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Andalucía :: 20/10/2005

Andalucía y la oligarquía española (Sobre el subdesarrollo andaluz)

Antonio Torres - La Haine
El presente análisis pretende demostrar las causas concretas del subdesarrollo andaluz como consecuencia del desarrollo, a su vez, del capitalismo y el sistema oligárquico español

Introducción

Se trata también de desechar como tales causas, única y exclusivamente, las causas externas a Andalucía, es decir, a la acción de "agentes externos" a Andalucía, como por ejemplo, las teorías que cargan las tintas en supuestas burguesías "nacionalistas" vasca o catalana como popularmente desde sectores del nacionalismo andaluz, e incluso, de la izquierda nacionalista andaluza se ha difundido erróneamente; mientras, la nefasta actuación que tuvo un "agente externo" a Andalucía como fue el imperio británico, apenas si es tenida en cuenta. Se da así, con estas teorías erróneas, alas al españolismo centralista en su incansable batalla contra los "nacionalismo periféricos" y no precisamente contra los representados por burgueses, sino contra los representados por sectores populares, y por tanto los de contenido más trasgresor y revolucionario.

La principal causa del subdesarrollo andaluz fue el desarrollo del capitalismo en el Estado español, que trajo consigo el surgimiento de la burguesía terrateniente andaluza, que ocuparía una posición dominante y privilegiada, mucho más que las supuestas burguesías "nacionalistas" vasca o catalana, en la oligarquía española que se formó en alianza reaccionaria de clase en el siglo XIX.

Principios del XIX: una esperanzadora industrialización de Andalucía

Andalucía llega a finales del siglo XVIII y principios del XIX con una floreciente burguesía sustentada en la viticultura, la exportación, el contrabando, el comercio con las colonias españolas en América (mientras éstas duran bajo poder español), la extracción de minerales, y la tierra.

Hasta la primera mitad del XIX, Andalucía mantiene un ritmo de industrialización importante; la primera siderúrgica que se crea en el Estado español será en Marbella en 1826. Hasta mediados del siglo XIX, las provincias andaluzas de Sevilla, Cádiz, Málaga, y en menor medida, Granada, ocupaban puestos punteros en la producción de, por ejemplo, vidrio, acero, productos químicos, etc.1

Estando estos datos históricamente demostrados y corroborados, ¿por qué este proceso industrializador se viene abajo?

Segunda mitad del XIX: la decadencia andaluza

Varios son los motivos que vienen a producir el proceso de involución del desarrollo industrial, y económico, de Andalucía:

1. La acumulación de capital de la burguesía andaluza fue reciente y escasa, poco sedimentada en el tiempo, llena de interrupciones, como la pérdida de las colonias españolas en América; de ahí, su debilidad intrínseca y su poca fortaleza para superar sus contradicciones internas; como apunta Acosta Sánchez: "una contradicción poco estudiada y muy importante de la burguesía malagueña de que hablamos; como mercantil y exportadora, pugna por el libre cambio; como industrial tenía que luchar por el proteccionismo" 2.

2. La acción expoliadora y destructiva del imperialismo británico en Andalucía vendrá a ser decisiva e impedirá, incluso con el uso de la fuerza, el desarrollo industrial andaluz. El imperio británico llegará en Andalucía a utilizar el método de destrucción de telares, tal como hizo en la India. Además de la expoliación brutal de los recursos mineros o a la consideración de lugares como Málaga, y muy especialmente Cádiz, como verdaderos enclaves coloniales británicos3. Si bien es cierto que todo el Estado español y Portugal durante el siglo XIX tendrán la consideración de verdaderas colonias británicas, las consecuencias de ese colonialismo británico en Andalucía revestirán de una gravedad que no encontramos en otros lugares del Estado español.

3. La desviación del capital acumulado y su inversión en la compra de tierras, alentada por las desamortizaciones de tierras promovidas por Mendizábal, ya sea por la debilidad antes comentada, con el caso singular de la burguesía mercantil gaditana, que tras la pérdida de las colonias españolas en América no lo queda más alternativa que la inversión en tierras.

4. La burguesía no terrateniente andaluza no contaba con apoyo de ningún tipo por parte del Gobierno español de la época, apoyo del que si disfrutaron los imperialistas británicos en su expoliación y destrucción de fuerzas productivas, contando políticamente con los siempre fieles a sus intereses Mendizábal y Espartero.

La burguesía terrateniente andaluza en la formación de la oligarquía española

Por oligarquía debemos entender las siguientes acepciones:

1. Gobierno de unos cuantos o unos pocos.

2. Forma de gobierno en la que el poder supremo es ejercido por un reducido grupo de personas pertenecientes a una misma clase social.

