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EE.UU. :: 07/09/2006

Hacia la Perma-revolución

Spring To Action collective - NYC
El declive del movimiento antiglobalización en los EEUU y la increíble oleada de apoyo por parte de anarquistas tras la devastación del huracán Katrina sugiere que es posible un nuevo alineamiento político y táctico en Norteamérica.

Los anarquistas hicieron un trabajo admirable infundiendo ideales, tácticas y discurso revolucionarios en el movimiento anti-globalización. Las campañas de los reformistas tradicionales (por ejemplo, quienes están en contra de la explotación en grandes fábricas [sweat-shops en inglés]) y grandes sindicatos (por ejemplo, los camioneros) fueron seducidos por la diversidad de tácticas, el consenso, la descentralización basadas en los grupos de afinidad y otros principios básicos anarquistas. Pudimos vincular estas campañas limitadas, dentro de nuestra crítica global del Estado y del Capital, a la vez que mostrábamos a diversas gentes las ideas y los sueños de la anarquía. El último movimiento "contra la guerra" (quizás mejor descrito si decimos "contra la guerra de Iraq") ha sido un fracaso para los anarquistas norteamericanos, a pesar de algunos esfuerzos serios por parte de los anarquistas de San Francisco. Engullido y manipulado por grupos autoritarios y coaliciones no-revolucionarias, el último movimiento contra la guerra se deshizo rápidamente de los principios y desaprendió las buenas prácticas que hicieron a los movimientos anti-globalización tan dinámicos y efectivos en este país. Las convergencias, los entrenamientos, las comparticiones de habilidades, los debates, las clínicas médicas, los bufetes y las cocinas libres, desaparecieron durante la noche. La participación en las marchas contra la guerra se convirtieron en la atomizante y coreografiada experiencia de izquierdistas por todo el globo, donde la gente fue llevada en autobús a la marcha, donde se daba vueltas agitando los penosos símbolos prefabricados por alguno de los grupos implicados, donde se escucharon tediosos discursos vacíos, y donde luego volvieron a montar en el autobús de vuelta a casa contentos con el cumplimiento de su labor democrática.

La secuela de la debacle del Estado en Nueva Orleans que siguió al Katrina, mostró que existe aún una presencia activa de anarquistas en este país. Espontáneamente, algunos grupos se mudaban a Nueva Orleans y trabajaban en sus propias comunidades proveyendo solidaridad. Los anarquistas fueron los primeros en extender la crítica de la pobre respuesta del Estado que lanzaba cuestiones de justicia de raza, de clase, medioambiental, y la militarización de la ayuda estatal. Aún hay cientos de anarquistas trabajando y moviéndose por NOLA (Nueva Orleans). La respuesta anarquista representó las mejores prácticas del movimiento anti-globalización (y de los prinicpios anarquistas básicos): entrenamiento/compartición de habilidades, consenso, organizaciones decentralizadas, el realzamiento de las comunicaciones entre oprimidos, la ética del "hazlo por ti mismo" y la convergencia.

Irónicamente hay quizás ahora más anarquistas que durante el periodo antiglobalización, a pesar de la falta relativa de resistencia pública de los anarquistas. Hay en definitiva más proyectos anarquistas hoy que incluso hace un año: periódicos y zines; centros sociales [llamados Infoshops allí]; centros comunitarios; webs; casas colectivas; granjas; etc. pero poco en la vía de resistencia activa al Estado o al Capital. Esta falta de visibilidad y de acciones inspiradoras ha causado que muchos anarquistas desesperen y sientan que el "movimiento" está en declive. Todavía los anarquistas no han desaparecido desde el 11-S, estamos aún trabajando en nuestras comunidades y lanzando nuevos proyectos, pero hay una necesidad definitiva de reenfocar nuestros esfuerzos.

