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México :: 10/03/2006

Entrevista con Marcos: La Otra Campaña nace cuanto valoramos que el camino del dialogo con la clase política mexicana estaba agotado

Aura Bogado
En el 2001 valoramos finalmente que el camino del dialogo con la clase política mexicana estaba agotado - y teníamos que buscar otro camino. Las opciones eran: la guerra, o quedarse callados en silencio y a ver que pasaba, o hacer lo que estamos haciendo ahora. Tenemos que prepararnos para un golpe del ejército, o de la policía, que bajo cualquier pretexto descabece y deje sin dirección al EZLN. En caso de que pase algo, queda bien establecido el escalón de mando. Adelante tienen que ir los que dirigen, para dar el ejemplo

Aura Bogado, locutora de Free Speech Radio News en Estados Unidos, regresó de México donde condujo una entrevista exclusiva con el Delegado Zero, o Subcomandante Marcos, en el Centro de Investigación y Documentación del Son Jarocho en Veracruz. Bogado y Delegado Zero hablaron de La Otra Campaña Zapatista, los cambios políticos en América Latina, la lucha de la mujer Zapatista, y acerca de los latinos en los Estados Unidos. Actualmente Delegado Zero está en una gira de seis meses en México para organizar y avanzar La Otra Campaña Zapatista. Esta entrevista es parte del libro "The Other Campaign" ("La Otra Campaña") por Marcos, con introducción de Luis Hernández Navarro, en City Lights Books en Abril, 2006. Todos los fondos recaudados por el libro beneficiarán proyectos de medios indígenas en Chiapas, México. Para más información vea www.citylights.com

¿Porque La Otra Campaña, ahora, para 2005 y 2006?

Bueno, porque nosotros, como Zapatistas tuvimos que sufrir un proceso de preparación -que así como fue el alzamiento del 1994, que tardamos 10 años en prepararlo para poder realizarlo- también tuvimos que hacer un proceso de preparación para La Otra Campaña.

La Otra Campaña nace en realidad en 2001, a la hora que los partidos políticos: el PRI, el PAN y el PRD, rechazan la iniciativa de la COCOPA, de Derechos y Cultura Indígenas. Entonces ahí nosotros valoramos que el camino del dialogo con la clase política mexicana estaba agotado - y teníamos que buscar otro camino. Las opciones eran: la guerra, volver a pelear, o quedarse callados en silencio y a ver que pasaba, o hacer lo que estamos haciendo ahora.

Cuando se decidió que teníamos que preparar esta posibilidad, empezamos a prepararnos, porque era muy probable que gente que nos había apoyado hasta entonces, por la lucha de los Derechos y Cultura Indígena, nos retirara su apoyo, a la hora que tomábamos distancia de los políticos, especialmente de la llamada "izquierda institucional" - el PRD. Pero también al mismo tiempo, teníamos que prepararnos para un golpe quirúrgico, un golpe del ejército, o de la policía, con bajo cualquier pretexto que descabezara, y dejara sin dirección a la EZLN.

Para nosotros la iniciativa de la Sexta Declaración, es del tamaño, o tal vez aun mayor, que la declaración de guerra de 1994. Teníamos que estar preparados para perder a toda la dirección. Porque según nuestro modo, a la hora que vamos a hacer algo, adelante tienen que ir los que dirigen, para dar el ejemplo. Entonces en este caso, teníamos que prepararnos para perder no solamente a Marcos, si no a toda la dirección conocida, que es la que va salir a hacer el trabajo político: los comandantes, como la Comandanta Esther, Comandante Tacho, Comandante David, Comandante Zebedeo, Comandanta Susana iba salir la finada Comandanta Ramona, pero desgraciadamente [se murió]... Todos los que más o menos se conocen públicamente íbamos a salir, y teníamos que prepararnos para eso, y teníamos que hacer el preparativo de la primera gira exploratoria, que es la que me esta tocando a mí.

Ahora estamos en Veracruz -en el sur de Veracruz- y en el caso de que pase algo, quede bien establecido el escalón de mando; no se pierda nada de lo que hemos logrado hasta ahora, o podemos defenderlo lo más que podamos. No pudo haber sido antes, y no podía ser después, porque si ya estábamos listos, no era necesario esperar más tiempo para hacerlo.

