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Estado español, Pensamiento :: 28/01/2015

Podemos, ¿estar domesticados?

Alberto Dávila
Mi recomendación es que una vez oído el canto de sirena de Podemos, sigamos construyendo poder popular sin caer en su hechicería.

Lo bueno de la falta de espacios donde reunirnos los activistas y todo el que pretende hacer algo en estos momentos tan críticos para las clases populares, es que tenemos que compartir estos espacios. En ellos hay reuniones de Podemos, Ganemos, PAH, mujeres y todos los otros colectivos que estamos trabajando en ello, como diría aquel.

Suele pasar que la coincidencia de reuniones te hace ver a gente que nunca habías visto antes. Los que llevamos años intentando transformar este sistema represor y policial en una sociedad donde los trabajadores y las capas populares en general, sean efectivamente el sujeto decisorio y organizado de la sociedad que pensamos y que queremos, vemos a toda esta gente y nos preguntamos. ¿Dónde estaban todas estas personas? , hemos luchado contra las reformas laborales tanto del PP como del PSOE, contra la Ley 15/97 de la sanidad, contra el régimen del 78, intentando crear conciencia y unidad contra este régimen que nos oprime. Pero nunca hemos visto nuestras reuniones tan llenas como las de Podemos y sigo preguntándome dónde estaban. Llenan las reuniones pero no participan de las movilizaciones que últimamente estamos convocando, ¿no participan y ya conocen la solución a estos problemas?, ¿han tenido una inspiración divina enfrascados en sus reuniones preparatorias de cara a este año electoral?.

Les recuerdo que la Ley Mordaza estará en vigor próximamente. Quizás piensen que dar la cara contra la represión de la policía, las multas o pegar carteles no es cosa de ellos, ellos quizás piensen que están para cosas más importantes. De cualquier forma mandan a un líder con la suficiente cobertura mediática a solidarizarse con los colectivos en lucha y ya cumplen. Quiero recordar que siempre hay excepciones a la regla.

Otro aspecto, el de los objetivos que están sobre la mesa en las discusiones de estos círculos de personas, supuestamente sabedores de lo que hace falta a este Estado, ¿quizás discuten del cambio de régimen? ¿De acabar con el capitalismo? ¿De acabar siquiera con el sistema representativo?, les recuerdo a estos “intelectuales”, que era una de las reivindicaciones más sentida de su amado 15M, ¿de no pagar la deuda? Pienso que todo esto no está sobre la mesa de discusión de los círculos o como mucho serán discusiones pospuesta para mejor ocasión. Dice su líder, que al final solo quedaran el PP y Podemos, qué curioso no salimos del bipartidismo.

Desde las Europeas hasta ahora los cambios en sus argumentaciones han variado de forma contundente, de un discurso reformista a otro más pragmático y posibilista, estos dos conceptos son reaccionarios en sí mismo, impiden la transformación social.

En este proceso, hoy existen dos proyectos. Uno encabezado por Podemos donde se reconduce todo el descontento a posiciones solamente electoralistas. Tanto los reformista como los ortodoxos no temen a nada tanto como a la rebelión espontánea de los oprimidos y explotados, ambas corrientes frente a la rebeldías de las masas, gustan de presentar el argumento de que estas carecen de conocimientos teóricos y de preparación a fin de volver a acaudillarlas.

El otro proyecto es un aguijón nada fácil de sacar de la piel del sistema. Son las Marchas de la Dignidad, donde está claro que gobierne quien gobierne no vamos a dejar de pelear por nuestro mínimo programa políticos, que poco a poco debe de ir incrementándose, y por un modelo de sociedad donde los trabajadores y los movimientos sociales sean la principal fuerza transformadora de esta sociedad.

El canto de sirena representa en la mitología antigua, el poder del espejismo y el hechizo para apartar a la humanidad de su ruta.

En la Odisea uno de sus pasajes más famosos, el de la isla de las sirenas, nos advertía de que no nos fiáramos de estos cánticos.

Circe advierte a Ulises sobre este peligro y le dice que se ate al mástil y que ponga a sus marineros tapones de cera en los oídos, así podrá escuchar los cantos sin caer en su encanto y hechizos.

Mi recomendación es que una vez oído el canto de sirena de Podemos, sigamos construyendo poder popular sin caer en su hechicería. Esta es la ruta de la humanidad para construir una nueva sociedad.

 

Alberto Dávila, militante de Red Roja.

 

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