lahaine.org
Mundo :: 03/05/2008

Desinformación del Mossad: Cómo el servicio de inteligencia israelí falsifica la historia

Gaby Weber
El régimen israelí secuestraba nazis en América Latina para quedarse con su dinero

El comisario uruguayo Alejandro Otero fue informado el 6 de marzo de 1965 que la agencia de noticias Reuters en Bonn recibió una carta anónima de un comando con el nombre "Quiénes nunca puede olvidar". En esta carta se decía que en Shangrilá (Uruguay) un criminal de guerra, el letón Herbert Cukurs, fue ejecutado por sus asesinatos de 30,000 Judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

Cuando Otero llegó a Shangrilá, vio que las puertas y las ventanas de la casa indicada estaban cerradas. El comisario recuerda: "lo que yo podría ver apenas desde afuera, era espantoso: el cuarto entero lleno de sangre". Al lado del cadáver habíauna hoja, un extracto de las instancias del acusador británico en el proceso de Nuremberg. Las pruebas contra el asesino ejecutado - escribieron los periódicos al día siguiente en los titulares.

Cinco años después de la detención de Adolf Eichmann, la prensa especuló que el Servicio Secreto israelí Mossad había estado en el trabajo. El gobierno en Tel-Aviv se envolvió en el silencio. Sólo veinte años más tarde, anunció en el tribunal Auschwitz en Jerusalén el jefe del Mossad, Isser Harel, quién él mismo era Letón, que la ejecución de Cukurs ha sido la última acción de su Servicio Secreto en materia de los criminales Nazis en Sudamérica. Esto era en 1985.

Y pasaron otros doce años, hasta que la editorial israelí Keter publicara un libro con el título "la Ejecución del verdugo de Riga" que describe la ejecución de Cukurs detalladamente. Los autores afirman que ellos quisieron influir con esta acción en el debate de parlamento alemán (Bundestag) sobre la prescripción de los crímenes de guerra. Ni el gobierno alemán ni el parlamento han protestado contra el chantaje de sus instituciones democráticas por otro estado. Periodistas e historiadores aceptaron sin ninguna duda la versión del Mossad.

"La ejecución del verdugo de Riga" fue traducida entonces al alemán y al letón y elogiada por todo el mundo como "un documento histórico importante". Hace cuatro años, el libro también apareció en inglés, publicado por la editorial Vallentine Mitchell, con un prefacio del general Meir Amit, el jefe del Mossad en aquella época. Él escribe: "el Estado de Israel decidió eliminar a los criminales principales. Este era una eliminación apuntada, selectiva y eficiente. Uno de los más prominentes era Herbert Cukurs, un criminal que realizó la masacre contra los Judíos de Letonia. Cukurs se escapó de los aliados."

Estas palabras no son la verdad. Después de una intensa investigación llegué a la conclusión que la operación Cukurs fue probablemente una de las operaciones mas diletantes del Servicio Secreto israelí, y el libro "la ejecución del verdugo de Riga" un producto del departamento de "desinformación" del Mossad.

El autor del libro se llama "Anton Künzle", el asesino de Cukurs. "Künzle" es un seudónimo. Según su propia presentación, él nació en 1919 en Alemania y más tarde emigró a Palestina. Allí, sirvió en las filas del Hagana, el precursor del ejército israelí y del Mossad. El periodista Gad Shimron, quién él mismo fue agente durante diez años en el Mossad, es el co-autor.

¿"Cuándo un día mis nietos me pregunten "Abuelo", de todo lo que usted ha hecho en su vida, de qué está más orgulloso? Les contaré sobre mi papel en esta operación difícil y complicada de saldar la cuenta con el Verdugo de Riga".

En el museo judío en Riga, sin embargo, el caso Cukurs está muy bien documentado. "Es realmente una vergüenza", dice Margers Vestermanis, director del museo, "que el Mossad haya trabajado tan mal. Tan primitivamente en lo que se refiero a este libro: la ejecución del verdugo de Riga".

Alejandro Otero era el comisario a quien correspondía investigar el asesinato de Shangrilá. Hoy está retirado, pero sin embargo recuerda cada detalle. En la escena había un olor insoportable, el cadáver había estado allí ya dos semanas con temperaturas veraniegas. En el pecho del cadáver dejaron un extracto del acusador británico en el proceso de Nuremberg. Esta hoja está en el expediente de la policía uruguaya. Describe a "los grupos de exterminio" del líder Nazi, Heinrich Himmler. No se refiere ni menciona a Cukurs o Letonia.

