Principal
España | País Vasco | Internacional
Pensamiento autónomo
Antimúsica
La haine
Buscar
Estado Español

Testimonio de un detenido en la manifestación antifascista del 19-N en Madrid

Fernando, trabajador de 45 años. Exposición de los hechos por los que fui arbitrariamente detenido, maltratado y torturadopor ejercer el derecho a manifestarme que la Constitución me reconoce.

LA MANIFESTACIÓN

El domingo, 19 de noviembre, acudí a la manifestación legalmente convocada y autorizada cuyo punto de partida sería la Plaza de Carlos V. Una vez conformada por unas 2000 personas inició el recorrido previsto por la calle Atocha.

Puesto que había ido sólo, no me situé bajo pancarta, bandera o lema alguno y decidí situarme en la parte de atrás y en esa situación me mantuve durante el recorrido que las fuerzas antidisturbios permitió realizar a la manifestación, de forma que detrás de mi, no había ningún manifestante pero sí 3 y a veces 4 agentes de las fuerzas antidisturbios que durante todo el recorrido fueron los mismos, (en algún momento intenté ver en sus uniformes alguna señal o número identificativo, pero comprobé que no llevaban nada que los pudiese identificar), tras ellos, unos 20 o 25 furgonetas policiales, y detrás, una UVI movil del SAMUR y varios vehículos y operarios del servicio municipal de limpieza. Sobrevolaba la manifestación un helicóptero policial y por simple observación calculaba que entre los de la parte delantera, los flancos, la parte trasera y los que permanecían en los vehículos, a los manifestantes nos rodeaban más de 500 agentes antidisturbios, unos con uniforme de color azul, otros de color negro, algunos de ellos empuñaban escopetas de las que disparan pelotas de goma, otros, de las que disparan cartuchos.

Ante tan desproporcionado despliegue de fuerzas, temí por mi integridad física y la de todos los manifestantes.

Discurriendo la manifestación por la calle Atocha, pude observar como en dos ocasiones las fuerzas antidisturbios se dirigían en actitud y tono intimidatorio a reporteros gráficos. Primero a un fotógrafo, después a un cámara, si bien en ambos casos me dirigí a interesarme por la situación, en ninguno de ellos llegué a contactar con los grupos formados por los reporteros y los agentes, pues estos daban por finanalizadas sus indicaciones cuando los manifestantes demostrábamos interés por lo que ocurría.

La manifestación se detuvo brevemente en tres o cuatro ocasiones, momento que aprovechaban algunos manifestantes que se rezagaban comprando en los comercios de alimentación, reincorporandose luego al grueso de la manifestación.

Todo esto lo observaba dada mi situación en la parte de atrás, no quedando, como ya he dicho, ningún manifestante tras de mí, estableciendose en todo momento una relación visual con los 3 agentes citados anteriormente y que precedían al convoy de vehículos policiales.

Observé que en la puerta de la iglesia que hay a la altura del nº60 de la calle Atocha, quedaban 6 o 7 agentes de las fuerzas antidisturbios, y posteriormante, a unos 50 metros de la iglesia, en la puerta de una hamburguesería que hay a la altrura del nº40 de la calle Atocha, en la esquina de la plaza Antón Martín, quedaban otros 6 o 7 agentes. Posteriormente pude comprobar para qué, pero me resultó extraño, pues la manifestacióm con voces de "nosotros no olvidamos" y depositando flores, fijó su atención en el portal de la finca donde fueron asesinados durante la transición los abogados laboralistas, pero en ningún momento en los lugares donde se quedaban los agentes.

Pasada la Plaza de Antón Martín, la calle Atocha se estrecha considerablemente, lugar y momento en que los 3 agentes que marchaban tras la manifestación, se desplazarón hacia la derecha y una de las furgonetas policiales, la de la izquierda de las tres que marchaban en primera línea, con acelerones obligaba a los manifestantes a avanzar, acortando considerablemente la distancia entre los grupos de manifestantes así como entre estos y los tres agentes. Me giré y memoricé la matrícula bajo la mirada de los agentes, pero he de reconocer que al día de hoy y tras los acontecimientos vividos en los siguientes tres días, sólo recuerdo que tenía cuatro números, entre ellos un 0 y un 3, y a continuación una letra que tampoco recuerdo.

