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Anti Patriarcado :: 07/05/2009

Mujeres en Latinoamérica: Cuatro voces feministas (III)

ANRed - Sur
Fabiana Tuñez :: El desafío es cómo articular y profundizar esta revolución que producimos las mujeres cuando tomamos conciencia y nos organizamos al cambiar la mirada

ANRed continúa con la publicación semanal de opiniones feministas sobre el feminismo, trabajo elaborado por las mujeres de Socialismo Libertario. Esta vez es el turno de una militante del feminismo popular "construido entre todas las mujeres y de cara a toda la sociedad", como le gusta definir. Se trata de Fabiana Tuñez, coordinadora general de la Asociación Civil La Casa del Encuentro, Espacio Feminista, Social y Cultural, Buenos Aires.

Cuatro preguntas a cuatro compañeras feministas

TUÑEZ:

Coordinadora general de la Asociación Civil La Casa del Encuentro, Espacio Feminista, Social y Cultural, Buenos Aires.

1. ¿Cómo describirías la situación en que nos encontramos las mujeres hoy?, ¿hay algún tema que consideres prioritario?, ¿existe una "especificidad" de las mujeres en Latinoamérica?

- La realidad que nos reúne en toda nuestra región es la profundización de la legitimación de la violencia hacia las mujeres, como una forma que encuentra este sistema para seguir controlando nuestras vidas y nuestros cuerpos. La falta de derechos humanos para las humanas y no considerar que la violencia hacia las mujeres sea una cuestión política. El patriarcado sigue avanzando y reinventa nuevas formas de opresión mientras el sistema nos dice que podemos ser diputadas, senadoras y presidentas consiguiendo de esta forma socias que siguen legitimando la violencia estructural hacia las mujeres en toda la región.

Las dos terceras partes de la jornada mundial del trabajo la realizamos las mujeres y recibimos el 10 por ciento de las remuneraciones mundiales, siendo propietarias sólo del 1 por ciento de la propiedad, y somos el 80 por ciento de las personas más pobres del mundo. En la actualidad existe un escenario político y social diferente, al capitalismo ya no le interesan los movimientos sociales y políticos, por eso busca la manera de atomizarlos y dividirlos en contradicciones secundarias. Y se dedica a la cooptación de actoras/es que, decididamente, son funcionales y protagonistas de las necesidades del patriarcado y del capitalismo así como de sus intereses. Como dice Audre Lorde, feminista, lesbiana y negra: "La supervivencia es aprender a asimilar nuestras diferencias y a convertirlas en potencialidades. Porque las herramientas del amo nunca desmontan la casa del amo. Quizás nos permitan obtener alguna victoria pasajera siguiendo sus reglas de juego, pero nunca nos valdrán para efectuar un verdadero cambio".

2. ¿Qué significa para vos ser feminista hoy?, ¿cómo ves a los feminismos en la actualidad?

- El feminismo es una filosofía política y un movimiento social, una teoría y una práctica que articulamos las mujeres, en la lucha contra este sistema de opresión, violencia y discriminación. Para mí ser feminista en la actualidad es pensamiento, cuestionamiento, acción y diálogo, que se expresa en diferentes propuestas y articulando estrategias, pero con planes de acción que nos tengan permanentemente en las calles, frente a frente fundamentalmente con las mujeres, y también frente al conjunto de la sociedad. Un feminismo que atraviese la sociedad siendo la contradicción principal al patriarcado y al capitalismo. Para poder analizar el hoy necesitaría hacer un poco de historia. En la década de los 90, herederas de las dos corrientes que atravesaron al feminismo en Argentina, así como en el resto del mundo, el feminismo de la diferencia y el de la igualdad, habían devenido en funcionarias, asesoras o miembras de ONGs (el de la Igualdad), y feministas de la denuncia permanente (el de la Diferencia). La Conferencia de Beijing (1995), con el guiño de Naciones Unidas, fue la puerta para "planes para el desarrollo con perspectivas de género", "derechos reproductivos", "procreación responsable", "derechos civiles" e "igualdad social entre los sexos", "violencia intrafamiliar", encajonando las antiguas consignas por el aborto, contra la violencia hacia las mujeres o los análisis que cuestionan "demasiado" al capitalismo como sistema de opresión; a partir de allí el enfrentamiento abierto entre dos corrientes que se venían gestando: la Autonomía y la Institucionalidad.

Las institucionales, amparadas por gobiernos y grandes organizaciones, salieron triunfantes de esta batalla ideológica y política mientras nosotras, las autónomas, luego del Encuentro Feminista de Cartagena en 1996, cuando estalla la confrontación con la aparición de las "expertas" sobre las políticas de mujeres, sólo pudimos tratar de resistir al poder hegemónico de las instituciones y observar cómo se fueron reemplazando las políticas feministas por las políticas de género y la cooptación de los gobiernos hacia el interior de nuestro movimiento. El sistema busca y reinventa maneras de filtrarse y lograr su objetivo. Las mujeres debemos continuar siendo oprimidas, para que el sistema patriarcal capitalista pueda seguir gozando de sus privilegios. ¿Por qué pensar en lo diferente si es mejor ser iguales? preguntaban las compañeras, desde la institucionalidad.

