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México :: 01/11/2007

Un año sin Brad Will

Ernesto Ardito
Sábado 27 de Octubre de 2007: integrante de Indymedia Nueva York asesinado en Oaxaca. Ese mismo día sus compañeros de Indymedia México y Mal de Ojo dieron con su vídeo y lo publicaron en la red

Dos balazos en el pecho. Las bestias que despliegan el horror sobre el asfalto nos quitan a un amigo, a un compañero, a un documentalista que ejercía su profesión con el norte claro de dar a conocer al mundo las noticias que las grandes corporaciones mediáticas nunca iban a contar.

Brad Will se hallaba cubriendo las movilizaciones populares en Oaxaca, México, denunciando públicamente a través de la red Indymedia en internet, lo que como siempre, en estos casos, los medios oficiales callan: el punto de vista legítimo del pueblo. Desde allí estaba documentando las represiones, los asesinatos, las torturas y contra esta arremetida del gobierno, al pueblo que se organizaba en asambleas, que resistía desde las barricadas, a héroes anónimos que con cada gesto de lucha, le devolvían a Brad la alegría de sentirse vivo.

El viernes 27 de octubre de 2006, con su cámara HD filmaba en tiempo real el momento en que los pistoleros al servicio del gobernador del estado de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, disparaban contra las barricadas levantadas en la colonia Calicanto. Brad grababa sin exponerse detrás de unos jóvenes, tal lo muestran sus últimas imágenes. Pero sus asesinos ya lo tenían en la mira, se la tenían jurada al “gringo” alto, barbudo y rubión, que a través de sus noticias impedía que los asesinatos que iban sucediendo quedaran impunes y la verdad aislada.

Dos disparos perforaron su pecho y cayó sobre el asfalto. Tras un grito seco, vió esos agujeros y el hilo de sangre. La gente intentaba ayudarlo, mantenerlo vivo, mientras el se desvanecía, su mirada se oscurecía, pero su cámara HD seguía filmando, apretada entre sus manos, denunciando hasta el último frame, por justicia. Se lo llevaron en la parte trasera de una camioneta, y su cámara abandonada en un rincón de una calle angosta de Oaxaca, seguía grabando y grabando. Brad murió camino al hospital.

Ese mismo día sus compañeros de Indymedia México y Mal de Ojo dieron con su vídeo, lo editaron como informe y lo publicaron en la red, dando cuenta de los hechos. Ya los medios oficiales no pudieron callar esta muerte. Por las mismas horas, en las barricadas de Santa María y San Bartolo Coyotepec, también fueron asesinados por arma de fuego Esteban López Zurita, el profesor Emilio Alonso Fabián y cerca de 20 personas más resultaron heridas de bala.

Treinta y tres años atrás, el documentalista argentino Leonardo Henrichsen, en pleno Santiago de Chile, mientras registraba el “Tanquetazo”, previo al golpe de Pinochet, también filmaba su propia muerte. Sus asesinos, una patrulla militar. Brad también fue asesinado por una patrulla. Un regidor, el jefe de seguridad de la alcaldía y dos policías. Mano dura del gobernador priísta Ruiz Ortiz, quienes avanzaban disparando como poseídos e indiscriminadamente contra su propio pueblo.

Bradley Roland Will (Brad Will) nació en Estados Unidos y vivía en New York. Tenía 36 años. Era documentalista y periodista de la red alternativa Indymedia. Había llegado a México en octubre, muy enfermo, pero no podía con su vocación de dar a conocer al mundo los pormenores de un proceso de vanguardia política y social como la Asamblea Popular de Oaxaca. Hoy es otro mártir de este pueblo, esta heroificado, pintado con su cámara al hombro por decenas de paredes que lo abrigan.

Brad siempre iba por Latinoamérica ejerciendo su activismo y su profesión. Era querido por muchísima gente. Lo caracterizaba su valor, su optimismo y su buen humor. Nunca se negó a estar presente cuando sabía que su cámara podía ser necesaria para la difusión y protección de una causa justa, por más que esto significara un gran peligro. Casi pierde la vida en Brasil en una represión y desalojo contra los Sin Tierra. Cuando el estallido del 19 y 20 de diciembre de 2001 en Argentina, estuvo aquí registrando y subjetivizando nuestras luchas. Muchos documentalistas argentinos lo conocieron en este período, vivió en sus casas, compartieron el asfalto, las asambleas, las tomas de fábricas, con la cámara al hombro. Ellos /nosotros / vos; sintieron / sentimos / sentirás, que han asesinado a uno de los nuestros.

Indymedia Argentina


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Contrario a versiones extraoficiales de la Procuraduría General de la República, que afirman que el caso está “a punto de ser cerrado”, a un año del asesinato del corresponsal de la agencia alternativa Indymedia, la averiguación previa del caso “está lejos de concluir”, explica el abogado.