Cuando la cabecera se detuvo en la Plaza de Jacinto Benavente, la parte de atrás de la manifestación donde, vuelvo a repetir, me mantuve en todo momento, quedó a la altura del nº24 de la calle Atocha. Allí pude comprobar como los agentes que habían quedado en la puerta de la iglesia y la hamburguesería, que se sumaban al grupo de tres que siempre había predecido a los vehículos policiales, momento en que les oí decir:

-"VAMOS A PONERLOS NERVIOSOS".

Comenzaron a bajar un suplemento que sus escudos llevan en la parte inferior, produciendo, con el mecanismo de plegado, un ruido que hizo girar la cabeza alarmados a bastantes manifestantes. Avancé unos pasos y anuncié a las personas que me predecían:

-"DICEN QUE QUIEREN PONERNOS NERVIOSOS, VAN A CARGAR".

De pronto, en la parte delantera, se oyeron varias detonaciones de las escopetas que portaban los agentes, la gente corría despavorida hacia atrás tratando de eludir la carga policial, oí que alguno del grupo de los agentes a mi espalda decía:

-"CERRAD AQUI, CERRAD AQUI".

Me giré y vi como tres o cuatro agentes, entre ellos al menos dos de los que siempre habían estado detrás de mí, se dirigían hacia mí con sus porras levantadas, la avalancha de personas me cerraba el paso hacia delante, los agentes me derribaron a golpes de porra y patadas, desde el suelo oí decir a uno de ellos:

-"ÉSTE DETENIDO, ÉSTE DETENIDO".

Mientras me golpeaban y arrastraban, vi que el resto de agentes golpeaban a los manifestantes que, para evitar los golpes, se desviaban por la calle Relatores...

LA DETENCIÓN, EL MALTRATO; LA TORTURA; LAS AMENAZAS; LA INCOMUNICACIÓN Y LA LIBERTAD... CONDICIONAL.

... contra lo manifestado en la denuncia por parte de los agentes antidisturbios, en ningún momento ofrecí resistencia de ningún tipo en mi detención en la calle Atocha a la altura de su intersección con la calle Relatores, salvo que se pueda definir como resistencia mis preguntas:

-"¿DETENIDO?, ¿DE QUÉ SE ME ACUSA?".

A las que se me contesto:

-"CALLATE LA BOCA O TE LA PARTO".

Los agentes no tuvieron que realizarme cacheo o registro alguno, puesto que cuando, entre golpes, fui arrastrado y conducido por ellos entre dos furgonetas policiales puestas en batería, entre las que recibí multitud de golpes, entre estos varias patadas dirigidas a los genitales, por iniciativa propia, y como única acción para que se respetase mi integridad física que ya había sido seriamente dañada con una mano totalmente inflamada a consecuencia de uno de los golpes, vacié el contenido de mis bolsillos, mostrando mi D.N.I. que quedó en posesión del único de los agentes que quedó ultimando mi detención, mientras yo recogía el resto de los documentos que habían caído al suelo como consecuencia de un inexplicable manotazo de este agente sobre la cartera que sostenía en mis manos.

A pesar de comunicar y mostrar mi lesión, el agente me sujetó las manos a la espalda con grilletes, haciendo caso omiso de mis lamentos de dolor por la mano lesionada, me introdujo a empujones y patadas dentro de una de las furgonetas, me indicó que me pusiera de rodillas en el suelo de la furgoneta y que no me sentara en ningun asiento, porque: " EN LOS ASIENTOS SE SIENTAN LOS POLICÍAS Y NO SEA QUE LES PEGUES ALGO".