La Policía Federal en Alemania envió a Otero la carta del comando anónima, la llamada "sentencia de muerte". Ella describe a Cukurs como un líder del grupo fascista letón llamada Perkonkrust: "A causa de su responsabilidad personal comprobada por la muerte de 30.000 hombres, mujeres y niños, hemos decidido dictar sobre Herbert Cukurs la pena de muerte".

El comisario Otero se comunicó con la familia del muerto. De São Paulo vino su hijo Gunnars que ya había extrañado a su padre. Contó que su padre había vivido desde 1946 legalmente en Brasil y que desde el principio de los años cincuenta, la comunidad judía había levantado una campaña contra él. Nada de esto era verdadero y después de un cierto tiempo la campaña se durmió - hasta que "Anton Künzle" apareció en São Paulo y presentó a su padre una propuesta comercial.

Künzle invitó a Cukurs a Uruguay y le dio 160 dólares para el vuelo de São Paulo a Montevideo. Esto era claramente una trampa.

Otero averiguó que Künzle había hablado con soltura el alemán y, así como sus cómplices, español con acento porteño. Ellos probablemente no tenían desde el principio planificada la ejecución, sino secuestrar a Cukurs. Sin embargo, no eran ningunos profesionales. Al menos cinco hombres jóvenes, como los vecinos habían observado, habían estado en la casa en Shangrilá.

Otero: "Ellos no querían ejecutarle. Podrían simplemente haberle pegado un tiro antes en Brasil. Ellos lo trajeron bajo un pretexto a Uruguay para llevarlo a otro lugar. Cukurs era un hombre muy fuerte a pesar de su edad. Él prefirió morir que ser agarrado. La lucha terminó con su muerte." El hecho que cinco hombres jóvenes no podían derrotar a uno de 64 años, contradice la imagen de la eficacia extraordinaria que el Mossad reclama desde siempre.

"El cadáver estuvo en un baúl de madera gigante", se acuerda Otero, "y el baúl tenía en el frente y al costado varios agujeros de aire. Tenía cerraduras metálicas robustas y en el piso había cinturones gruesos." Estos cinturones deberían prevenir probablemente que este baúl pudiera ser abierto desde el interior.

Varios vecinos habían observado que durante la acción un barco grande había anclado en la bahía de Shangrilá. Esperó allí 48 horas. Sin embargo, en los registros nacionales Otero no encontró el barco.

El comisario supuso que el barco esperaba para recibir el secuestrado y llevarlo a otro país. Otero chequeó pasos de frontera y aeropuertos. Y viajó personalmente a São Paulo, para hablar con toda la familia Cukurs. Investigó que el hombre que se llamaba Anton Künzle y que había atraído a Herbert Cukurs a Uruguay había alquilado allí un coche. Künzle necesitó un carné de conducir internacional y lo solicitó a la Asociación Automovilística Brasileña. Otero recibió allí la segunda foto de la licencia, la foto del asesino.

"Quise la ayuda de Interpol en la búsqueda internacional, pero Interpol oficialmente me informó que considera el asesinato de Cukurs como un caso político, y en tales casos Interpol no actúa." De este modo, las investigaciones de Otero tuvieron que fracasar. El expediente fue clausurado.

Además, Otero estaba muy ocupado entonces. En Uruguay, él era el comisario a cargo de investigar contra el grupo guerrillero Tupamaros. Uno de sus fundadores fue Tabaré Rivero.

Rivero recuerda el caso Cukurs bien y, sobre todo, recuerda a Amodio Pérez, uno de los compañeros más corajudos que hicieron una carrera rápida dentro del aparato guerrillero. Rivero: "averigüé que Amodio participó en la acción Cukurs, él condujo el coche del comando. Él usó documentos falsos que le había dado probablemente el Mossad. Él también estaba en la casa en Shangrilá. La ejecución fue llevado a cabo con muy pocas personas, entre ellos estaba también la primera esposa de Amodio.”

Amodio Pérez es judío. Y en aquella época, había muchos contactos entre la comunidad judía y la izquierda uruguaya, porque tenían un enemigo común. Los Nazis locales atacaron oficinas de la oposición y de la comunidad con bombas.

