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Estado español :: 18/02/2015

De la lucha en las calles a la cola del paro

A. Tejada
Esta papeleta no nos la puede solucionar nadie desde la poltrona. La única papeleta posible es la de confrontar el capitalismo desde una perspectiva de clase.

Seis años de crisis y lucha obrera

La crisis económica vino para quedarse. Las falsas expectativas de la oligarquía y sus famosos síntomas de recuperación son la zanahoria inalcanzable que la clase obrera se puede ir despidiendo de probar. Sin embargo hemos recibido más palos que nunca y lo peor de todo es que la represión está cada vez más normalizada y asumida. Y es que el capitalismo es una crisis permanente para la clase obrera.

Parece que ha pasado un siglo desde aquellas huelgas generales convocadas a medio gas por el sindicalismo institucional. De los combates de la minería contra las fuerzas represivas ya nadie se acuerda y qué decir del olor a humo y barricada, de las basuras esparcidas y de las calles colapsadas por una clase obrera gritando contra el sistema capitalista.

La fábrica de Coca-cola nos la han desmontado sin apenas estornudar. El sindicalismo de combate y choque contra la patronal no está de moda cuando se acercan las elecciones. Ahora lo que manda es dejar de ser clase obrera con trabajo y dignidad para convertirnos en ciudadanos indignados que hacen cola para sellar el paro y la papeleta electoral.

El problema es que esta papeleta no nos la puede solucionar nadie desde la poltrona. La única papeleta posible es la de confrontar el capitalismo desde una perspectiva de clase. En el momento en el que respetemos una legalidad diseñada para someternos acabaremos sometidos y para someternos el sistema cuenta con muchas herramientas, algunas tan evidentes como la policía y otras más sutiles como el sindicalismo institucional o las nuevas promesas electorales.

Poco ha tardado “Ganemos” en tener su primer escándalo. Resulta que en el madrileño pueblo de Valdemoro alguien tuvo la indecente idea de organizar unas jornadas denunciando la represión en un centro social del municipio. La confluencia de Ganemos pasó por cambiar el bombín de la puerta unos días antes para censurar unas jornadas donde se iban a poner de manifiesto diferentes casos de represión a la clase trabajadora. Quien escribe este artículo presupone que quienes censuran unas jornadas contra la represión a la clase obrera es que aspiran a ejercitarla algún día.

Ganen o Puedan sin romper con la UE y el capitalismo nos espera más de lo mismo. La crisis del capitalismo sigue agravando la pobreza y la explotación de los y las trabajadoras. Pese a tener el mayor parque inmobiliario vacío de Europa no sólo sigue siendo imposible acceder a una vivienda, sino que la legalidad burguesa nos la quita. Pese a que los supermercados siguen llenos y se tiran toneladas de comida el número de trabajadores y trabajadoras que acuden a los comedores sociales crece de forma imparable. La juventud se amontona sin poder trabajar mientras nos alargan la edad de jubilación y a todo el mundo del tablado institucional le parece normal.

Organizarse en torno a un programa revolucionario. Volver a confrontar contra los aparatos del estado. Desconfiar de los encantadores de serpientes y volver a la dialéctica de o nosotros y nosotras o ellos y ellas. Desheredados y desposeídas contra monopolistas y oligarcas. Combatir el palo con palo y coger la zanahoria sin permiso.

Recomponer un movimiento popular revolucionario por la justicia social y nuestro futuro.

¡La lucha es el único camino!

A. Tejada, militante de Iniciativa Comunista.

 

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