México: ¿Influenza porcina o influencia de los cerdos?

La influenza porcina es el tema de moda en México. La influencia de los cerdos, viejo padecimiento nacional ha colocado a la influenza porcina como tema de primera importancia a nivel nacional y ocupa las pantallas de televisión, la radio y los periódicos de manera casi permanente. Parecen ya lejanos los días en que ocupaban la atención de los grandes medios de comunicación y de buena parte de los mexicanos y las mexicanas la crisis económica mas grande de este siglo, los miles de desempleados que diariamente son botados a las calles por los patrones, el galopante empobrecimiento de la población trabajadora, los miles de asesinatos entre narcotraficantes y policías y las victimas civiles de la “triunfante” guerra contra el narcotráfico de calderón, las reformas antipopulares que pasan en las cámaras de diputados y senadores, la represión contra los movimientos sociales que sigue ocurriendo en todo el país y la desaparición y asesinato de luchadores sociales.

El anuncio gubernamental de las 149 muertes que hasta ahora ha provocado esta enfermedad, principalmente en el centro del país y su rápida dispersión entre la población, son motivo de un ambiente de terror que no se veía hace mucho en México desde la memorable toma del poder del chupacabras en el año 1994, en medio de una crisis económica, política y social terrible pero definitivamente mucho menor a la que hoy vivimos.

Como buen mexicano, vacunado con el escepticismo que nos distingue y protege de la virulencia de gobiernos corruptos y mentirosos, seguí las noticias de los primeros días con calma, prudencia y escepticismo. Con un ojo al gato y otro al garabato como dicen en mi pueblo, esperando el momento en que el gobierno, detrás de tan descomunal despliegue propagandístico y repentina preocupación por la salud del pueblo, diera a conocer sus verdaderas intenciones.

Ha ocurrido, apenas el día lunes 27 de abril la Secretaria de Salud, facultada de amplios poderes coercitivos por el gobierno federal ha lanzado a la población una serie de medidas para detener esta enfermedad que ya catalogan como casi pandémica. Aislamiento de sospechosos de enfermedad, inspección de equipajes y posesiones, ingreso a todo tipo de local o casa-habitación para controlar y combatir la epidemia, ordenar medidas a fin de evitar concentraciones de personas en cualquier lugar de reunión, son algunas de las medidas que el gobierno federal aplicara sobre la población para supuestamente detener el avance de la enfermedad.

Al mismo tiempo que de manera silenciosa y sin discusión, en las camaras de diputados y senadores los representantes de todos los partidos políticos aprueban reformas o decretos antipopulares como la reforma a la ley del Infonavit y las modificaciones a la ley de expropiaciones.

En una jugada brillante de la que el mismo Cesar Borgia estaría envidioso y a semejanza de la manipulación del miedo del pueblo estadounidense provocado por los atentados del 11 de septiembre, que hizo el gobierno del genocida George Bush para llevar a este país y varios mas a una guerra genocida contra Afganistán e Irak, el gobierno federal de Felipe Calderón y sus aliados incondicionales los medios de comunicación aprovechándose del terror que ellos mismos han provocado entre la población han trocado un problema de salud en uno de seguridad nacional y han implantado un estado de suspensión de garantías individuales sin mayor oposición ni resistencia popular.

Con el pretexto de prevenir la dispersión de la enfermedad, las medidas que implanta el gobierno federal se muestran claramente tendientes a sacar a la gente de las calles, a obligar a las personas a recluirse en sus casas y si es preciso a perseguir a quien el gobierno decida dentro de sus mismos hogares, a revisar las pertenencias de cualquier persona en cualquier lugar y a prohibir cualquier intento de organización y protesta multitudinario en las calles, y el gobierno ha logrado todo esto sin disparar un solo tiro ni granada de gas lacrimógeno, hasta ahora… No han tenido necesidad de ello pues el miedo a ser infectados con la influenza porcina, alimentado día con día en los medios de comunicación es un vehículo mucho mas persuasivo que el autoritarismo o la represión para aceptar medidas autoritarias que de otra forma no habrían sido permitidas y hubieran merecido una fuerte manifestación de rechazo del pueblo.

Estas medidas provocan miedo y desconfianza entre la población y limitan seriamente el espíritu de solidaridad y apoyo mutuo que existe entre el pueblo pobre y trabajador de México, al punto de rehuir al contacto con sus semejantes. Las calles insólitamente vacías del Distrito Federal, la gran cantidad de personas que deambulan asustadas con cubre boca en la cara, imágenes ampliamente mostradas en la televisión y los diarios nacionales en los últimos días dan muestra de hasta que punto se ha interiorizado en la población el miedo y la desconfianza en el otro, en el semejante, miedo del pobre al pobre, del desempleado al desempleado, del explotado al explotado, del indígena con el indígena.

Todo esto en momentos en que la crisis económica, la represión generalizada, el despojo que sufren en sus territorios y derechos los pueblos indígenas y campesinos de todo el país, las reformas lesivas a los derechos de los trabajadores en sus derechos, motivan la organización de grandes protestas a lo largo y ancho de todo México. Se acercan momentos de protesta y lucha en las calles en todo México, en donde habrá de medirse el impacto que ha tenido entre el pueblo pobre y trabajador esta campaña de miedo, así como hasta donde esta dispuesto a llegar el gobierno para evitar las concentraciones multitudinarias de personas. ¿Participara usted en las movilizaciones del primero de mayo? ¿Saldrá a protestar contra la represión brutal que sufrió el pueblo de San Salvador Atenco los 3 y 4 de mayo próximos? ¿Saldrá a las calles con el cubre bocas del miedo o con el paliacate de la resistencia? ¿Acompañaran a los doctores de la secretaria de salud contingentes armados de policías o militares para disolver las manifestaciones multitudinarias?

Y por su fuera poco, la mega campaña de miedo del gobierno federal y los grandes medios de comunicación ha hecho un regalo formidable al asesino Ulises Ruiz Ortiz para ayudarlo a seguir manteniendo a los pueblos de Oaxaca alejados de las calles, de la organización y de la lucha, pues resulta que “se descubrió” que esta enfermedad se “origino” nada mas ni nada menos que en una mujer oaxaqueña que falleció hace pocos días en un hospital de Oaxaca, fíjese usted. Y ahora el mal gobierno de Ulises Ruiz envía a las hordas de policías represores y criminales, los mismos que alegremente repartieron balas y gases lacrimógenos a los pueblos de Oaxaca y que asesinaron a más de 26 compañeros y compañeras del movimiento social en el año 2006, a repartir gentilmente cubre bocas en escuelas y otros lugares públicos del estado, como si con esto lavaran la sangre que tienen en sus manos.

Seria irresponsable negar la existencia de la enfermedad, aunque hay sobrados motivos para dudarlo, lo que si es necesario afirmar es que el uso que esta dando el mal gobierno a esta crisis de salud es claramente tendiente a limitar al máximo la posibilidad de organización y protesta masiva en las calles del pueblo de México en momentos de una crisis fundamental en el sistema capitalista a nivel mundial y el régimen de gobierno en México.

Que este primero de mayo trabajador y tres y cuatro de mayo de San Salvador Atenco sean combativos ¡Todos a las calles!

Oaxaca de Magon, ciudad de la resistencia a 28 de abril de 2009.

/vocal.lahaine.org