El hecho que Pérez participó en una acción del Mossad, sin embargo, no ocurrió por orden de su organización [Tupamaros], dijo Rivero. Él se enteró después de la acción.

En 1972, Pérez fue detenido y delató todo lo que sabía. Salía vestido con uniforme de ejército a la calle para identificar a sus compañeros. Incluso, entonces circulaba el rumor que él había sido un espía dentro de los Tupamaros. Después del golpe militar del 1973, dejó sin proceso el país.

Sólo una vez apareció Pérez desde entonces. Estuvo implicado en los años ochenta en la tentativa de matar al líder de la Contra de Nicaragua, Eden Pastora. Pastora, llamado también "Comandante Cero", había organizado una conferencia de prensa sobre la presión que la CIA ejerció contra él. Sin embargo, allí explotó una bomba, once personas murieron, Pastora quedó herido. Años mas tarde, periodistas mostraron al policía Otero un vídeo sobre la rueda de prensa y él identificó a Pérez claramente como uno de los participantes.

Volvemos a Letonia. Margers Vestermanis conduce el museo judío en Riga. Él mismo era durante la Segunda Guerra Mundial un trabajador esclavo de los nazis. Para él, el libro "la ejecución del verdugo de Riga" es una “tontería completa”.

Cuenta que Cukurs, efectivamente, fue miembro del grupo terrorista de Viktor Arajs, pero Cukurs no era responsable del asesinato de 30,000 Judíos: "Ni Viktor Arajs ni Cukurs eran miembros del Perkonkrust (como dice el Mossad) cuya historia es conocida."

El Perkonkrust era una organización nacionalista, paramilitar, nacida durante la primera república letona bajo el dictador Kalis Ulmanis. En aquella época, aproximadamente 80.000 judíos vivían en Letonia, el cinco por ciento de la población. Bajo Ulmanis, ellos no tenían mayores problemas, en comparación con la era anterior, cuando Letonia había estado bajo la administración rusa. Los judíos podían elegir sus profesiones y adquirir tierras.

La agitación antisemita provino del Perkonkrust con sus 6.000 miembros. Ellos gritaron "Kampf Heil", con el saludo fascista y estaban contra todos los extranjeros. ¡Su lema fue "Golpear a los Judíos y a los alemanes"!

En 1940, el Ejército Rojo anexó los países del Báltico. Y en esa época, por primera vez el Perkonkrust estableció contacto con el Abwehr alemán (el servicio de inteligencia) - contra el enemigo común, los Comunistas. Pero Cukurs nunca luchó contra los comunistas, dice Vestermanis, era un atrevido y aventurero, le gustaba el riesgo, disfrutar los viajes y la buena vida.

En el mercado de pulgas compró un viejo motor Citroen y lo insertó en un avioncito en el cual voló a Gambia (África). Los periódicos de Letonia financiaron su aventura y desde todas las estaciones, él mandó informes a Riga. Lo nombraron corresponsal especial en la guerra de Abissinia y en Japón. Cukurs se hizo famoso, un héroe nacional, y la fuerza aérea letona lo integró a sus filas como capitán. No era conocido como un antisemita, dice Vestermanis, sino trató de aprovechar todas las situaciones en su beneficio.

Incluso, a pesar que más tarde se presentará como un feroz anticomunista, bajo la ocupación soviética de Letonia él hizo un arreglo con los rusos. El 9 de abril del 41, fue a Moscú y ofreció su colaboración a la fuerza aérea soviética. Con cuáles autoridades tenía contactos en la Unión Soviética, nunca se hizo público. El 16 de abril de 1941 volvió a su granja en Letonia donde estaba en el momento de la invasión de las fuerzas armadas alemanas.

Muchos le sospecharon como espía ruso debido a su viaje a Moscú, y la situación se hizo peligrosa para él, piensa Vestermanis. Probablemente para demostrar su lealtad a las nuevas reglas, se afilió al comando especial de Victor Arajs.

El genocidio de los judíos letones ocurrió en varias grandes acciones. La primera comenzó pocos días después de la invasión de los alemanes y fue llevado a cabo por los grupos fascistas letones. En el segundo, al final del 41, los alemanes mataron a 25,000 habitantes del gueto en los bosques de Riga. Desde Alemania habían anunciado transportes de judíos a Riga y fue necesario hacer lugar en el gueto.

