lahaine.org
Estado español :: 29/09/2004

Aznar, el fundamentalista español

Antonio Torres - La Haine
El capitalismo occidental es hipócrita, siempre viendo la paja en el ojo ajeno y criticando los defectos de los otros, mientras ignora los propios. Es lo que ocurre con la cuestión de los fundamentalismos religiosos: siempre el fundamentalista es musulmán, nunca es cristiano, y por supuesto, el fundamentalista es siempre asiático o africano, jamás europeo o norteamericano.

Poco se nos habla del fundamentalismo cristiano que inspira a Bush y en general, ideológicamente, al Partido Republicano, lleno de teorías delirantes y de fantasiosas interpretaciones de la Biblia relacionadas con la segunda llegada de Cristo, y con el Oriente Medio como escenario. La ubicación geográfica de estas teorías no es casual, ni es ajena a lo que allí está ocurriendo, como decía F. Engels en el "Anti-Dühring": "La estructura económica de la sociedad en cada caso concreto constituye la base real cuyas propiedades explican, en última instancia, toda la superestructura de las instituciones jurídicas y políticas, al igual que la ideología religiosa, filosófica, etc., de cada periodo histórico". Los desvaríos del fundamentalismo cristiano yanqui, sobre todo tejano, nos producirían más de una carcajada si no fuera por el peso que tienen en el gabinete de Bush y en su partido, y por su labor de justificación ideológica para el pillaje y la dominación.

Tampoco se habla mucho del fundamentalismo judío, del sionismo, esa ideología que inspira tanto a Sharon como al encargado de la Defensa en los USA, Paul Wolfowitz.

Los fundamentalistas españoles no son menos, para nada se quedan atrás, como así demostró el ex Presidente español José María Aznar en su primera conferencia en la Universidad, católica por supuesto, de Georgetown, con el título "Siete teorías del terrorismo actual", y es que Aznar es como una sanguijuela, que vive de chuparle la sangre a las victimas de los conflictos armados, ya sea en Euskal Herria o Irak; trató de absorber la sangre de los casi 200 muertos el 11 de marzo en Madrid para beneficio propio, para que su delfín, Mariano Rajoy, reinara por los siglos de los siglos, pero salió mal.

En Georgetown, Aznar dijo lo siguiente: "El problema de Al Qaeda con España empieza a principios del siglo VIII porque España rechazó ser un trozo más del mundo islámico cuando fue conquistada por los moros". Un problema de los ultra nacionalistas españoles, como Aznar, es justamente no reconocer su ultra nacionalismo, para ellos, "ultras" son otros, casi siempre nacionalistas vascos, sean de la tendencia que sean, en esos "otros" los ultras españoles proyectan todas las maldades posibles e imaginables, es decir, proyectan sus propios vicios y crueldades, que nunca serán reconocidos por ellos.

Aznar, como buen fundamentalista, no es riguroso, está lleno de irracionalidad e idealismo ciego, para él el conocimiento científico de la Historia es cosa de herejes y heterodoxos, en definitiva, de los anti españoles de siempre, de esos malditos "rojoseparatistas"; la barbaridad de la frase de Aznar así lo demuestra, porque plantea un grave error de inicio que hace que se caiga el resto de meteduras de pata históricas que contiene: España en el siglo VIII no existía, es más, en 1492, fecha de la caída del Reino Nazarí granadino seguía sin existir. ¿Quién se inventa ahora la historia los siempre perversos "nacionalistas periféricos"? Pero hay más, el rechazo no fue al islam, porque España, que no existía, no fue invadida como tal, como nos dicen los ultras españoles, por hordas arábigo-musulmanas. El rechazo fue al cristianismo trinitario y a las imposiciones godas, sobre todo en la Bética (lo que podríamos entender por la actual Andalucía), donde se profesaba el cristianismo unitario, y en aquella época con muchos más contactos en general con sus vecinos del Norte de África y el Mediterráneo que con el resto de la Península. Si España, que insistimos, no existía, no fue conquistada, difícilmente puede hablarse de que hubiera una reconquista.

