El X Seminario Internacional del PT mexicano, espejo de la lucha de los pueblos de América Latina

El Seminario "Los Partidos y Una Nueva Sociedad’, promovido anualmente en México por el Partido del Trabajo (PT) de aquel país, es en América Latina (y no sólo) una referencia para los científicos políticos e intelectuales progresistas que intervienen en el debate de ideas en un momento en que la humanidad enfrenta una crisis de civilización.

No es propiamente la Agenda lo que hace de él un acontecimiento político e ideológico diferente de otros. Es sobretodo la atmósfera. El X Seminario, este año en los días 17, 18 y19 de marzo, confirmó la tradición.

En qué difiere este evento de otros aparentemente similares? En una rueda de participantes en que se discutió el tema no hubo consenso en lo relativo a cinco peculiaridades que, sumadas, contribuyen para la "excepcionalidad’ del Seminario del PT.

I. No es un encuentro de "estrellas".

II. Es un Seminario abierto, muy contradictorio. El PT adoptó el "Venceremos" como himno y se canta la Internacional. Pero entre los participantes figuran personalidades que, presentándose como revolucionarias, asumen con frecuencia posiciones incompatibles con un ideario de izquierda.

III. Comparecen tradicionalmente delegaciones de los Partidos Comunistas de China, Rusia, Vietnam, Laos, Cuba, Corea Popular y de muchos partidos comunistas de América Latina y Europa.

IV. Las Resoluciones aprobadas expresan en su conjunto una firme condena del imperialismo y una solidaridad internacionalista calurosa con las luchas de partidos, movimientos y pueblos que combaten por la paz y por el socialismo contra el sistema de poder de los EE UU., el colonialismo y el racismo.

V. Es uno de los rarísimos Encuentros Internacionales en donde son leídas y aclamadas ponencias enviadas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, organización perseguida y calumniada en todo el mundo capitalista.

CONTRADICCIONES

El Seminario funcionó como un amplio panel de la imagen contradictoria proyectada por América Latina en estas semanas. Un dirigente del PT, el diputado Gonzalo Yáñez, sintetizó, en la inauguración, la euforia existente al afirmar que al contrario de años anteriores no se procede ya al inventario de derrotas, si no a la reflexión sobre una cadena de grandes victorias de las izquierdas en América Latina.

Muchas de las intervenciones transparentaron, sin embargo, a lo largo de los tres días del evento, que un importante sector de la intelligentsia política del Continente elimina fronteras entre pueblos, gobiernos y estrategias de poder.

En generalizaciones simplistas se acentúa la tendencia a transformar victorias electorales en situaciones que abrirían automáticamente las puertas a la transformación radical de la sociedad rumbo al socialismo. La confusión asume tales proporciones que algunos ponentes identificaron en la victoria de Michele Bachelet, en Chile, un triunfo de la izquierda continental. La intervención de Julio Uga, del Partido Comunista de Chile, fue útil y oportuna al advertir que el gobierno de la presidenta, sucesora de Lagos, será casi seguramente la continuidad de la política neoliberal de los anteriores gobiernos de la Concertación.

La euforia nacida de la movilización de las masas contra la globalización neoliberal y de un positivo aumento de la combatividad de los trabajadores no significa obviamente que América Latina se encuentre en el umbral de una era pre-revolucionaria.

Las políticas desarrolladas por los gobiernos de Lula, Kirchner y Tabaré Vázquez confirman que la elección de presidentes con fuerte apoyo popular, con programas moderadamente antiimperialistas y de condena del Neoliberalismo, no impidió la realización de políticas incompatibles con los compromisos asumidos delante del pueblo.

La confusión es inseparable de lo que significa la "Izquierda" para los latinoamericanos progresistas.

Si en Europa un partido de orientación como el Socialista Portugues, de Mario Soares y Socrates, ha desarrollado sistemáticamente políticas de derecha, fácil es imaginar las ilusiones que el discurso "socialista" genera en América Latina.

El hecho de que México se encuentra en campaña electoral no contribuyó a una reflexión serena sobre lo que es hoy la Izquierda en los países al sur del Río Bravo. Dos de los candidatos a la presidencia, Roberto Madrazo, del PRI, y Felipe Calderón, del PAN, defienden programas de complicidad obvia con el imperialismo, aunque el primero se presente como representante de un partido de origen "revolucionario".