Una vez que estaba en la furgoneta, con las manos sujetas a la espalda, el agente se puso un guante de color azul, supongo que parte de su equipo y me dio varios puñetazos en la cara mientras me preguntaba y decía:

-"¡QUE GANAS TE TENÍA, CABRÓN!".
-"¿QUÉ HACÍAS TÚ AQUÍ?"
-"¿ESTABAS CON TU GRUPO?·"
-"¿ESTABAS EN ALGÚN SERVICIO DE ORDEN?".
-"¡TÚ NO HAS TRABAJADO EN TU PUTA VIDA!".
-"¡CIERRA LA BOCA O TE LA CIERRO YO!".
-"¡YA TE VERÁN LA MANO CUANDO YO LO DIGA!"
,

A lo que yo respondí entre los golpes tratando de reducir la violencia policial QUE HABÍA IDO SOLO, COMO CIUDADANO Y TRABAJADOR, A MANIFESTARME POR DECISIÓN PERSONAL E INDIVIDUAL, QUE LLEVABA TRABAJANDO DESDE LOS 14 AÑOS Y QUE POR FAVOR LLAMASE AL SAMUR PORQUE ME DOLÍA MUCHO LA MANO.

Cuando el agente se desentendió de mí, cerró la puerta de la furgoneta mientras le decía al agente conductor:

-"LLEVATELO, QUE MANTENGA LA BOCA CERRADA, Y SI NO LO HACE, ME LLAMAS A MÍ, QUE YO ME OCUPO DE CERRARSELA".

Una vez a solas con el conductor, mientras era conducido en distintas direcciones sin poder precisar cuales por mi posición en el vehículo puesto que no alcanzaba a ver el exterior y desde el exterior no se me veía a mí, pedí asistencia médica en dos o tres ocasiones sin lograrla. Cuando el conductor se subió al vehículo tras una de las múltipleas paradas en las que unas veces se bajaba y otras no, volví a pedir asistencia y el agente conductor me gritó:

-"¡QUE CIERRES LA BOCA, YA TE VERAN!"

Ante todos estos hechos, perdí toda esperanza de un trato correcto y me limité a aguantar los dolores. Así transcurrieron como dos horas hasta que el vehículo hizo una parada, se abrió la puerta de la derecha, por lo que pude ver estábamos en la Plaza Nueva, junto a la Plaza Mayor, algunos agentes subieron a otra persona con las manos sujetas a la espalda con una especie de cuerda de color blanca y negra, le hicieron ponerse en el suelo de la furgoneta con las mismas palabras que a mí, ( "EN LOS ASIENTOS SE SIENTAN ETC...), se abrió la puerta de la izquierda, se asomó el agente que me había estado golpeando, me miró, miró al conductor y este le dijo:

-"NO SE HA PORTADO MAL"

Aproveché la ocasión para volver a solicitar asistencia médica, y tras un "ESPERATE" y unos minutos, por la puerta de la izquierda se asomó una persona con casco y una especie de impermeable amarillo que parecía ser del SAMUR, me giré de rodillas para que pudiese ver mi mano que continuaba con los grilletes a la espalda, me la tocó, afirmó que me dolería mucho y le indicó con un gesto de la cabeza a los agentes que deberían evacuarme.

Ya en la sala de espera del hospital, pedí que me retirasen los grilletes que me estaban produciendo dolor en la mano lesionada y muy inflamada, el agente me giró, miró los grilletes y dijo que estaban flojos y que no era necesario quitarmelos, me indicó que me sentase, le dije que prefería estar de pie porque había estado mucho tiempo de rodillas en el suelo de la furgoneta y prefería tener las piernas estiradas,; me sentó de un empujón, lo que provocó que mi mano chocase contra el respaldo del asiento produciendoome mayor dolor, me levanté instintivamente y el agente se puso frente a mí diciendome:

-"MIRA, ME DA IGUAL QUE ESTEMOS AQUÍ EN EL HOSPITAL; AQUÍ Y DELANTE DE QUIEN SEA, COMO NO HAGAS LO QUE TE DIGO, TE DOY DOS PUÑETAZOS."

