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Argentina :: 20/10/2006

La vuelta de las patotas

Guillermo Cieza
Dos hechos que conmocionaron a la Argentina en los últimos días nos devuelven las peores imágenes de la represión de los años 70.

Hace exactamente un mes desapareció Jorge Julio López, un militante barrial que sobrevivió en el campo de concentración de Arana y fue un testigo decisivo en la condena al ex-comisario Etchecolaz. Y en el traslado de los restos de Perón a la quinta de San Vicente, chocaron patotas sindicales de distintos gremios con el saldo de mas de medio centenar de heridos

La suposición más firme es que López fue secuestrado por una patota que sobrevivió a sucesivas purgas en los pliegues de las Fuerzas de Seguridad, y que cuenta con la información, la capacidad operativa y la infraestructura necesaria para realizar este y otros hechos. Como bien dicen los organismos de derechos humanos de La Plata que impulsaron el juicio de Etchecolaz, la desaparición de López no fue casual sino causal. Su ausencia el dia que tenian que leerse el alegato acusatorio de la querella, estuvo a punto de hacer suspender el juicio.

En la actividad organizada por las 62 organizaciones peronistas y la CGT por el traslado de los restos de Perón a la quinta de San Vicente [zona elegante a las afueras de Buenos Aires], chocaron patotas sindicales de distintos gremios con el saldo de mas de medio centenar de heridos. Uno de los agresores que aparece en imágenes televisivas disparando un arma de fuego, fue identificado como Emilio Quiroz, chofer de Pablo Moyano, miembro de la Comisión Directiva del Sindicato de Camioneros e hijo del dirigente de ese gremio y a la vez Secretario General de la CGT, Hugo Moyano.

La noticia periodística asocia los hechos de San Vicente a los hechos ocurridos el 20 de Junio de 1973 en Ezeiza en circunstancias del retorno del Gral. Perón a la Argentina.

Hay algunas coincidencias, pero también diferencias que me parecen importantes remarcar.

Ezeiza y después...

En Ezeiza se produce un enfrentamiento de proyectos políticos diferenciados. De un lado avanzaba la columna Sur de Montoneros gritando la consigna: Peron, Evita, la Patria Socialista. Puede cuestionarse la oportunidad política elegida por la conducción de Montoneros para disputar la cercanía del palco a la burocracia sindical, pero es indudable que con sus aciertos y errores encarnaban un proyecto popular. Del otro lado los recibieron a los tiros las huestes de la burocracia sindical y grupos como el CDO que respondían políticamente a López Rega, que sin duda expresaban un proyecto reaccionario.

Hoy sabemos, y el trabajo de Verbitski "Ezeiza" aportó mucho al esclarecimiento, que la masacre de Ezeiza fue cuidadosamente planeada por la derecha peronista y que su objetivo ultimo fue promover la desmovilización popular en circunstancias históricas decisivas.

El enfrentamiento entre peronistas que respondian a proyectos antagónicos, tenia un antecedente previo en el asesinato de Blajakis y Zalazar en 1967 en la Pizzeria la Real, que narra magistralmente Rodolfo Walsh en "Quien mato a Rosendo", para mi gusto el libro de literatura política argentina mas importante del siglo XX. Allí Walsh demuestra que las victima estaban desarmadas y que los disparos partieron del grupo liderado por Augusto Timoteo Vandor, un burócrata sindical metalúrgico que por su estilo sindical es el antecedente histórico de Hugo Moyano.

De aquel periodo histórico 73-76 me parece importante rescatar algunos hechos. Entre 1974 y 1975 se produce el pico de luchas sindicales mas importante de la historia argentina, que son protagonizadas por direcciones antiburocraticas, cuya maxima expresión fueron las interfabriles.

Esas luchas tuvieron dos consecuencias en lo jurídico. Por una lado se sanciona la ley de Contrato de Trabajo que reconoce importantes conquistas a los trabajadores. Por otro lado se sanciona la Ley de Asociaciones Profesionales, que impulsada por la burocracia y el gobierno de Perón, intenta frenar el avance en la democratización de los gremios.

En los meses previos al golpe militar de 1976 los mismos burócratas sindicales que habían participado en la Masacre de Ezeiza empiezan a realizar homenajes a las Fuerzas Armadas, desde el discurso de la unidad de "los trabajadores y el ejercito". Esa complicidad sé continuó con la colaboración de los burócratas sindicales, junto a las grandes patronales en la confección de listas de quienes serian los futuros desaparecidos, asesinados o encarcelados. Esa complicidad que conocimos quienes vivimos aquellos años la persecución por nuestra actividad sindical, queda probada judicialmente en el caso de la desaparición de miembros de la Comisión Interna de la empresa Mercedes Benz.

Entre las victimas de la dictadura se cuenta Norberto Centeno quien fuera autor intelectual de la Ley de Contrato de Trabajo.

Al restablecerse la legalidad contitucional el Contrato de Trabajo no es reestablecido totalmente, sino que va sufriendo sucesivas mutilaciones que conocemos como "flexibilización laboral". Lo que sí se mantiene firme es la Ley de Asociaciones Profesionales que ha permitido que aquellos viejos burócratas sindicales controlen su descendencia y en algunos casos continúen en sus cargos.

San Vicente

El gobierno "progresista" de Kirchner, tiene sus apoyos sindicales en los mismos dirigentes gremiales que se mantuvieron en sus cargos o dejaron su descendencia a través de la ley de Asociaciones Profesionales.

Estos burócratas conservan las dos líneas históricas que se remontan a finales de la década del 50: la vandorista que pueda sintetizarse en "ladrar para negociar" y que hoy encarna Hugo Moyano y la "participacionista" que puede sintetizarse en "participar con lo que se consiga del gobierno y las patronales" y cuyos referentes más importantes son los llamados "gordos" de la CGT (base sindical del menemismo)

Hugo Barrionuevo, que hace del puente entre Moyano y los llamados "gordos" de la CGT, es una excepción. Es líder de los gastronomico, pero nunca fue gastronomico. Llego al gremio como funcionario de la intervencion militar.

El enfrentamiento en San Vicente es una continuidad de los enfrentamiento entre esas dos líneas históricas y su victima politica principal es el sindicalista preferido de Kirchner, Hugo Moyano, que fue el organizador del acto y no va a poder despegar de la participacion de sus matones en los hechos de violencia

A diferencia de lo ocurrido en Ezeiza en el enfrentamiento ocurrido en San Vicente no hay protagonismo de ningun proyecto popular. Son patotas sindicales que mostraron por televisión conductas que vienen ejerciendo desde hace años hacia el interior de sus propios gremios contra todo atisbo de oposición que promueva la democracia de base.

Dos reapariciones preocupantes

La reaparición de la patota que secuestro a López muestra las limitaciones del gobierno en su proclamada d ecisión de desmantelar totalmente el aparato represivo heredado de la dictadura.

La exposición televisiva de las patotas en San Vicente, muestra la carnadura del sindicalismo en que se apoya este gobierno. La Haine

 

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