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Estado español :: 23/09/2014

¿Conseguirá el programa "Sálvame" paralizar el proceso de concienciación social?

Alberto Dávila
La tendencia moderada de encaminar este movimiento hacia posiciones solamente electoralista sigue siendo un peligro al que debemos prestar mucha atención

A pesar del título, no se trata, solamente, de hacer un estudio de la influencia negativa de la televisión en la formación de la conciencia social, necesaria para la tarea que la clase obrera y los otros grupos subalternos tienen, para la creación de un consenso que permita obtener el “poder popular” suficiente para poder dirigir la lucha contra la burguesía.

Evidentemente la televisión es un medio muy potente para la creación de las ideas en las masas. Lenin ya veía la necesidad de combatir con nuestros propios medios de información, la ideología burguesa que sus periódicos y entramado social inducia en la conciencia de los trabajador@s.

Limitarse solamente a la crítica de la programación televisiva, sería algo poco menos que inútil si no hacemos una crítica global del funcionamiento de los sistemas de creación de ideología burguesa.

Este escrito está basado en la lectura de textos de teóricos y estudiosos del marxismo como Gramsci, Lenin, Foucault, Néstor Kohan y otras personas que han puesto sus opiniones y estudios en Internet, por lo tanto esto se puede considerar como una compilación de estas ideas con reflexiones propias sobre el tema. Lo que se pretende es abrir el debate sobre este tema, ahora que la situación política es propicia al avance de las ideas revolucionarias. Teniendo en cuenta que nuestras ideas no son hegemónicas dentro del movimiento popular, aun habiendo intervenido en el de forma positiva contando con algunos éxitos como la incorporación del no pago de la deuda en dicho movimiento, éxito que se debe atribuir a la izquierda revolucionaria, y a Red Roja en particular. Pero la tendencia moderada de encaminar este movimiento hacia posiciones solamente electoralista sigue siendo un peligro al que debemos prestar mucha atención.

Cuando hablamos de crítica global de ese funcionamiento, no estamos hablando de otra cosa que de la cultura como formar de creación de la hegemonía social que permite a la burguesía acceder a controlar la sociedad y posteriormente mantenerla.

Gramsci, define la cultura como.” Dimensión esencial de estructuración y desarrollo de la dominación en las sociedades estatales modernas”. Podríamos decir que antropológicamente, la cultura es un sistema generado por colectivos definidos histórica y geográficamente, que producen simbología de todo tipo, cuyos miembros son actores y transmisores de esa cultura que tiene la capacidad de comprender y modificar la realidad.

Por consiguiente, los hechos culturales, conforman a las personas en la creación de su propia historia.

En las sociedades modernas, la creación cultural ha pasado de ser una expresión de identidad de las personas que componen el colectivo, a ser un producto de consumo más, se ha cosificado, es decir, ha pasado de ser generada por los colectivos y ser una forma de comprender la realidad y actuar sobre ella, a ser un producto que enmascara la realidad.

El concepto de cultura es importante, porque va aparejado al concepto de dominación, solo comprendiendo este concepto de cultura, en profundidad, comprenderemos los mecanismos de funcionamiento de la dominación.

Volvemos a Gramsci y su definición de cultura “como dimensión básica para la creación de situaciones de consenso o subversión”.

No podemos hablar de cultura en abstracto, nos interesa relacionarla, introducirla, dentro de la confrontación social entre la burguesía y el proletariado, y verla en el marco que se conforma dentro de la lucha de clases, como una dirección intelectual, hegemónica necesaria , no exenta de tensiones, como paso previo de cualquier clase social que pretenda tomar el poder. Lo hizo la burguesía y lo tendrá que hacer el proletariado.

Para la toma del poder el proletariado, previamente debe ver la necesidad de este acto, es decir tener claro su papel de clase dirigente y conseguir el consenso con otros grupos sociales, esto desde mi punto de vista es la definición de la consigna de crear poder popular. Ya que este será posible en el marco de una unidad de clase, en primer lugar y un consenso con otros sectores sociales, que rompa el bloque homogéneo de poder burgués, y conseguir crear un bloque popular con la intención de subvertir el orden establecido.

Entiendo por poder la capacidad y la fuerza de hacer alguna cosa. El poder equivale a coerción pero la autoridad es la persuasión, esta es fruto del liderazgo y el consenso social. Por lo tanto la hegemonía es fruto del consenso con que cuenta la clase social en el poder o que lo pretenda, sea la burguesía o el proletariado. Es por tanto, el papel central que juega una clase social en alianza de clases o bloque histórico hegemónico.

