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Estado español :: 17/03/2015

El Papa Francisco I coloca sus fichas en el futuro de la Iglesia española

Aday Quesada
Carlos Osoro: un arzobispo para la "segunda transición" :: "Esa dicotomía de pobres y ricos es una expresión más propia de un partido político"

Carlos Osoro Sierra es el nuevo arzobispo de Madrid. No es cardenal, como lo era su predecesor Rouco Varela, pero para la Iglesia este nombramiento tiene una especial importancia.

La Iglesia católica no abandonado, ni mucho menos, su concepción centralista del Estado e históricamente el Vaticano le ha concedido una excepcional importancia al arzobispado de Madrid. Desde la concepción unitaria del Estado español, la relación entre el Trono y la Iglesia debía de ser fluida y próxima. Cumpliendo justamente esa función, el cardenal Tarancón, un franquista reconvertido en los últimos años del régimen en “demócrata de toda la vida”, jugó su trascendental papel durante los contubernios que dieron lugar a la denominada "transición democrática". Ello debe de servir de referencia a nuestros lectores a la hora de evaluar el peso que tendrá en la Iglesia Católica española el nombramiento del nuevo prelado.

El perfil político y religioso de Rouco Varela era bien conocido por todos. Su propio rostro contraído por la crispación del dogmático, revelaba a la perfección cuál era su ideología . El físico de Carlos Osoro, en cambio, sólo nos descubre al prototípico hombre de la Iglesia. Negociador, hábil, diplomático, de maneras imperturbables y suaves, dispuesto a aparentar un pleno acople con los tiempos que le ha tocado vivir. Muchas veces olvidamos que la Iglesia de Roma tiene una sabiduria milenaria, una capacidad infinita para lograr mimetizarse con las más insospechadas situaciones. En sus decisiones nada, o casi nada, se improvisa. Carlos Osoro representa desde esa perspectiva el arquetipo de la nueva imagen que el Papa Francisco quiere dar de la Iglesia.

UNA “VOCACIÓN TARDÍA”

Osoro es un arzobispo relativamente joven si se le compara con el escalafón gerontocrático de la Iglesia española. Nació en 1945. Tiene, pues, ahora 69 años, entrando ya en los 70. Fue lo que entre el clero se suele denominar como una "vocación tardía". Es decir, no ingresó en el seminario durante su adolescencia como sucede en la mayoría de los casos. Antes de ser ordenado, había sido Instructor elemental de Educación Física. Posteriormente se licenció en Ciencias Exactas. Al finalizar sus estudios se dedicó a la docencia en colegios de la Iglesia, para terminar cursando estudios eclesiásticos y ordenado como cura en 1973.

Ni que decir tiene que Carlos Osoro Sierra no tuvo nada que ver, ni por asomo, con las corrientes rebeldes que se dieron durante aquellos años entre el clero antifranquista de la Iglesia española. Lo suyo, como correspondía a los curas de pensamiento conservador, era situarse, sin sobresaltos, en la linea del escalafón sacerdotal.

Prueba de la confianza que la Iglesia depositó en él tempranamente fue su nombramiento como rector del seminario de Monte Corbán en 1977. Luego sería nombrado vicario general de la diócesis de Santander, deán de la Catedral de la misma ciudad, arzobispo metropolitano de Oviedo, etc. etc. En el 2009, el Papa Benedicto XVI lo nombró arzobispo metropolitano de Valencia. Pero no sería hasta agosto del 2014 cuando el nuevo Papa Francisco I lo designaría arzobispo de Madrid.

EL PENSAMIENTO POLÍTICO DEL ARZOBISPO OSORO

Pero, ¿cómo piensa este nuevo jerarca de la Iglesia? ¿Cuál es su ideología? ¿Qué papel le ha encomendado la Iglesia jugar en estos "tiempos de mudanza"?

