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México :: 23/07/2008

Cristina Valls: "Si comparto estas palabras es para que siga viva nuestra indignación y sigamos actuando"

Rojo y Negro
Cristina Valls Fernández es una de las 5 personas internacionales que en mayo de 2006, durante la represión en Atenco, el gobierno mexicano deportó ilegalmente.

"Romper el silencio. Las mujeres no podemos seguir callando esto, llevamos muchos años sufriéndolo. No es fácil, nada fácil porque hay mucho que deconstruir, hay toda una culpa y toda una vergüenza que no es fácil deshacerse de ella".

Tienen prohibición expresa de volver a ese territorio durante 5 años. Actualmente ha interpuesto una querella ante la Audiencia Nacional en virtud del principio de jurisdicción universal, en la que se pide la imputación de más 140 responsables por torturas, incluyendo violación y agresión sexual.

Rojo y Negro: El pasado 25 de enero presentaste en la Audiencia Nacional una querella contra el gobierno mexicano por el delito de tortura. ¿Qué esperas del sistema judicial aquí, en el Estado Español?

Cristina Valls: Bueno, llego a la decisión de interponer una denuncia jurídica porque creo que es una de las formas de visibilizar y luchar contra la impunidad, de no silenciar los actos de represión. Y aunque, paralelamente, trabajamos la denuncia social y es donde más esfuerzo estamos poniendo el grupo desde el que estamos trabajando en Madrid, que es “Atenco Somos Todas”, porque ésos son nuestros modos de hacer, vemos que no podemos dejar de lado los medios en los que los gobiernos represores se mueven, que es mediante sus leyes y constituciones.

Esta querella exige que se señale con nombres y apellidos a los responsables materiales e intelectuales del brutal operativo y que se reconozca que la agresión sexual y la violación es una forma más de tortura. Así que, del sistema judicial, espero poco más que se pronuncien en torno a todo este tema y que se pronuncien en torno a la impunidad. Para mí, está claro que las cosas se cambian por otras vías, pero mientras trabajamos en ello, no vamos a permitir el silencio ni el olvido, así que vamos a hacer lo posible porque el atentar contra los cuerpos de los y las activistas sociales, o contra el cuerpo de cualquier persona, no sea algo fácil y gratuito.

La vía jurídica no es nuestra forma habitual, no creemos que éste sea el camino que transforme el sistema. Para mí y para el grupo, la justicia es algo más que una sentencia. Algo más que un reconocimiento de que la violación es método de tortura o de que se señale a los responsables. De hecho, ni queremos que se olvide ni queremos que se repita, queremos saber qué pasa con todo lo que ha sucedido ya tantas veces en tantos lugares del planeta, por eso vamos a ir por todas las vías que estén a nuestro alcance y vemos que la denuncia jurídica es un modo de presión importante.

Si hoy comparto palabras es porque siento que tengo un espacio en esta responsabilidad de contribuir en que el olvido ni se acerque a nuestros corazones, para que siga viva nuestra indignación y para que sigamos actuando contra este sistema y estos gobiernos a los que tanto les gusta el silencio. Porque se cumplen dos años de la barbarie que tantos y tantas sufrimos; las que estuvimos allí presentes exponiendo nuestro cuerpo y las que, también, expusieron un trocito de su corazón que ahí quedó al sentir en sus cuerpos y en su sangre tanta rabia y solidaridad. Porque no vamos a permitir que esto quede así, que sigan compañeros y compañeras encarceladas y que, además, la impunidad siga en pie.

RyN: En la represión del 3 y 4 de mayo de 2006 en Atenco, las mujeres fuisteis doblemente violentadas. ¿Cuál crees que puede ser un buen camino de organización y de denuncia para acabar con las agresiones sexuales y violaciones por parte de los estados y de las fuerzas de seguridad?

C.V.: Bueno, para mí el “buen camino” comienza desde la educación. Personalmente dedico mucho tiempo de mi vida a desaprender mucho o todo de lo aprendido en la escuela y también bastante de lo aprendido de la educación que recibí en mi casa.