En España jamás hubo dominación árabe-islámica, y no solamente porque como se está repitiendo una y otra vez España no existía, sino porque en Al Andalus no hubo una sustitución en masa de la población autóctona por una árabe-islámica. Sí se dio, en cambio, una asunción gradual del islam, espaciado en el tiempo, de las poblaciones autóctonas, que es algo muy diferente.

Es cierto que en la mitología del fundamentalismo islámico se suelen hacer referencias a la pérdida de Al Andalus, pero lo dicho, no deja de ser mitología sin base científica alguna, ya que Al Andalus nunca fue ni un país árabe, y ni mucho menos un país fundamentalista islámico, a pesar de las imposiciones almohades y almorávides (procedentes de los actuales Marruecos y Mauritania), que para la población andalusí eran extrañas y ajenas. Al fundamentalismo islámico actual no se le perdió nada en Al Andalus.

Es curioso como tanto el fundamentalismo español católico y el islámico, por diferentes motivos, se empeñan en manipular la Historia de Al Andalus a su conveniencia.

Aznar en su delirio ultra ha echado mano de la afirmación sin base ni argumento escrita no hace mucho en ABC por el no menos fanático españolista, el vasco Jon Juaristi, que revolcándose en una ignorancia de marca mayor concluye que la base del actual integrismo islámico se encuentra en Al Andalus, ¡nada más y nada menos! Y, como no, para congraciarse con el público yanqui más reaccionario, Aznar recurre a la teoría del "choque de las civilizaciones" del Profesor en Ciencias Políticas Samuel P. Huntington, para quien todo lo que está ocurriendo desde el 11 de septiembre del 2001 en adelante se reduce a un choque entre el fundamentalismo islámico y el "democrático" y cristiano Occidente, siendo para Aznar "España y su valerosa lucha por la cristiandad frente a la opresión mora" un ejemplo de ello.

Aznar con su afirmación ha ofendido a Andalucía, a cada uno de los andaluces, incluidos los del PP, y se ha cagado en nuestro pasado, lo ha cubierto de mierda, porque la Andalucía que hoy conocemos nació de la CONQUISTA de Al Andalus, de las persecuciones a musulmanes y judíos incorregibles e indomables, como los moriscos Aben Umeyya o Tair Al Horr, de violentas y forzosas conversiones al cristianismo, de matanzas a infieles, y del reparto de las tierras arrebatadas a sus propietarios entre la nobleza conquistadora dando lugar a los primeros latifundios, de ahí viene Andalucía. Aznar nos niega una parte fundamental de nuestra Historia, nuestra herencia andalusí, y todo lo que los andaluces de hoy hemos recogido del Al Andalus, que no ha sido poco. Sin la herencia andalusí la Andalucía de hoy no existiría, no habría señas de identidad nacional-cultural andaluzas tal como las conocemos hoy. Aznar con su frase avala y exalta la violencia de la que nació la Andalucía actual.

A los andaluces se nos ha dicho tantas veces, durante más de 500 años, que todos los "moros" fueron expulsados y que no quedó ni uno solo, como si Andalucía se hubiese quedado vacía, que todos, sin excepción, somos oriundos de Burgos o de León, y encima vemos que en el proceso de formación de España ciertos rasgos manipulados de la cultura andaluza se tomaron como señas de identidad española, como fue el caso del flamenco, que muy pocos se escandalizan de las barbaridades ultras de Aznar.

Nadie ha dicho nada en Andalucía, al menos que se sepa, ¿qué le pasa a la izquierda nacionalista andaluza y los "andaluces de conciencia" de los que hablara Blas Infante? Porque ya sabemos que del Partido Andalucista (PA), del Partido Socialista de Andalucía (PSA), y de la IU andaluza nada se puede esperar.

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal