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Europa :: 17/03/2006

Más de medio millón de jóvenes franceses se manifestaron ayer contra la reforma laboral

Agencias
Estudiantes de secundaria y universitarios se movilizaron en Francia para repudiar el Contrato de Primer Empleo (CPE), un plan del Gobierno que prevé despidos sin causa. Organizaciones de izquierda apoyaron las protestas. El sábado nueva movilización interprofesional, convocada por sindicatos, estudiantes y partidos de izquierda en la oposición. Análisis de la reforma laboral

Cientos de Institutos y el setenta por ciento de las universidades adhirieron al paro y a las marchas que se realizaron en todo el país para pedir al gobierno que retire la ley marco del CPE, al grito de "resistencia", resistencia". Los bloqueos afectaron hoy a 66 universidades, según el principal sindicato de estudiantes.

La jornada de protestas y huelga se generalizó en todo el país. Según el ministerio del Interior, los manifestantes alcanzaron a 247.500, mientras que para la Unión Nacional de Estudiantes de Francia (UNEF) fueron 520.000 y la Unión Nacional de Liceos habló de 600.000.

En París, capital del país donde se concentró mayor cantidad de gente, marcharon 33.000 jóvenes, según la policía, y 120.000, según la UNEF. Más allá de la habitual rebaja de cifras cuando la fuente es gubernamental (y la manifestación no es de derechas), la jornada de repudio al plan con el cual el gobierno plantea enfrentar el desempleo tuvo la fuerza prometida en la víspera por los organizadores.

Las marchas más importantes se registraron en París, Burdeos, Marsella, Lille y Lyon, y las fuerzas del orden reprimieron a los jóvenes en la capital francesa, Nantes y Rennes. En París, unos 200 manifestantes lanzaron piedras contra los antidisturbios en respuesta a los gases lacrimógenos y se registró, al menos, un herido que tuvo que ser hospitalizado.

Tanto los estudiantes como los sindicatos interpretaron la movilización de hoy como un aperitivo de las manifestaciones interprofesionales convocadas para el próximo sábado, tras cuales los representantes de los trabajadores pretenden pasar a "la velocidad superior" con la convocatoria incluso de huelgas.

"El gobierno debería venir a ver hoy en las calles que manifiestan juntos desocupados, jóvenes discapacitados de las universidades y jóvenes de barrios difíciles de la periferia. De Villepin no dividirá a la juventud’, declaró el titular de la UNEF, Bruno Julliard.

"La manifestación de hoy no es más que un ensayo general de la del sábado", agregó el dirigente estudiantil de 25 años, en relación con la movilización a la cual se sumarán sindicatos y partidos de izquierda en la oposición. Será entonces la tercera marcha desde que se aprobó el proyecto, luego de la de hoy y la del jueves pasado.

Además de las consignas de abierto repudio al CPE, los estudiantes criticaron por igual al Presidente, Jacques Chirac, al premier y al ministro del Interior, Nicolas Sarkozy.

Sin embargo, el ministro de Trabajo, Jean-Louis Borloo, se negó a ir a la televisión para defender y explicar el alcance del CPE, del cual había expresado reservas.

Agencias/inSurGente/kaosenlared/La Haine


FRANCIA: NUEVA JORNADA DE MOVILIZACIóN CONTRA EL CPE

16 de marzo 2006. Comité de movilización de Paris X - Nanterre

La hipocresía del gobierno francés

El ministro De Villepin ha aceptado retocar el CPE pero se niega a retirarlo como piden los sindicatos y los estudiantes en huelga. El gobierno francés ha cerrado filas y trata de desacreditar la movilización contra el CPE. Uno de los argumentos que utiliza, y que ha sido retomado por ejemplo por el diario Le Monde, es la idea de que el CPE no está destinado en realidad a los estudiantes universitarios que protestan sino a los jóvenes de los suburbios más afectados por el desempleo. Esta supuesta división de los jóvenes en dos grupos con intereses opuestos olvida, para empezar, que más de la mitad de los estudiantes universitarios se ven obligados a trabajar para poder pagarse los estudios. Tampoco tiene en cuenta que muchos estudiantes vienen de los suburbios, porque la universidad francesa cuesta unos 200 euros al año y una cuarta parte de los estudiantes reciben becas del Estado.