Este bloque hegemónico, construye una compleja red de relaciones que se expande de forma transversal en la sociedad a través del conjunto de organismos e instituciones sociales (Escuela, Iglesia, Leyes, etc). Conforman una cotidianidad donde lo inducido culturalmente, enmascara la realidad (Sentido común) y se convierte en comportamientos básicos para el mantenimiento de esa hegemonía. No basta con lanzar un discurso pleno de verdades, consignas que alienten a la desobediencia, necesitamos crear una contra hegemonía, basada en la creación cultural como medio de conocer la realidad para poder transformarla.

La clase obrera, tiene que dominar a los grupos sociales adversarios y dirigir a los grupos afines, debe haber una actividad hegemónica cultural e intelectual, antes de pretender la toma del poder. Debemos crear esa alianza de clase que tenga la necesidad de defensa de clase primero, y se plantee la toma del poder después o en paralelo. Tenemos la necesidad de una revolución intelectual previa a la revolución política. Pues la toma del poder no es simplemente un golpe de fuerza.

Estamos ante una crisis de autoridad de la clase dirigente, una pérdida de capacidad de control y dirección moral e intelectual, lo que es lo mismo una pérdida del consenso obtenido durante la transición inmodelica, su hegemonía esta en crisis, la clase dominante, por tanto deja de ser dirigente y es únicamente dominante(coacción).Pero el dominio de una clase no puede mantenerse solo con la coacción, es necesario un cambio en las relaciones sociales, culturales, debemos de combatir todas las propuestas encaminadas al mantenimiento del poder de la burguesía, la emancipación de la clase obrera es imposible sin su emancipación cultural, no habrá liberación solamente accediendo a la posibilidad de poder tomar medidas económicas. Por tanto no vale con mejorar las condiciones de vida, aunque es importante, no vale con modificar esta o aquella ley, romper con este régimen es la única solución para los males de la clase obrera.

Una clase se conforma como tal, cuando toma conciencia real de conquistar la hegemonía. A este respecto decía Lenin.”Una clase que niegue la idea de hegemonía o no la comprenda, no es, o no es todavía una clase sino una corporación, (una asociación profesional), o una suma de diversas corporaciones” y añade”Justamente la conciencia de la idea de hegemonía es la que ha de transformar una suma de corporaciones en un clase”. Una pregunta que debemos hacernos y contestar, es si este proceso abierto después de las elecciones europeas, potencia o diluye esa idea de construir nuestra hegemonía.

Pero las formas históricas de la hegemonía no son siempre las mismas y varían según las fuerzas sociales que la ejercen. La burguesía construye la suya contando con los moderados, con los que se conforman con mantener algo de sus ventajas y no quieren cambiar nada, creando un consenso clientelar. El proletariado debe construir la suya basada en acabar con la explotación y desvelar esta explotación. Esta es la expresión de auto-educación de clase para gobernarse y conocer la verdad aunque sea desagradable. En esta relación pedagógica, todo maestro es siempre escolar y todo escolar maestro. (Tesis de Feuerbach). Para esta tarea, arrancar a estos moderados de la influencia burguesa y atraerlos a nuestras posiciones se hace tarea imprescindible.

Esta hegemonía o Poder Popular, se basa en la paridad sin engaños, donde no hay elites, debe conquistarse con la práctica política y solo se puede hablar de hegemonía cuando elementos de conocimientos de la realidad social comienza a entrar en la conciencia de la clase obrera. Con la convergencia de sus propios intereses con los intereses de los otros grupos sociales, se podrá construir alianzas con sectores subalternos como dice Gramsci, o corporaciones como dice Lenin.

Una vez conquistada la hegemonía, esta no es para siempre, esta tiene que adaptarse a los cambios sociales. La tarea de conocer y comprender, es decir de creación cultural, debe ser continuamente renovada para estar en situación de continuar dirigiendo.

En la perspectiva de la hegemonía del proletariado escribe Gramsci” Es cuestión de vida, no el consenso pasivo e indirecto, sino activo y directo, la participación de los individuos incluso si esto provoca una apariencia de disgregación y de tumulto”. Por tanto toda actividad política debe de ir encaminada a fomentar esa participación de los trabajadores en la toma de decisiones y en la creación como expresión de su conocimiento de las relaciones sociales, para transformarlas en clave de igualdad y libertad.

 

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