento de romper el silencio que oculta la marginación, el dolor, la desigualdad y la violencia que se esconden tras los éxitos de la economía, la competitividad, la globalización y la moneda única.
Una forma de lucha basada en la Acción Directa, no violenta. La Acción Directa es el fundamento. Lo demás gira en torno a ella. Defendemos la necesidad de la fuerza para la lucha por la libertad. Defendemos la legitimidad de la autodefensa popular. Pero optamos por la no violencia sobre personas y sobre cosas porque, aquí y ahora, es prioritario que se transmitan nuestras reivindicaciones y no nuestra resistencia frente a la policía. El factor sorpresa nos permite crear situaciones de hecho en las que se visualice la injusticia de lo legal, de lo cotidiano así como sus responsables. La violencia es la del sistema que trata de evitar estas acciones cívicas y pacíficas.
Un convencimiento de que para que se vea la diferencia entre lo justo y lo legal es necesario a menudo sobrepasar la legalidad. Lo legal y lo justo no coinciden de forma habitual y es necesario tomar partido.
Una voluntad de acumular fuerza. Pero no solo numérica, sino también en conocimiento, apoyo mutuo, confianza, lealtad, valor y experiencia para romper el silencio y expresar y organizar el conflicto social oculto en individualidades aisladas que, siendo víctimas, se consideran culpables.
Una lucha no solo de intereses corporativos sino de cooperación generosa para el todo. Porque con el todo, crece la confianza mutua entre las partes, condición necesaria para superar nuestra debilidad e impotencia actuales.
La confianza es condición para la práctica comunitaria y el rearme emocional. Ambos son básicos a su vez para el intercambio gratuito, el reconocimiento del "otro" como igual, el desarrollo de la subjetividad antagonista y el poder constituyente.

Un movimiento plural sin mas límites que el respeto a los acuerdos de las Asambleas.
Una vocación de utilidad, no solo para romper el silencio, sino para utilizar el apoyo mutuo en causas concretas donde se demuestre que la unión hace la fuerza.
Una identidad común en proceso, no como masturbación teórica que nos conduzca, como es habitual, a dar gracias a Dios por habernos hecho mejores que a los demás, sino como la vivencia de nuestra intervención social común y la imagen pública que generamos. Aunque la identidad común sea temporal, si es satisfactoria y útil, nos impulsará a desarrollar el proceso enriqueciéndolo y haciéndolo mas complejo,
Una voluntad de llegar a la mayor cantidad de gente posible. Organizando la llamada a colectivos, militantes. Aumentado la capacidad de sobreponernos a la represión, dando a conocer nuestro movimiento a amplios sectores sociales. Intercambiando experiencias y cooperación con otras experiencias análogas de fuera de Madrid, poniendo como eje central, en la actualidad, el desarrollo local o regional de la experiencia y no las acciones estatales.
Queremos dejar de ser pobres buenos y militantes de reuniones. No nos conformamos con la compasión ni con la lucha de frases. Pedimos cuentas con nuestras ideas y con nuestros cuerpos a la lógica excluyente y violenta que rige nuestra sociedad y a sus beneficiarios. No queremos incluirnos en este orden. Queremos un orden sin exclusión.
No solo queremos estar en la calle montando un espectáculo para romper el silencio mediático. Queremos ser dinamización real de lo social, fábrica de cooperación y subjetividad para la vida en común y la lucha. Modo de intervención política desde lo social. Referente para muchos que piensan que lo que les pasa se debe a un destino fatal inevitable.
No somos el residuo de una contestación social en fase terminal, sino el principio del fin de la impunidad, el anuncio de oleadas de antagonismo y de una vida buena para todos. No somos un resto del naufragio de ninguna revolución, sino una chispa que quiere incendiar la pradera.

LA CONSTRUCCIÓN DE UN BLOQUE SOCIAL ANTAGONISTA.

La cantidad de militancia mas o menos anticapitalista que aún queda por barrios, pueblos, empresas, centros de enseñanza y movimientos sectoriales, es muy grande.

En ella están presentes numerosos militantes de organizaciones de izquierda, pero al margen de la política de sus organizaciones. Esta es una militancia real territorializada, con influencia social local, pero verdadera. Se caracteriza por el localismo,la ausencia de discurso político general fundamentado, la falta de información directa respecto a otras actividades como la suya, y la inexistencia de planes de estudio y formación estables.

La mayoría de la izquierda política y sindical tiene como actividad principal las instituciones o el intento de entrar en ellas. La actividad política social es secundaria. Hace falta un proyecto que convierta en principal la articulación de una fuerza política antagonista desde la actividad social real. Esto exige un enorme gasto de energías en lo social, ( ese gasto ya se dá de forma descentralizada ), y en particular en articular lo social, creando espacios de convergencia. Estos espacios deben estar basados en la acción y el apoyo mutuo, pero exigen unas formas organizativas capaces de hacer funcionar con eficacia las acciones y los debates.

Cada edición de los 7 Días de Lucha Social, debe ser superior en efectivos y preparación a la anterior. Solo así podemos evitar que la represión nos corte el paso. No en el sentido de evitar la represión, que seguro se abatirá sobre nosotros, sino en el sentido de que la represión se convierta en un estímulo para que muchas más personas se sumen y nos apoyen y de esta forma retroalimente el movimiento

La voluntad de crecimiento debe ser un rasgo ineludible de nuestro movimiento. Eso implica enfrentar nuevos problemas de formas de organización, de financiación, de consenso. Aumentar la escala de la cooperación, implica complementar la espontaneidad y la total horizontalidad con mediaciones de elaboración, ejecución, organización.

Eso planteará nuevos problemas que habrá que resolver sin degradar los contenidos y el funcionamiento asambleario horizontal y democrático radical. Desentenderse de estos problemas o renunciar a crecer para no enfrentarlos, nos hará perder la oportunidad de incluir a muchos colectivos y personas en este movimiento.

La participación en "La Semana de Lucha Social" debe exigir a los participantes la aceptación de sus principios y de la autoridad de las Asambleas. Llegar a muchos colectivos para incorporarlos al movimiento no solo debe ser un deseo sino una tarea asumida y realizada por todos y todas.

Las Asambleas no pueden ser un lugar donde se dice lo primero que se le ocurre a cada uno, sino el lugar de información- debate- decisión, que reúne una gran cantidad de trabajo previo. En un entorno de crecimiento, las asambleas espontaneistas pueden provocar el colapso del movimiento.

Agustín Morán - CAES

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