La primera línea que surgió inmediatamente después del enfrentamiento en Santa Lucía del Camino, donde resultaron heridas dos personas más, fue que Brad Will murió por los disparos hechos por los policías y funcionarios del municipio contra manifestantes de la APPO y periodistas a unos 30 metros de distancia. Incluso dos de ellos, Santiago Zárate, escolta del presidente municipal, y Pedro Carmona, policía local, fueron detenidos 48 horas después y liberados un mes más tarde por falta de pruebas.

A mediados de noviembre del año pasado, las autoridades del gobierno de Ulises Ruiz hicieron circular la versión de que después del primer disparo que recibió Will de frente, a la altura del esternón y que le provocó la muerte de forma casi inmediata, recibió un segundo “para rematarlo” en el trayecto entre Santa Lucía y la Cruz Roja de Oaxaca.

El 15 de noviembre del año pasado, la procuradora de Justicia de Oaxaca, Lizbeth Cañas Cadeza, dio un giro a la investigación, al declarar que las balas que mataron a Will fueron disparadas por un miembro de la APPO en la barricada, como parte “de una conspiración para internacionalizar el conflicto, producto de una acción concertada”. Esta es la “hipótesis del tiro a corta distancia”.

“No hay un solo peritaje concluyente en este sentido”, refuta el abogado De los Santos. “Desde el inicio de la investigación, desde la misma autopsia, detectamos irregularidades. Más adelante vimos que el manejo que se le dio a la investigación pretendía sesgarla en favor de la hipótesis del disparo cercano. Pero nuevas investigaciones y los elementos probatorios con los que contamos hasta ahora no demuestran esa versión”.

Hasta ahora, la defensa de la familia Will ha centrado su estrategia en la recopilación de testimonios de las personas que estuvieron ese día (27 de octubre de 2006), a esa hora (cerca de las tres de la tarde), en la calle Benito Juárez, en Santa Lucía del Camino.

“Primero logramos que se descartara la versión de que el segundo disparo (que entró en sedal en el costado izquierdo del periodista) fue hecho lejos del lugar del enfrentamiento, en el trayecto hacia la Cruz Roja”, lo que hacía recaer la responsabilidad en el grupo de jóvenes que intentaron poner a salvo al estadunidense. “Presentamos fotografías y videos que muestran la segunda herida de bala desde los primeros momentos en que Brad fue abatido. Esa versión fue desvirtuada, totalmente, y la procuraduría ya la desechó”.

De los Santos asegura: “No estamos convencidos de que la hipótesis del disparo cercano pueda ser demostrada. No hay una sola prueba concluyente”.

Por el contrario, tratan de demostrar, a partir de las declaraciones ministeriales de periodistas y activistas que estuvieron al lado de Brad Will a la hora de su muerte, que los disparos que le costaron la vida fueron hechos de frente y a una distancia de unos 30 metros. “Todos nuestros testigos coinciden en afirmar, sin lugar a dudas, que los disparos provenían del otro lado de la barricada; nadie vio disparar a ninguno de los miembros de la APPO”, afirma el abogado, quien admite que sería posible que los testigos no se hubieran percatado del primer tiro, pero que es imposible que no hubieran visto nada en una segunda detonación si el autor de ésta hubiera estado situado cerca de ellos. También presentaron fotografías y videos que demuestran lo anterior.

Se ha demostrado pericialmente que ambas balas procedieron de la misma arma.

Entre los testimonios está el de Osvaldo Ramírez, fotógrafo del diario Milenio, quien resultó herido por la misma andanada de disparos que venían del lado opuesto de la barricada 10 minutos antes de los dos tiros fatales contra Brad Will. Ramírez sostiene que al recibir un impacto fue retirado del lugar y que, mientras lo atendían a varios metros de distancia, siguió oyendo disparos que venían de la misma dirección.

“Estamos trabajando para corroborar estos testimonios, que tienen sentido y lógica evidente”, aclara el asesor legal.

Otras pruebas presentadas por la defensa son videos y fotografías de periodistas tomadas a una distancia de 30 metros, aproximadamente, que lograron captar imágenes de hombres disparando con pistolas contra los manifestantes. Cinco de ellos han sido identificados: Carmona y Zárate, Orlando Manuel Aguilar Coello, comandante de la policía municipal, y Juan Carlos Soriano y Juan Sumano, elementos de la policía local. Todos están libres.

***

El día que murió Brad Will otras tres personas fueron asesinadas en enfrentamientos similares en otras barricadas: Emilio Alonso Fabián, Esteban Ruiz y Esteban López Zurita. Ninguno de estos crímenes se ha aclarado.

 

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