En cualquier caso, este argumento olvida la existencia del CNE (aplicable a todos los trabajadores contratados en las empresas de menos de veinte empleados) y contradice las propias declaraciones del gobierno, que desde hace ya tiempo afirmaba su objetivo final de crear un "contrato único" para todos los trabajadores, basado sobre la experiencia del CNE y del CPE, y que permitiría una simplificación del derecho laboral.

Los nuevos contratos "flexibles" como el CNE o el CPE no significarán forzosamente un descenso del desempleo como afirma el gobierno. La explotación de unos pocos trabajadores precarios, obligados por ejemplo a realizar horas extras sin derecho a quejarse, puede ahorrar al empresario la contratación de nuevos empleados. Quizá eso pueda explicar que desde hace treinta años la introducción de contratos cada vez más precarios no haya significado un descenso significativo del desempleo sino un aumento claro de la tasa de desigualdad.

El gobierno utiliza la cifra de personas contratadas en CNE para probar que este tipo de contrato ha resultado un éxito. Sin embargo no se puede saber qué proporción de esos trabajadores habrían sido contratados con un verdadero CDI (contrato a duración indefinida) o con un CDD (contratos a duración determinada). Ya hay algún estudio que muestra que los nuevos contratos precarios (CNE y CPE) van más bien a reemplazar a los antiguos contratos indefinidos, así como a bastantes contratos de duración determinada -que al menos aseguraban una mayor indemnización de desempleo y permitían hacer planes a corto plazo-. Por otro lado, si hay un descenso del desempleo en Francia, éste se debe en gran medida a la disminución de la población activa porque los trabajadores de la generación del "Baby boom" se están jubilando Otro factor que incide sobre la tasa de desempleo son las reformas neoliberales que limitan las condiciones para recibir el subsidio de desempleo, con lo que muchos desempleados pasan a recibir otro tipo de ayudas del estado y ya no son contabilizados.

Los jóvenes de los suburbios y la "Ley de Igualdad de Oportunidades"

Si en algo se manifiesta la hipocresía del gobierno francés, es sin duda en el propio apelativo de la ley "de Igualdad de Oportunidades" a la que pertenece el CPE. El gobierno trata de presentarla como una ley destinada a combatir la exclusión de los jóvenes de los suburbios donde se produjeron las revueltas de noviembre. Aparte del CPE, esta ley comprende también otras medidas:

- La formación profesional a partir de 14 años, para los estudiantes con dificultades en los estudios.
- El trabajo de noche a partir de 15 años (lo que supone una regresión a la protección laboral del siglo XIX).
- La privación de ayudas sociales a las familias de los estudiantes que faltan a clase, que según el gobierno servirá para "motivar" a los estudiantes.

Es difícil entonces de saber a qué oportunidades se refiere el gobierno; desde luego no a la oportunidad de estudiar para aspirar a un trabajo digno. Su política parece más bien encaminada a poner a trabajar a esos jóvenes en las condiciones más degradantes posibles (en los peores trabajos, de noche, en precario) y desde edades muy tempranas para que se acostumbren a ser esclavos de por vida. Quitar las ayudas sociales a las familias de los estudiantes con problemas tampoco parece una medida que busque "la igualdad de oportunidades". Más bien da la impresión de que el gobierno sólo quiere crear una gran masa de peones dóciles y destinados a ser explotados de la forma más cómoda para las empresas. Sobre todo, si se tiene en cuenta que esta ley acompaña a la represión que el gobierno desencadenó contra los jóvenes que participaron en las revueltas de noviembre, represión que ha producido un enorme número de detenciones. La retirada de las ayudas sociales a las familias de los alumnos que faltan a clase también constituye otra forma de represión.

Nosotros nos oponemos a la represión y la precarización que consideramos dos aspectos inseparables de la política neoliberal del gobierno. Por eso nuestras reivindicaciones no incluyen solamente la retirada de la Ley de Igualdad de Oportunidades, del CNE o de la Ley Fillon, sino que también nos pronunciamos contra el tratamiento represivo de los movimientos sociales en Francia: exigimos la amnistía de los estudiantes de instituto que fueron detenidos el año pasado, de los jóvenes arrestados durante las revueltas de noviembre y de las víctimas de la represión del movimiento contra el CPE. Estas reivindicaciones han sido adoptadas por las últimas coordinaciones nacionales de universidades en huelga contra el CPE.

La movilización continúa aumentando cada día. Seguiremos adelante para lograr que el gobierno retire sus medidas antisociales.

COMITE DE MOVILIZACIóN DE PARIS X NANTERRE Stopcpe92 (at) blogspot.fr
Indymedia Barcelona

 

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