La Guardia Civil reprime con violencia a los inmigrantes en Melilla

La Guardia Civil ha tratado de reprimir la tentativa disparando pelotas de goma y botes de humo. Además, unas imágenes de televisón han mostrado cómo varios agentes del instituto apaleaban a una persona una vez detenida.

MELILLA.-El asalto a la frontera, en el que han participado un centenar de inmigrantes divididos en dos grupos, se ha producido donde el vallado tiene una altura de tres metros y no ha sido todavía recrecida a seis metros.

Más de cuarenta personas han logrado entrar en la ciudad.

Los heridos, la mayoría con cortes y contusiones, han sido atendidos en los Hospitales Comarcal y Militar y en el mismo lugar del asalto por las ambulancias y servicios médicos de urgencias.

Debido al lanzamiento de botes de humo y disparos de pelotas de goma efectuados por la Guardia Civil, que ha uitlizado material antidisturbios para "frenar" el asalto, se ha producido un "conato de incendio" en los matorrales próximos a la valla, que ha sido sofocado por los bomberos.

Asimismo, unas imágenes difundidas en televisión han mostrado como varios guardias civiles propinaban puñetazos y patadas a uno de los inmigrantes que en su intento de sobrepasar la frontera fue detenido por los agentes.

240 DEPORTADOS A MAURITANIA. AL DESIERTO

A las 18.44 horas del día tres de octubre cuatro autobuses con sesenta subsaharianos cada uno se dirigen hacia la frontera de Mauritania en pleno Sáhara. Todas estas personas serán deportadas a un desierto donde se calcula que mueren cuatro de cada diez que se adentran en el mismo.

Uno de los autobuses, el único con el que hemos podido tener contacto telefónico, lleva veintidós personas que tienen la demanda de asilo político efectuada en territorio marroquí.

Entre ellos se encuentra el testimonio de un costamarfileño perteneciente al partido rebelde de Alassane Ouatara que hace la guerra contra el presidente de la nación. Este refugiado ha dejado un dossier de pruebas bastante numeroso en la oficina del Alto Comisionado para los Refugiados de Rabat e insiste en que para él volver a Abiyán (capital de Costa de Marfil), sería la muerte.

Ahora se arrepiente de no haber perdido su vida intentando pasar a España porque dice "el desierto de Sáhara es una muerte lenta".

Marruecos ha ratificado la Convención de Ginebra de 1951 sobre los derechos de los demandantes de asilo, pero aquí todo vale. Es un ejemplo patente de que la externalización de fronteras convierte a los países en tránsito, muchos de ellos con una muy dudosa democracia, en territorios de guerra.

Poner el acento en esta estrategia política europea vulnera también los derechos de los demandantes de asilo político que utilizan los flujos migratorios para huir de sus países de origen.

NUEVAS DEPORTACIONES DE DEMANDANTES DE ASILO DESDE MARRUECOS

Marruecos aplica el dinero que Zapatero le ha dado para control migratorio. La consigna es la caza y captura del negro con los presupuestos del estado español.

El dinero que ha recibido el gobierno marroquí de los contribuyentes españoles ya está siendo utilizado por los militares del reino alaouita. Durante todo el fin de semana se han producido redadas en las ciudades de Casablanca y Rabat. Ningún "negro" ha escapado, incluso aquellos que poseían una atestación como demandantes de asilo político y estaban bajo la protección de las Naciones Unidas.

El domingo 2 de octubre en la gendarmería número 15 de Rabat más de treinta personas de origen subsahariano que poseían una demanda de asilo pasaron el día detenidos. A pesar de no recibir ni comida, ni agua, sólo insultos de marcado carácter racista, tuvieron mucha suerte.

Otros no pudieron volver a sus casas, hablamos, por ejemplo, de uno de los grupos que se encontraba detenido en la gendarmería número 3 de Rabat en el barrio de Aynnada 1. En esta comisaría se encontraban más de cincuenta ciudadanos del África negra encerrados en una celda. Entre ellos nueve demandantes de asilo, un nigeriano, cuatro costamarfileños y cuatro congoleses.

Llevaban detenidos desde las ocho de la mañana, aproximadamente a las diez de la noche tres costamarfileños, un nigeriano y un congolés son embarcados junto a muchos otros en autobuses hasta la Oujda (ciudad marroquí fronteriza con Argelia). Uno de ellos, Adama, de Costa de Marfil tiene una infección de estómago grave y fue detenido cuando venía del hospital. Los gendarmes no le han dejado tomar sus medicinas hasta hoy al medio día.

Adama acaba de llamar desesperado "dicen que nos van a llevar al Sáhara para que no podamos volver. Los gendarmes nos dicen eso y se ríen. Hay un chico que está ya medio muerto, está tirado en el suelo y no reacciona, respira pero sus ojos están en blanco y no lo llevan al hospital. Yo tengo todos mis papeles, mi inscripción como demandante de asilo, de verdad mi vida está más en peligro aquí que en mi país con la guerra".

Cuatro de los demandantes de asilo quedan detenidos en Rabat, entre ellos un menor congolés no acompañado de quince años. Ha sufrido desde su detención acoso sexual por parte de agentes de la gendarmería, ahora se encuentra un poco más protegido pero si es efectivamente devuelto a la frontera nadie puede salvarle de la violencia sexual sistematica.

Philip un congolés detenido nos decía "si aquí no quieren a los demandantes de asilo que lo digan y vamos hacia otro país, jamás hemos sido más maltratados y humillados como en Marruecos, un país con un nivel de racismo intolerable. Queremos que las Naciones Unidas hagan algo o esto se convertirá en un genocidio pagado por los españoles y tolerado por las autoridades internacionales".

En Marruecos nadie puede garantizar la seguridad y la vida de estos demandantes de asilo ni de otros inmigrantes procedentes del áfrica negra. Ahora podemos entender las palabras de un compañero de Guinea Conakry que decía "prefiero morir en España que vivir en Marruecos".