ePub
pdf
¡Can Vies no se toca!
Termina la farsa electoral y vemos cómo el capital se acomoda de nuevo a sus ciclos naturales. El FMI pide de nuevo ajustes estructurales para el Estado español, y mientras tanto éste acelera de nuevo la represión contra cualquiera que intente construir al margen de la lógica dominante. El mismo lunes, casi como si escenificasen el cambio de turno con el recuento de votos, se desalojaba en Barcelona el emblemático CSA Can Vies después de más de 17 años de funcionamiento. Profundizan en el callejón sin salida al que nos lleva el capitalismo, donde se acumulan casas vacías al lado de gente que necesita espacios para vivir y existir pero no los tiene.
Esta vez el pueblo no se ha quedado mirando de brazos cruzados. La rabia contenida y la destrucción de un espacio único han sacado a la gente a las calles, ejerciendo su legítimo derecho a defender lo que es suyo. La represión no se ha hecho esperar, y como otras veces hemos visto terribles imágenes de los ya infames Mossos d'Esquadra atacando sin piedad a cualquiera que se les pone por delante. Personas mayores hospitalizadas, orejas y oídos reventados por estar en el lugar equivocado, cargas indiscriminadas contra unas masas que en sus ojos se convierten en el enemigo, sin que hagan falta más sutilezas. En Iniciativa Comunista lo tenemos claro, y frente a discursos equidistantes o condenas de la violencia en abstracto nos ponemos siempre del lado de los y las que resisten a la opresión y la represión.
La mayoría de los partidos y personalidades que hace unos pocos días decían defender nuestros intereses hoy callan o directamente se ponen del lado de la represión, prefiriendo no arriesgar su imagen respetable. A otros y otras les veremos lamentar más la pérdida de unos contenedores o una excavadora que la brutalidad policial, la eliminación de espacios vitales para un barrio, una ciudad. Los medios pasarán de puntillas sobre todas las cuestiones sociales, regodeándose en la criminalización de la resistencia y machacándonos con el discurso hegemónico que nos pide sumisión ante nuestra ejecución a cámara lenta.
Resistir es vivir, pero para ganar hay que organizarse. Que nuestra rabia sirva para crear poder popular en nuestros barrios y centros de trabajo, que con cada golpe nos encuentren un poco mejor preparadas/os.
Can Vies no es toca!
¡Can Vies no se toca!
¡Solidaridad con los y las que luchan!
¡Organización, Revolución y Socialismo!