Y escogimos precisamente el periodo electoral para que quedara claro que nosotros queríamos hacer otra cosa, y que realmente la gente viera y pudiera contrastar nuestra propuesta política -que ahora ya tiene muchos que se han sumado de otras organizaciones, grupos y personas- con la política de arriba. Siempre, desde nuestro nacimiento, hemos insistido en esto de otra forma de hacer política, y ahora teníamos la oportunidad de hacerla sin armas, pero sin dejar de ser Zapatistas, por eso conservamos el pasamontaña.

Para la gente en América Latina, muchas veces hay esperanzas en políticos como Lula en Brasil, o Kirchner en Argentina, o Chavez en Venezuela - ¿cómo ve estos cambios de la "izquierda" en América Latina?

Mira, nosotros siempre volteamos en ver abajo, no solo en nuestro país, sino particularmente en Latinoamérica. Cuando se presento esta invitación de Evo Morales a la toma de la presidencia, nosotros dijimos que no estábamos volteando arriba ni en Bolivia, ni en Latinoamérica. En ese sentido, no juzgamos gobiernos cuyo juicio les corresponde a los pueblos en los que están. Miramos con interés a la movilización indígena boliviana, la ecuatoriana, de hecho, están mencionados en la Sexta Declaración.

La lucha de los jóvenes argentinos fundamentalmente, todo este movimiento de los piqueteros, y de la juventud en general de Argentina, con el que nos sentimos muy identificados. También con el movimiento de recuperación de la memoria, del dolor de lo que fue la larga noche del terror en Argentina, en Uruguay, en Chile. Y en ese sentido, preferimos mirar hacia abajo, intercambiar experiencias, y conocer sus valoraciones sobre lo que está ocurriendo.

Nosotros pensamos fundamentalmente que la historia futura de América Latina, no solo de México, si no en toda América Latina, se va construir abajo - que lo demás en todo caso son pasos, tal vez en falsos, tal vez firmes, falta verlo. Pero fundamentalmente va ser la gente de abajo la que la va poder conquistar organizándose de otra forma. Que las viejas recetas, y los viejos parámetros sirven, sí, como un referente de lo que se hizo, pero no como una cosa que haya que readecuar para volver a hacerlo de nuevo.

¿Qué pueden hacer los hombres para alzar el nivel de representación a las mujeres, donde sea en el mundo: en las familias, en los centros culturales, donde sea?

En ese aspecto, pues, a nosotros, y a todas las organizaciones o movimientos nos falta todavía un buen trecho, porque todavía esta distancia que es muy grande entre la intención de si ser mejores, y realmente respetar a el otro -en este caso la otra- y lo que realmente es nuestra practica.

Y no me refiero solo a la coartada esta de que "así nos educaron y ni modo" que muchas veces es la coartada del hombre -y de la mujer también, que tiende a la obediencia o a rivalizar entre mujeres de otra forma.
Otra cosa que hemos visto en nuestro proceso, que a la hora que [los insurgentes] llegamos a las comunidades y ellas se apropiaron de nosotros, vimos algunos cambios significativos, no planeados. El primer cambio se da al interior en la relación entre mujeres. El hecho que un grupo de indígenas, mujeres cuyo horizonte fundamental era la casa -el casarse muy jóvenes, además tener hijos y dedicarse al hogar, fueran a las montañas, aprendieran a usar armas, tuvieran mando de tropa- significó para las comunidades, para las mujeres indígenas en las comunidades, una revolución muy fuerte. Es ahí donde ellas empiezan a plantear que deben participar en las asambleas, y en las discusiones organizativas, y empiezan a plantear que deben tener cargo. Antes no se tenía así.

Pero en realidad las pioneras de esta transformación de la mujer Zapatista indígena es merito de las insurgentas. Porque si las condiciones de montaña, de la guerrilla son muy difíciles para los hombres, para las mujeres se convierte en doblé o triple dificultad - y no me refiero a que sean mas débiles, y eso: sino que además de las condiciones hostiles de la montaña, deben tomar en cuenta o soportar las condiciones hostiles de un sistema patriarcal, del machismo nuestro, de nuestra relación.

Y en tercera instancia, el repudio de sus comunidades que ven mal que una mujer salga y se ponga a hacer otra cosa. El grupo de compañeras insurgentas es la que lo supera, y a la hora que bajan otra vez a las comunidades -ahora a orientar, a dirigir, a explicar la lucha- producen este primer choque entre las mujeres, y empieza a ver una especia de revuelta, de rebelión de las mujeres, que empieza a conquistar espacios. Entre ellos, el primero es que evita la venta de mujeres en el matrimonio, que antes era una costumbre indígena. Y le da, de hecho (todavía sin que estuviera en el papel), el derecho de elegir su pareja.