Hace apenas unas fechas, Carlos Osoro concedía una entrevista a un conocido diario digital madrileño. De ellas hemos extraído algunas opiniones que podrán proporcionar certeras pistas a nuestros lectores acerca de cuál será la "hoja de ruta" del nuevo prelado y príncipe de la Iglesia.

Según Carlos Osoro, "en España estamos viviendo cambios grandes, enormes y profundos. La Iglesia jugó un papel importante en la Transición". Osoro aseguró que el momento presente reúne importantes similitudes con aquellos años de finales de la década de los 70. "Ahora vivimos - afirmó el arzobispo - otra segunda Transición que de alguna manera afecta a los fundamentos mismos de la nación”.

Pero independientemente de cuáles sean los avatares históricos que esté viviendo el país, "España no se concibe ni se puede concebir desde el punto de vista histórico sin la fe cristiana”, asegura el prelado.

Según él, "esto es algo que acepta todo el mundo. Pero parece obvio que son momentos para vivir de nuevo una regeneración cristiana y que nos toca anunciar el Evangelio. Hay un rescoldo histórico claro; una tradición de muchísimos siglos. Estoy seguro de que al final nuestro pueblo descubrirá las esencias que están en la vida de España "

Por alguna razón, el nuevo "jefe" de la Iglesia española divisa negros nubarrones en los actuales momentos que sacuden al país. Y aunque la historia proporciona numerosísimos ejemplos de justamente lo contrario, Carlos Osoro cree que "cuando se quiere romper, aniquilar la religión en el ser humano, se está diciendo claramente que se busca instaurar una dictadura. Es algo consustancial al ser humano la búsqueda de la transcendencia”.

Pese a tener el perfil propio de un hombre conservador, pero no ultraconservador como Rouco Varela, Osoro Sierra se da cuenta de la importancia del papel cautivador que pretende representar Francisco I en una Iglesia cuyo conservadurismo alejaba incluso hasta a los más creyentes . "Hay mucha gente que estaba de espaldas a la Iglesia y que ahora, con el Papa Francisco, está volviendo a la casa de Cristo. Esto es lo importante. Lo importante es que esta tendencia continúe y que nosotros sepamos comunicar –no por nosotros, sino por nuestra causa– qué es ser religioso y transcendente" .

Cree el nuevo arzobispo de Madrid que eso de la lucha de clases es sólo algo que forma parte de la invectiva política, que en la Iglesia eso de los pobres y los ricos carece de sentido, que la Iglesia es una comunidad espiritual en la que está excluida la confrontación clasista. Aunque resulte sorprendente, el nuevo prelado está convencido de que los multimillonarios cristianos - y en España los hay por miles- son solidarios con los pobres de su mismo credo religioso. "Esa dicotomía de pobres y ricos es una expresión más propia de un partido político. La Iglesia de Jesucristo es una comunidad de hermanos y en una familia todos se ayudan entre sí. Unos y otros deben buscarse y auxiliarse".

El nuevo arzobispo tampoco renuncia a que el peso de la Iglesia sea patente en España a través de los modernos medios de comunicación. La Iglesia puede ser paleolíticamente antigua en sus concepciones ideológicas, en su estructura jerarquizada, en su consideración despectiva hacia el sexo femenino, en su boato y ceremonias, pero en lo que es rabiosamente "moderna" es en el peso que otorga al control ideológico de las conciencias. Por eso comprende muy bien la importancia que tienen para su propia existencia los grandes medios de comunicación y su inserción en la escuela. "Los medios de comunicación - concluye diciendo el hombre que el Papa Francisco ha encomendado el timón de la "Segunda Transición" - están para servir a la sociedad. La Iglesia no puede anunciar hoy el Evangelio sin estos medios que ha creado la inteligencia. Si la Iglesia tiene medios, que nadie se engañe, son para servir y dar la gran Noticia, la verdad de Dios a los hombres”.

Canarias-semanal.org

 

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