Proponemos que los anarquistas trabajen con las comunidades del cénit del petróleo [peak oil], la permacultura y las biorregiones para prepararnos mejor para el nuevo alineamiento que la respuesta al Katrina ha sugerido. Nuestra relación actual con las "comunidades de permacultura" (incluyendo aquí todos los grupos e individuos orientados hacia el cénit del petróleo, los problemas ambientales y de crisis energética) es similar a las relaciones que constituyeron el éxito del movimiento anti-globalización (relaciones con campañas contra empresas que explotan en el tercer mundo, sindicalistas de base, gente de Earth First, etc.). La mayoría de los permaculturistas son liberales/izquierdistas y muchos comparten nuestras creencias incluso aunque no se llamen anarquistas a sí mismos. En su mayor parte están implicados políticamente a nivel local y optan por una alternativa oponiéndose a un modelo confrontacional para tratar con el estado y el capital. Esto viene de una posición relativamente privilegiada que tienen muchos permaculturalistas en la sociedad general. Incluso ha llegado a haber una corriente de "capitalismo verde" en muchas eco-aldeas y comunidades permaculturales. La gente del cénit del petróleo y gente orientada hacia otras crisis tienden a tener una opinión más radical y crítica sobre el estado y el capitalismo global; sin embargo, sus esfuerzos son generalmente académicos o marginalizados. Creemos que esta gente son nuestros aliados naturales en la nueva alineación de las cosas. Tienen una infraestructura impresionante y unas habilidades y tácticas útiles para tratar con una crisis de una manera sustentable. Juntos podemos mostrar a la gente que hay más alternativas que reconstruir Babylon y que en la crisis subyace una oportunidad para resistir el poder mortal del estado y del capital. Es más, los permaculturalistas son nuestros aliados naturales porque compartimos muchos principios organizativos básicos con ellos, entre ellos: énfasis en compartir habilidades; ética de trabajo DIY [Hazlo tú mismo]; horizontalismo (a veces); conciencia ambiental y modelos basados en la toma de decisiones consensuada. Creemos que al combinar nuestros recursos, ideas, sueños y pasiones podemos desafiar genuinamente la hegemonía del estado y del capitalismo, especialmente en áreas afectadas por crisis inevitables. Sabemos que esas crisis afectarán desproporcionadamente más a la gente pobre y a las comunidades privadas del derecho de decidir sobre sus asuntos, comunidades con las que los anarquistas han estado trabajando durante décadas. Los anarquistas pueden proveer un puente especial entre las filosofías de lo sostenible y las habilidades de los permaculturalistas y las comunidades en donde estas habilidades pueden ser más efectivas en crear un nuevo mundo sostenible.

Los anarquistas necesitan aprender de los compañeros permaculturalistas las habilidades que nos permitirán ayudar a la gente que más lo necesite cuando el estado y el capital renuncien a hacerlo. Necesitamos aprender a crear zonas autónomas sostenibles que puedan desafiar seriamente el poder del gobierno y del capital. Es una estrategia a largo plazo, y el tiempo se agota, así que debemos actuar con decisión y diligencia. Debemos poner más énfasis en los contactos que ya tenemos con las comunidades permaculturalistas y a la vez crear nuevas alianzas. Los anarquistas necesitan apoyar a los permaculturalistas radicales, aquellos que ya están luchando contra la "co-optación" de su comunidad, aquellos que se oponen al "capitalismo verde" y al reformismo medioambiental. Es trabajando con tales radicales como esperamos conectar lo local con lo global y mostrar que cualquier alternativa verdadera necesita estar en confrontación con el Status Quo. Pronto, según las crisis ambientales, energéticas, económicas y políticas comiencen en el horizonte, la posición privilegiada de los permaculturalistas se verá comprometida y se verán forzados a tomar partido en la lucha contra el capitalismo. A través del apoyo mutuo y la implicación activa, confiando en el compañerismo que hayamos construido con los permaculturalistas radicales, seremos capaces de convertirnos en una fuerza por un cambio activo. Junto con los permaculturalistas podemos infundir al anarquismo con una nueva visión más poderosa que la del movimiento antiglobalización, una visión que muestra un mundo por el que luchar, y no simplemente estar a la contra.

¡Hacia la perma-revolución!

Lembas/Alasbarricadas.org

 

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