Pensamos nosotros también que mientras haya dependencia económica de la mujer del hombre, es muy difícil que se desarrollé otra cosa. Porque finalmente, la mujer podrá ser muy rebelde, muy capas, y todo eso, pero si depende económicamente del hombre tiene pocas posibilidades. Entonces, en ese sentido, las comunidades y los Municipios Autónomos Rebeldes, y en las Juntas de Buen Gobierno, abren espacios y proyectos las mismas mujeres que ya tienen cargo de autoridad municipal, o de Junta de Buen Gobierno, abren espacios de proyectos y organización económica de las mujeres, de tal forma que vayan construyendo su independencia económica, y eso le da mas sustento a la otra independencia.

Aun así nos sigue faltando mucho en violencia intrafamiliar del hombre a la mujer, y logramos un poco de avance en que las niñas que antes no iban a la escuela, ahora ya van a la escuela. No iban porque eran mujeres, y no iban porque no había escuela. Ahora hay escuela y van, no importa si son hombres o mujeres, y que ya están en los escalones más altos de la autoridad civil -porque en la autoridad militar, en la política organizativa, sí podemos decir nosotros tienen que entrar mujeres- pero en las cuestiones civiles [los insurgentes] no tenemos injerencia, solo aconsejamos. Entonces en la realidad las mujeres en las comunidades llegan a los puestos de autoridad civil como de municipio autónomo, de agente municipal, que era impensable que una mujer llegara. [Y llegan a esos puestos] por su propia lucha, no por injerencia del EZLN.

¿Y algún mensaje para [el pueblo] en los Estados Unidos, especialmente los chicanos, y los latinos?

Buenos, nosotros lo que estamos viendo en lo que estamos pasando, ahorita cuando estamos sacando esta palabra, hemos pasado por Chiapas, por Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco, y estamos empezando Veracruz, en todas partes hemos visto este dolor de la gente de debajo de tener como una parte de si mismo en el otro lado. Sienten que nos es producto del destino, de la mala suerte, ni tampoco del interés turístico, como dice el gobierno mexicano. Sino que es parte de este proceso de sufrimiento que nos es impuesto. Sienten ellos, y lo sentimos nosotros también con ellos, de que una parte de ellos esta lejos y esta afuera. Y esa parte son nuestros hombres y mujeres de ascendencia latina, o de ascendencia mexicana, o mexicanos todavía, que tuvieron que cruzar la frontera, que están allá.

Por eso, desde el principio, cuando se planteó la Sexta Declaración se dijo que los mexicanos y mexicanas que estaban en el otro lado no eran parte de lo internacional, ni de lo intercontinental, sino que eran parte de La Otra Campaña. Nosotros queremos decirles que ahora que estemos en Ciudad Juárez una vez, y en Tijuana la otra vez, se acerquen a la frontera, y tengamos una reunión. Tenemos programada una reunión con pura gente del otro lado. Una en Juárez y otra en Tijuana, para escuchar su lucha.

Así como decimos, el método de la Sexta es [preguntar]: ¿Quiénes somos? ¿Dónde estamos? ¿Y qué queremos hacer? Sabemos que hay mucha gente que simpatiza con la Sexta Declaración y con La Otra Campaña y nosotros queremos insistirles, ahora a través de tu medio, que este es su lugar, el lugar junto con nosotros los que estamos de este lado.

Porque lo que ha provocado el dolor de esa frontera, que significa muerte, marginación, apartheid, de una u otra forma, nosotros tenemos que construir, romper esa frontera con un puente de lucha, de dignidad, y que La Otra puede ser el espacio. Y nadie va a hablar por ellos, nadie va a hablar por los mexicanos y mexicanas o chicanos en el otro lado, sino que ellos construyan su espacio, lo defiendan, hablen por si mismo, expliquen las razones porque están allá, las dificultades que enfrentan, y lo que han logrado construir como rebeldía y resistencia de aquel lado - y que ahí nos vamos a ver en Juárez y en Tijuana.

Rebelión. Corrección ortográfica y gramatical de La Haine

 

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