3. Conjunto de algunos poderosos negociantes que se unen o confederan para que todos los negocios dependan de su arbitrio.

Todas estas acepciones vienen a encajar a la perfección en la España del XIX y del XX.

¿Cómo llegó a ser la burguesía agraria andaluza la dominante en esa "alianza reaccionaria"? Dejamos en el apartado anterior a la burguesía andaluza por un lado desviando su inversión hacia la adquisición de tierras, y por otro, a la fracción no agraria que apostaba por la industrialización, machacada por el imperialismo británico.

Atraída por el beneficio rápido y fácil, la burguesía agraria andaluza comenzará a invertir sus beneficios (extraídos de la súper explotación de los trabajadores del campo andaluz) en la especulación financiera (banca, deuda pública, etc.)4 en alianza con capitalistas franceses y británicos (y en menor proporción belgas y alemanes). Hay que notar que el mayor aliado del imperialismo británico en el Estado español fue la burguesía terrateniente andaluza, ya que su ascenso coincidió con el dominio colonial británico.

Como es natural, los terratenientes andaluces instalaron en Madrid a todo un ejército de colaboradores que defendieron sus intereses políticos a la perfección, como señala el antropólogo Isidoro Moreno: "Que el alto número de ministros andaluces habidos a lo largo de más de un siglo, pertenecientes o representantes directos de la gran burguesía terrateniente no redundase en beneficio de Andalucía, posibilitando su desarrollo, es algo que no debe sorprendernos".

Todo ello, iba muy en perjuicio de la muy quebrantada por los británicos industria catalana5 y la incipiente industria vasca, consecuencia esta última de la labor semicolonizadora británica en Bizkaia y de la desaparición a sangre y fuego de los fueros vascos, un marco jurídico semifeudal que imposibilitaba el correcto desarrollo capitalista. Frente al librecambismo de la burguesía agraria andaluza, encontramos el lógico proteccionismo de las burguesías vasca y catalana. No es necesario explicar que por la posición de fuerza económica y política de los terratenientes, éstos impusieron el libre cambio.

Ante todo ello, las burguesías vasca y catalana aplicaron el dicho de "si no puedes con ellos, únete a ellos", no sin antes traicionar los derechos nacionales de Euskal Herria y Catalunya, y sus movimientos nacionalistas, sustentados en aquella época por amplias capas de la pequeña y mediana burguesía de ambas naciones. Si alguna vez estas burguesías agitaron la bandera del nacionalismo fue como método de presión frente a Madrid6.

Llegamos pues a una situación de fusión de capitales de las diferentes burguesías españolas, de terratenientes andaluces y castellanos, de industriales vascos, catalanes, o asturianos, etc...; todos en "santa alianza reaccionaria" y decididos a extraer el mayor de los beneficios posibles a costa de la explotación de millones de trabajadores de las diferentes naciones del Estado español.

Toda esta situación se agudizará con la victoria del bloque reaccionario en la Guerra Civil de 1936 a 1939 y con el proceso de industrialización de los fascistas españoles durante los años 60 del siglo pasado. Nuestra Andalucía pagará bien caro las consecuencias: "Andalucía aportará durante el franquismo el componente principal del ejército industrial de reserva del capitalismo español, sin el cual la burguesía monopolista de Euskadi, Barcelona y Madrid, no hubieran realizado la acumulación de capital que hoy ostentan..." 7. Y podríamos añadir que en la actualidad tampoco se hubieran convertido en multinacionales (BBV, Telefónica, Repsol, BSCH, Endesa, etc.) expoliadora de los pueblos latinoamericanos.

Si para el proceso de industrialización de los 60 del siglo pasado fue necesario que la burguesía terrateniente andaluza transvasará parte de su capital (producido con el sudor de los trabajadores del campo andaluz), también fue necesario el transvase de seres humanos andaluces, a los que habían condenado previamente en su tierra al hambre y la marginación. Fue el duro camino de la emigración que tantas y tantas familias andaluzas hemos vivido en nuestras propias carnes.

Concluyendo

Quedan pues invalidadas todas esas explicaciones erróneas del subdesarrollo andaluz, basadas en el "social-chovinismo" que el antiguo PSA (hoy PA) popularizó durante la Transición. Sustituyendo el análisis de clases por análisis parciales, a pesar de ese lenguaje "pseudomarxista" o "pseudosocialista" que tanto les gustaba utilizar durante aquella época; manipulando partidariamente la figura del Padre de la Patria Andaluza, Blas Infante, e incluso ciertos rasgos de la identidad andaluza; la propuesta del PSA (hoy PA) se basaba y se basa en el nacionalismo del "agravio comparativo" y del "no ser menos que otros españoles", y no en una verdadera propuesta de liberación nacional.