Pero el tercero, López Obrador, del PRD, surge en la campaña como el social demócrata de izquierda que no es en realidad. Seria una ingenuidad creer que Obrador asumirá, si es elegido, los objetivos e ideales antiimperialistas del general Lázaro Cárdenas, padre del fundador del PRD, Cuauhtemoc Cárdenas. Todo indica que no resistirá a la presión de los EE UU para desmantelar a la PEMEX y privatizar lo esencial del sector energético.

El Partido del Trabajo participa en la coalición "Para el bien de todos", que sostiene la candidatura de Obrador, lo que no ayuda a comprender el proceso mexicano, porque el Partido organizador del Seminario se define como irreductiblemente antiimperialista, identificado con el pensamiento de Marx y Lenin, y presenta el Socialismo como única alternativa al capitalismo senil.

Para que los lectores puedan evaluar la complejidad de este X Seminario creo oportuno referir que Alberto Anaya, el dirigente más carismático del PT, prestigioso profesor de Economía, presentó al evento, con otros compañeros de su partido -Alfonso Ríos Vázquez, Arturo López Cándido y José Ríos Vázquez- una ponencia titulada "Los Problemas de la Construcción del Socialismo", que transcendiendo el ámbito académico, tiene la estructura y el tono de un documento militante.

En su ensayo, de gran calidad, Anaya procede a una síntesis histórica de las ideas centrales de Marx, del socialismo de Lenin, de Mao tse Tung y Deng Xiaoping, prosiguiendo con un enunciado de elementos teóricos y prácticos de la cuestión fundamental de la transición del capitalismo al socialismo, para concluir con un balance del socialismo real y una propuesta de los ejes esenciales de la reformulación actual del proyecto socialista.

LA PRESENCIA DE CHINA

Las intervenciones de la delegación china -integrada por un vice-ministro, por el embajador en México y miembros del Comité Central del Partido Comunista- suscitaron el debate más interesante del Seminario.

Al contestar a preguntas, los representantes del gran país aprovecharon la oportunidad para abordar temas que suscitan polémica en Occidente. No será una casualidad que en las grandes universidades de los EE UU y de Europa, destacados científicos políticos escogen China para tema de tesis en que se esfuerzan por presentarla como un país en rápida evolución hacia el capitalismo. Algunos lamentan el rumbo que atribuyen a China, lo que sorprende porque esos autores son casi todos anticomunistas convictos.

Esa contradicción parece inseparable del miedo de que el siglo XXI sea un siglo chino y de la seguridad de que los intereses chinos son incompatibles con la estrategia de dominación planetaria del imperialismo norteamericano.

Denunciando las campañas que presentan China como una sociedad en transición hacia el capitalismo, los delegados chinos llamaron la atención al hecho de que el Estado no se presenta siquiera como representativo de ningún modelo socialista. En Occidente se divulga intencionalmente una falsa imagen de China, simulando ignorar que el país se encuentra al comienzo de una larga marcha. La etapa primaria de acumulación, la actual, no es presentada por el Partido como expresiva de la futura sociedad, si no solamente como fase de transición al socialismo.

Iluminando los tremendos desafíos enfrentados, recordaron que en 1949, despues de la victoria de la Revolución, la renta per capita no excedía 27 dólares.

Con el 22 % de la población mundial, China dispone solamente del 7% de la tierra cultivable y del 6% del agua existente en el planeta. El retraso global del país y la insuficiencia de recursos naturales no han impedido que, bajo la dirección del Partido, China se haya transformado en los últimos años en una sociedad que presenta las mayores tasas de crecimiento del mundo. Eliminó el hambre y es actualmente el primer productor de cereales y como potencia industrial ocupa la vanguardia en múltiples sectores productivos.

China -subrayaron- no oculta la existencia de problemas sociales graves. Aproximadamente 800 de sus 1300 millones de habitantes viven en zonas rurales donde el progreso es mucho mas lento y las carencias mayores. El esfuerzo para la redistribución de la riqueza producida es preocupación prioritaria, pero el Partido y el Gobierno tienen conciencia -así fue enfatizado- de que las deficiencias en los sectores de educación y salud son todavía un obstáculo al desarrollo armonioso de la sociedad.

Lejos de mostrarse chocados con las preguntas criticas, los delegados de Beijing agradecieron la frontalidad del debate, pero afirmaron con mucha firmeza que el Partido comunista controla el proceso de transformación social, fiel a los principios del marxismo-leninismo.