Y desde la autonomía, contestábamos ¡ser iguales significa que ya existe algo a quien parecernos! La igualdad es parte de la teoría del desborde, las sobras del patriarcado capitalista. Pero… las "regalonas del patriarcado" como dice Margarita Pisano, se sentían felices con esas migajas que les regalaba el sistema, sin tomar conciencia de que estaban siendo capturadas por el enemigo, para continuar con el dominio. Después de la debacle de los partidos políticos, después del techo que imponen las ONGs que responden a los intereses de los partidos políticos y gubernamentales, habría que volver a consolidar un movimiento autónomo que sea la expresión de una resistencia y de un cambio transformador. Voces de mujeres, feministas, del movimiento de mujeres que con debates aún pendientes se expresen y digan. Hablamos de "Feminismos", cuando las mujeres aún no alcanzaron a conocer uno solo. Porque el feminismo que el sistema les presenta es el que le es funcional a sus intereses y el otro está lejano de sus vidas cotidianas encerrado en lógicas endogámicas y elitistas en un lenguaje muchas veces incomprensible y en otros casos con una comunicación muy distante.

Nos hemos convertido en algunos casos en grupos de mujeres mediáticas dentro del sistema hablando de géneros para reemplazar al feminismo, que lo único que logró fue más invisibilidad que potenciación de nuestra ideología. Desarrollamos la profesionalidad del activismo y desde una computadora analizamos, discutimos, disentimos, proyectamos y así estructuramos un sistema jerárquico propio del patriarcado. Pero existen también expresiones de un feminismo que está pero que no se nombra porque todavía no fue desarrollado académicamente, que en muchas ocasiones es minimizado y ridiculizado por las "expertas", que es aquel que diferentes grupos y personas en diferentes lugares del país y de la región desarrollan en su lucha cotidiana, es la nueva categorización de un feminismo popular construido entre todas las mujeres y de cara a toda la sociedad.

3. ¿Podrías comentarnos de qué manera concebís a la lucha feminista?, ¿pensás que el feminismo puede ser una contribución a la lucha por la transformación social?

- Concibo la lucha feminista como un movimiento feminista popular, construido y articulado desde cada rincón de cada ciudad o pueblo. El feminismo que hace que cada mujer recupere su voz, su cuerpo y sus deseos generando ella misma su propia revolución que tendrá su correlato en un cambio en la sociedad. Que nos reencuentra con la humildad, las sensaciones, la alegría, la ética de la solidaridad y las luchas, y cuestiona todo feminismo que no llega a todas las mujeres de los diferentes sectores de nuestra sociedad. Creo que la primera revolución es la que cada mujer hace primero cuando cambia la mirada y toma conciencia de su opresión que va mas allá de la clase social a la que pertenezca.

Sin dudas el feminismo es una herramienta indispensable para la transformación social porque cuestiona el sistema, la norma, la opresión y el orden establecido, se subleva frente a la injusticia social y a los mandatos, cuestiona los poderes, se enfrenta al poder opresor de las Iglesias, que pasa primero por nuestro cuerpo oprimido, porque trabaja por la creación de una sociedad basada en otros valores éticos, políticos y culturales para transformar la realidad de violencia, opresión, marginación y hambre. Pero sólo si lo entendemos como un movimiento que busca permanentemente nuevas formas de decir y hacer que generen puentes, vínculos e identificación. Hacerlo y construirlo desde un lenguaje más coloquial, personal y cotidiano permitirá a miles de mujeres, comprender que lo que todas sufrimos y padecemos es por lo que lucho y lucha el feminismo. El proceso de internacionalización de los asuntos feministas exige pensar y actuar de forma conjunta sobre nuestras políticas, nuestra ética, nuestras visiones y nuestras demandas más urgentes, de forma de elaborar estrategias conjuntas. Esto significa enfrentar nuestras diferencias, respetar nuestra diversidad y descubrir formas de trabajar juntas sin comprometer nuestros ideales políticos individuales y colectivos, para que pueda ser la herramienta de la transformación que todas queremos.

4. ¿Cuáles serían para vos los desafíos del feminismo en la actualidad?

- Considero que uno de los principales desafíos de las feministas es dejar de hacer política "para" las mujeres y hacerla "con" las mujeres, modificar nuestra forma de comunicar y construir un feminismo desde lugares no tradicionales, que podemos hacer todo aquello que siempre quisimos hacer, que las feministas tenemos las mismas opresiones y las mismas historias, que reímos y lloramos y a partir de allí conectarnos, creciendo en las ideas, aprendiendo a debatir, profundizar y sobre todo a animarnos a construir otra forma de escucharnos, vernos y reconocernos, entendiendo que el cambio será construido entre todas. Encontrar nuevas formas de decir y hacer que generen puentes, vínculos e identificación. Hacer desde un lenguaje más coloquial, personal y cotidiano. Si cada acción que hacemos sirve para cambiar la mirada, generar una pregunta a una mujer o a un varón, cumpliremos con el objetivo que nos propusimos.

Hacer un feminismo con el cuerpo, un feminismo que cualquiera puede entender porque lo hace desde su historia o la historia de otra mujer. Al movimiento lo construimos entre todas, cada día y con cada mujer que se incorpora y cada varón que se cuestiona sus privilegios. Feminismo popular construido entre todas las mujeres y con toda la sociedad. El desafío es cómo confluimos para articular ampliar y profundizar esta revolución que producimos las mujeres cuando tomamos conciencia y nos organizamos al cambiar la mirada. Somos todas esas mujeres violadas, con hambre que mueren a diario en nuestra región, víctimas de la violencia, las que desaparecemos y somos asesinadas por las redes de trata, trabajadoras o piqueteras, estudiantes, las que morimos por abortos clandestinos, las que por igual trabajo recibimos diferente salario, las obreras textiles, las esclavas del siglo XXI, las lesbianas, y además también feministas.

Asociación Civil La Casa del Encuentro, Espacio Feminista, Social y Cultural, Buenos Aires.
www.lacasadelencuentro.com.ar

 

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