Todo esto pone de manifiesto la importancia del análisis de clase y sus relaciones; hoy este análisis es poco practicado por la izquierda andaluza lo que deriva en una falta de visión dinámica y materialista de Andalucía, estancándose en muchos casos en frases hechas que se van repitiendo una y otra vez o en afirmaciones sin demostrar, y por supuesto, en una falta de visión dialéctica de la Historia andaluza o de la figura de Blas Infante.

En el terreno de la lucha por la dignidad de la cultura andaluza, pocas veces se relaciona el "subdesarrollo de la identidad nacional-cultural andaluza" y la interesada confusión "cultura andaluza/cultura española" con los fenómenos antes descritos.


Bibliografía

Acosta Sánchez, J., Andalucía. Reconstrucción de una identidad y la lucha contra el centralismo, Anagrama, Barcelona, 1978.

Infante Pérez, B., La verdad sobre el complot de Tablada y el Estado Libre de Andalucía, Aljibe, Granada, 1979.

De los Santos, J. M., Andalucía en la revolución nacionalista, Aljibe, Granada, 1979.

AAVV, Gran Diccionario Enciclopédico Ilustrado, Sopena, Barcelona, 1980.

Moreno, I., Andalucía: subdesarrollo, clases sociales y regionalismo, Manifiesto, Madrid, 1977.

Revistas:

Independencia nº 25, Aspectos de la inserción de Andalucía en la economía europea y mundial, por Miguel Moya. 1998.

¿Quiénes son los enemigos del pueblo de Euskal Herria?, por Euskal Herriko Komunistak (Comunistas de Euskal Herria). 2000.


Notas

1 Sevilla ocupaba el primer lugar en producción de vidrio, loza, yeso y cal; y el cuarto en hierro, acero, y maquinaria. Cádiz la quinta en el sector químico y la séptima en hierro y acero. Málaga es la primera en jabón, segunda en productos químicos, y tercera en fundiciones y construcción de maquinaria, con importantes fábricas textiles, junto con Granada. Fuente: Andalucía: subdesarrollo, clases sociales y regionalismo.

2 Para José Acosta Sánchez dentro de la burguesía andaluza, la que verdaderamente apostó por la industrialización fue la burguesía malagueña, con las familias Heredia, Larios, y Loring.

3Por ejemplo el cónsul británico en Cádiz a fines del XVIII, Sir James Duff, era un exportador de vinos en el Puerto de Santa María, entre tantas y tantas familias británicas que se establecieron en la zona de la Bahía de Cádiz, o las que se establecieron entorno al puerto de Málaga. La destrucción de telares andaluces se llevó a cabo en Sevilla principalmente, por ejemplo en Tablada fueron quemados. En determinados casos los británicos después de destruir los telares autóctonos construían los de su propiedad como la fábrica de telas de "Don" Nathan en Sevilla (Nathan Wetherell).

4 Las leyes de Trenes o de Minas facilitaron a la gran burguesía terrateniente rápidos beneficios especulativos en connivencia con británicos, franceses, y belgas.

5 Debemos recordar que la competencia textil de británicos y catalanes estuvo detrás del bombardeo por mar que sufrió Barcelona en 1842 por uno de los hombres del imperialismo británico en España, Espartero.

6 "El PNV no es ni ha sido nunca el partido de la poderosa y ultrafascista oligarquía financiera nacida básicamente en Bizkaia (...). Los intereses económicos de esa clase, esencialmente enemiga del pueblo y de la clase trabajadora vasca, han pasado y pasan por construir y defender un estado central, represivo y reaccionario (...). Las bases sociales del PNV han sido y son las clases medias burguesas y pequeño-burguesas de las ciudades y el campo de Hego Euskal Herria, los pequeños y medianos empresarios, contratistas, constructores, comerciantes, armadores, explotadores agrícolas, propietarios inmobiliarios, accionistas de las grandes empresas, el clero vasco, y el proletariado vasco de origen rural, euskaldun, y cristiano". Euskal Herriko Komunistak (Comunistas de Euskal Herria).

7 También se nutrieron de una forma considerable de mano de obra andaluza las poderosas industrias alemanas, francesas, suizas, y belgas durante los años 50 y 60 del pasado siglo XX.

 

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