VENEZUELA, BOLIVIA, CUBA

Las intervenciones cuyos temas incidieron sobre Venezuela, Bolivia y Cuba suscitaron especial interés.

La Revolución Bolivariana entusiasma a los pueblos del Hemisferio. Las fuerzas progresistas, de México a Argentina, han acompañado con esperanza las transformaciones en curso en la patria de Bolívar. Se repite en otro contexto histórico lo que ocurrió con Cuba. Bajo el gobierno de Hugo Chávez, Venezuela, hostilizada por el imperialismo, aliado a una burguesía involucrada en conspiraciones en serie, demuestra que es posible resistir a la más poderosa potencia mundial y seguir un camino propio en la construcción del futuro.

Su pueblo derrotó un golpe de estado militar concebido y financiado por los EE UU, derrotó el lock out petrolero que casi ha paralizado el país, venció el referéndum revocatorio cuyo objetivo era alejar Chávez.

La economía venezolana es todavía una economía cuyos mecanismos son los del capitalismo. Las exportaciones de petróleo -principal riqueza- se dirigen fundamentalmente a los EE UU. Pero el control de los recursos naturales fue transferido de la burguesía al Estado. La dependencia del líder carismático, excesiva, es preocupante porque camina con lentitud el proceso de creación de una organización revolucionaria que responda a las exigencias del desafío de la historia. El V República, más movimiento que partido, no tiene vocación ni estructura para asumir esa función.

Chávez radicalizó el discurso, responde con firmeza y coraje, a veces con vehemencia innecesaria, inseparable de su temperamento explosivo, a la insolencia y perfidia de las amenazas imperiales. Condena ya el capitalismo como sistema de explotación de los pueblos. Enarbola las banderas del socialismo, lo que contribuye a aumentar la agresividad de Washington. Pero las incógnitas del proceso son muchas. El discurso revolucionario por sí sólo no puede resolverlas. La insistencia en "el socialismo del Siglo XXI" como respuesta pretendidamente innovadora al capitalismo más confunde que ayuda.

En el Seminario se transparentó de las intervenciones de la numerosa delegación venezolana la diversidad de mundivivencias de sus miembros. Las de Rafael Uzcategui y de Amilcar Figueroa fueron excepción por la coherencia y busqueda de rigor ideológico.

El cubano Roberto Regalado, al presentar su libro "América Latina entre Siglos" (Ocean press, Melbourne, Nueva York, La Habana, www.oceanbooks.com.au) justificó el prestigio que conquistó como conocedor profundo de las luchas de los pueblos del Hemisferio y de las estrategias del imperialismo. La obra es una síntesis de vivencias y reflexiones acumuladas por un testigo y participante privilegiado. Como intelectual comunista militante, Regalado tiene aun el mérito de situar como telón de fondo de muchas de esas luchas la Revolución cubana, acontecimiento de significado transcendental que cambió el rumbo de la historia en América Latina, influenciando a toda la humanidad.

Las intervenciones sobre el proceso en Bolivia fueron también acompañadas con particular atención, porque la elección de Evo Morales por mayoría absoluta catapultó al pueblo de Tupaj Katari y Juan José Torres al primer plano de la actualidad internacional. Al llevar a la presidencia a un indio que afirma su intención de transformar radicalmente la sociedad, el milenario y heroico pueblo boliviano es ya considerado por el imperialismo un enemigo potencial.

En un comentario a un Seminario como este no es posible citar muchas ponencias importantes para distinguirlas de otras sin significado que también fueron muchas. No tuve siquiera la oportunidad de escucharlas o leerlas todas. Me permito sin embargo agregar que, por motivos diferentes, recuerdo las del mexicano Arturo Huerta, uno de los más talentosos y lucidos economistas de América Latina, de Marcos Domich y Renán Raffo, secretarios generales del Partido Comunista de Bolivia y del Partido Comunista Peruano.

Una europea, la comunista italiana Marina Minicuci, lanzó un desafío: la necesidad urgente de globalizar las luchas de resistencia de los pueblos, lo que exige una coordinación inexistente entre movimientos y partidos. Si ese trabajo no se hace, "sin un esfuerzo de organización -subrayó- todos se agota en un intranscendente plano de retórica".

La única intervención de un brasileño, dirigente del PT de Lula, un trotskista-posadista fue decepcionante. Llegó al extremo de elogiar el envío de tropas de su país a Haití.