La sociedad está enseñada desde un régimen patriarcal que no permite la igualdad, y mucho menos una deconstrucción del género. El sistema educativo es machista, la familia tiene los roles marcadísimos, la iglesia es sumamente machista y patriarcal... Y, bueno, también algo que me parece súper agresivo es el tema de la publicidad… Ésa es la realidad en la que yo y la mayoría de la gente hemos crecido y aprendido. Así que, para mí, lo primero es el desaprendizaje desde uno y una misma, mirar hacia dentro y a ver qué encontramos… De ahí, nos podemos ir enfrentando a todo el bombardeo de información que nos lanzan.

En cuanto a las agresiones sexuales por parte de los estados, vemos que es una orden que se lleva dando de forma continua, que no es algo que nos venga de nuevo. Entonces… Bueno, primero eso, revisar la historia… Y lo que sí veo es que, como camino a tomar, primero debemos entender el por qué se realiza esta práctica, ver qué consecuencias son las que buscan con estos actos. El poder y el mantenerse en él es la base de quienes diseñan y ejecutan los operativos en los que se da la tortura sexual. Piensan y actúan con una concepción de superioridad, de dominación patriarcal que pretende convertir el cuerpo y la mente en objeto, apropiándolo y degradándolo.

Renombrar qué es la Tortura Sexual nos ayuda a entender que la comete el Estado y sus funcionarios públicos y creo que debemos entenderlo juntas, colectivamente. Por mi parte, en el grupo de “Atenco Somos Todas”, uno de los caminos que tocamos es el cuidado de lo emocional hacia dentro, tanto individual como colectivamente. Conocer qué objetivo buscan los gobiernos con estas prácticas nos hace ser más fuertes y buscar las herramientas de resistencia.

Éste es uno de los caminos que veo que debemos seguir, analizar y buscar las herramientas colectivamente. Por otro lado, romper el silencio. Las mujeres no podemos seguir callando esto, llevamos muchos años sufriéndolo. No es fácil, nada fácil porque hay mucho que deconstruir, hay toda una culpa y toda una vergüenza que no es fácil deshacerse de ella; la cosa es no tomarlo como algo individual y vuelve a ser difícil este planteamiento porque al final quien lo sufre y lo digiere es la mujer que lo ha vivido y también hay muy diversas situaciones. Yo puedo estar rompiendo este silencio desde una situación bastante cómoda, porque, a pesar de llevar esa carga ahí y esa digestión que se me hace difícil, cuento con un entorno favorable. Vivo en una comunidad y un entorno afectivo que grita y crece junto a mí, entonces pues algunas podemos levantar la voz, pero hay que tener presente que otras cuentan con un entorno totalmente opuesto al mío, mujeres a las que sus familias las rechazan por haber sido violadas. Se nos hace difícil de comprender, pero es así: mujeres que son expulsadas de su comunidad o que son obligadas a casarse con su violador.

Entonces, bueno, en la medida que se pueda, ir trabajando esta ruptura del silencio. Si no lo visibilizamos y lo denunciamos, pues el silencio hace que la impunidad resulte vencedora. Y también insistir en que la tortura sexual no solo le ocurre a las mujeres; también los hombres la sufren, pero son las situaciones más silenciadas.

Y otro matiz muy importante, que también vamos aprendiendo y desaprendiendo en el grupo de “Atenco Somos Todas” es el de cuidar los términos… Cuando una persona pasa por una situación de tortura, la sociedad la ve como víctima; esta visión es destructiva, pues lleva en ella muchas consecuencias. Nosotras vemos que al renombrar las palabras recuperamos su significado, ya que hay mucho poder en ellas, muchos intereses… Es como pasar de víctima pasiva a superviviente activa y una de las formas de hacerlo es recuperando el lenguaje.

RyN: ¿Qué respuesta has obtenido por parte de las autoridades españolas? ¿Y en concreto de las instituciones de mujeres encargadas de velar por la no discriminación?.

C.V.: No ha habido ningún pronunciamiento institucional. Es algo que tampoco esperaba, porque los intereses están fuertes. Entra en la lógica... Lo que nosotras vivimos en Atenco forma parte de toda una estructura. El gobierno español está metido en el beneficio de este operativo, es cómplice. La represión se da porque hay un movimiento de gente, de pueblo, que está peleando por mantener su modo de vida y lo hace contra proyectos neoliberales internacionales, en los que los intereses del Estado español están presentes. El gobierno español está de acuerdo con esta práctica, no me cabe duda. Los gobiernos reprimen a aquellos que obstaculizan sus proyectos económicos.

Foto de Óscar Llago

 

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