Ante las esperiencias violentísimas sufridas durante mi detención por ese mismo agente, respondí:

-"YA LO SÉ, YA LO SÉ".

Me senté, aunque la postura de mis manos me producía gran dolor.

Minutos después, los agentes que me habían detenido y trasladado, se marcharon, dejandonos a la custodia de dos agentes que formaban la dotación de un vehículo de los llamados Z y una vez que fuimos atendidos por el médico, nos trasladaron a las instalaciones de la Brigada Provincial de Información, donde nos volvieron a dejar custodiados por agentes antidisturbios, nos mantuvieron en un pasillo, de pie, cara a la pared durante un largo tiempo que no podría precisar con ocasionales gritos:

-"VISTA AL FRENTE, ¡ QUE MIREN HACIA DELANTE!

Posteriormente, me pasaron a una habitación donde se me leyeron las acusaciones de los delitos que se me imputaban y mis derechos básicos frente a ellas.

Tras otro periodo de cara a la pared del mismo pasillo, fui trasladado junto a otros cinco detenidos a través de un patio a otro edificio donde estaban los calabozos y quedamos recluidos aproximadamente a las 18h. del domingo día 19 de noviembre tras haber sido detenido sobre las 13 h.

Entre las 20 y 21 h. recibí la asistencia letrada a través del abogado de oficio. Por decisión propia, utilizando mi derecho, no declaré ante la policía, reservando mi declaración de los hechos para rtealizarla ante el juez.

Tras permanecer detenido e incomunicado tambien durante el día 20 de noviembre, en la madrugada del día 21 a las 2h. y 30 minutos, fui conducido junto a otros detenidos a una habitación donde había 6 ó 7 hombres con batas blancas sin identificación de ningun tipo, al entrar nosotros, algunos de ellos comenzaron a silbar la canción conocida como"Cara al sol". Despueés, entre amenazas del tipo :

-"¿QUÉ LEES?, NO LEAS NADA O TE PLANTO DOS HOSTIAS".
-"ESE HA DICHO QUE TE LAS IBA A DAR,(levantando la mano) PERO YO AL FINAL TE LAS DOY".

Y comentarios como:

-"¿QUÉ HACE UN ARGENTINO AQUÍ?, LOS GENERALES ARGENTINOS TENÍAN QUE HABER ACABADO CONTIGO A SU TIEMPO".
-"A VER, OTRO ROJO, ¿ YA NO HAY MÁS ROJOS?"
-"¡PERO SI ESTE TAMBIÉN ES ROJO! ¿QUÉ HARÁ UN HOMBRE DE 50 AÑOS AQUÍ?",(presumiblemente yo, puesto que no había ningún detenido mayor, al menos en ese lugar y momento).
-"¿QUE HARÁ AQUÍ UNO DEL FERROL?...¡DEL CAUDILLO NADA MENOS!".Etc....

Me hicieron varias fotografías, impresionar mis huellas digitales y firmar unos documentos que eran lo que no nos permitíeron leer.

A continuación, sobre las 3 h me volvieron a trasladar a la celda hasta las 7h. 30 minutos del día 21 de noviembre en que me volvieron a sacar para conducirme a las 8 h. a los calabozos de los juzgados de la Plaza de Castilla, donde a las 13 h. aproximadamente hice mi declaración ante el juez, siendo puesto en libertad condicional a las 18 h. del día 21 de noviembre, tras 55 horas desde mi detención. Deberé presentarme en el juzgado los días 1 y 15 de cada mes en espera de juicio.

Nodo50

Principal | España | País Vasco | Internacional | Pensamiento autónomo | Antimúsica
Alizia Stürtze
| Reconstruyamos la historia
| La prensa al servicio del neoliberalismo
Kolectivo La Haine