Un ausente, el profesor Rémy Herrera, del CNRS de Francia, envió una brillante ponencia "Crisis estructural del capitalismo, luchas sociales, alternativas".

LAS RESOLUCIONES APROBADAS

No hubo Declaración Final. Pero las Resoluciones aprobadas, muchas por aclamación, aparecieron como desenlace natural de un encuentro internacional (comparecieron delegaciones de 30 países, representando 62 organizaciones y partidos) que ha sido de cierta manera un espejo de la situación que vive América Latina, caracterizada por una ascensión torrencial de las luchas antiimperialistas de sus pueblos.

Por ahora son impredecibles los contornos de las sociedades del mañana, mas, incluso en Washington, la extrema derecha neonazi, instalada en el Poder, tomó ya conciencia de que el neoliberalismo suscita el rechazo unánime de los pueblos y que para muchos millones de latinoamericanos el socialismo se presenta como la única alternativa a la barbarie capitalista.

Cito entre otras Resoluciones las relativas a Puerto Rico, Corea Popular, Ecuador, Haití, República Dominicana, Palestina, Brasil, Argentina, Cuba, China, Bolivia, Iraq, a la liberación de presos políticos, a la lucha de las FARC-EP y del ELN colombianos, a la lucha de la juventud y de los trabajadores franceses, a la defensa del agua y otros recursos naturales, a la condena de las campañas anticomunistas, a las migraciones y al racismo.

Una atmósfera de emoción enmarcó el homenaje a Schafik Handal, el gran revolucionario salvadoreño fallecido. Fundador del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, ex comandante de una guerrilla épica, Schafik, hombre de pensamiento y acción, nos deja el ejemplo inolvidable del comunista y combatiente ejemplar que ha sido desde la juventud.

***

El X Seminario coincidió con la reunión en la capital mexicana del IV Foro del Agua, controlado por transnacionales que pretenden privatizarla a nivel mundial.

Paralelamente, hubo otro Foro, de combate al proyecto, organizado por fuerzas progresistas. Ambos atrajeron durante días la atención de la comunicación social. Los desfiles de protesta contra el Foro oficial, de iniciativa sindical, llamaron a las calles a miles de personas y no faltaron choques con la policía.

Gigantesca megalópolis, la ciudad de México, corazón de una zona metropolitana con 20 millones de habitantes, vivió con intensidad esos acontecimientos. El Agua fue tema de debates apasionados. Un taxista, platicando conmigo, subió cinco siglos en el tiempo para responsabilizar los españoles por la desaparición de la maravillosa laguna en donde existió Tenochtitlán, la capital azteca destruida por Hernán Cortés.

El seminario fue tan absorbente y denso que me forzó a opciones difíciles para aprovechar los días libres. Sin embargo pude dedicar unas horas a revisitar el Museo de Antropología, un lugar mágico en donde, cada vez que allí regreso, intento profundizar la comprensión de la historia del México precolombino. Volví también, como siempre, a Teotihuacan, la mágica ciudad de los dioses, la de las pirámides de la Luna y del Sol, prodigio de urbanismo, abandonada desde hace seis siglos cuando los españoles allí llegaron.

México es para mi una pasión permanente. La sentí pulsar con fuerza cuando una mañana en Xoximilco, navegando en una canoa por la red de canales (193 kilómetros) de aquel laberinto acuático meditaba sobre las contradicciones de la tierra y del pueblo que vive en ella.

Heredero de una historia bella y trágica, el México moderno siente orgullo de las civilizaciones asesinadas que reviven en la nación mestiza de hoy, hija de culturas antagónicas, cuya fusión difícil no terminó.

Ese país inimaginable, donde el absurdo nunca sorprende, fue sujeto al inicio del siglo XX de la primera gran revolución que tuvo por escenario América Latina. La memoria de guerrilleros como Emiliano Zapata y Pancho Villa cuyas hazañas hacen recordar míticos héroes griegos, permanece viva. La juventud no los olvida. Ellos representan la antítesis de la derecha que hoy ocupa el poder bajo tutela de los EE UU, cuyo vocero local es el Presidente Fox, ex-director de la Coca Cola.

Al volar de regreso a Portugal, contemplando desde el cielo la mayor ciudad del mundo, me llenó la certeza de que mi México fascinante permanece vivo y su pueblo volverá a caminar por las grandes alamedas de la historia. En un mundo del cual el capitalismo habrá desaparecido.

Serpa, 26 de Marzo de 2006

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