Está probado que Herbert Cukurs estaba en el comando Arajs. Él era su chofer y su mano derecha. El hecho que esta tropa cometió delitos de lesa humanidad - disparos, torturas, asesinatos, e incendios de sinagogas - está también probado.

Si Cukurs participó activa y personalmente en estos crímenes, no pudo ser probado. Lleva una responsabilidad colectiva por haber estado en este grupo terrorista, pero si tiene responsabilidad penal, no está claro.

Margers Vestermanis conoce todos los documentos, a favor y en contra de Cukurs. En favor, han declarado dos judías. Ella Medalje, nacida Guttmann, se escapó a una ejecución en masa porque se había presentado como "una aria". Cukurs tenía que llevarla a la prisión en la calle Waldemar 19 y no la delató. Sabía que ella era judía y se calló.

Y más tarde, Miriam Keitzner dio un testimonio en Brasil y dijo que Cukurs la había escondido en su granja.

Sin embargo, durante las ejecuciones en noviembre del 41 Cukurs estuvo presente, dice Vestermanis, tiró con su fusil a la masa. Estas masacres fueron ordenadas y organizadas por la SS alemana. Principalmente, tres personas eran responsables:

El líder de las SS, Friedrich Jeckeln, que había venido de Ucrania donde había sido muy activo en el asesinato de los Judíos de Kiev. El SS y comandante del gueto de Riga, Eduard Roschmann, quien se hizo conocido como "el carnicero de Riga". Y Viktor Arajs, el jefe letón del comando terrorista.

Herbert Cukurs frecuentaba a menudo el cuartel general nazi en la calle Waldemar 19, un edificio expropiado a un banquero judío, donde el comando Arajs también tenía sus oficinas. Tenía en un garaje sus coches de los cuales Cukurs era responsable. En el sótano, había celdas de tortura para presos, judíos y partisanos. En el tercer subsuelo estaban los cuartos del Perkonkrust. Sin embargo, ya de un mes después de la ocupación alemana, estos fascistas letones se pelearon con los alemanes y fueron prohibidos otra vez.

El libro "La ejecución del verdugo de Riga" cita las declaraciones de ocho testigos, ex presos que sobreviven la Waldemar. Ellas han sido tomadas antes organizaciones judías. Los originales están en el archivo del museo Yad Vashem en Jerusalén, copias en el museo judío en Riga.

No cabe ninguna duda de que estos testigos eran víctimas de humillaciones feroces, dice Vestermanis. Sin embargo, para él estas declaraciones no son cien por ciento veraces. El hecho que en ellas Cukurs es llamado miembro del Perkonkrust, no demuestra nada. Los testigos han sido atormentados y traumatizados y no eran capaces de diferenciar el otro lado según su afiliación de partido.

Es muy extraño, dice Vestermanis, que ni en los archivos soviéticos ni en los letones no hay nada incriminatorio contra Cukurs. La Unión Soviética quiso empezar después de la guerra un gran juicio por los crímenes de guerra de los nazis en los países del Báltico y, por lo tanto, había interrogado a miles de personas. "Después de la guerra, 365 miembros de éstos comandos fascistas fueron condenados. El asombro es que en los testimonios no hay casi ninguna incriminación contra Cukurs".

El libro sobre el verdugo de Riga "menciona una petición de extradición de la Unión Soviética al gobierno brasileño. Sin embargo, tal petición nunca existió. Ni la Unión Soviética ni Israel han solicitado la entrega de Cukurs - me informó la embajada brasileña en Buenos Aires. En una lista, publicada en 1960 en Israel, con los nombres de criminales de guerra nazis, el nombre de Herbert Cukurs no apareció.

Hoy Gunnars Cukurs tiene 77 años y vive en el sur de São Paulo donde repara aviones y barcos, como lo ha hecho una vez su padre. No puede recordar los masacres contra los judíos en Letonia. Cuando la invasión de los alemanes él tenía diez años.

EL hijo no cree que su padre haya desempeñado un papel activo en los delitos contra los judíos. Sin embargo, el hecho de que era el chófer y mano derecha de Viktor Arajs, el jefe del comando de exterminio, no lo niega. Contesta a mi pregunta de si su padre tenía en esta posición teóricamente la posibilidad de no participar en estos delitos: "eran tiempos de guerra". El hecho que los judíos, mujeres y niños, no eran parte de esta guerra, lo sabe por supuesto.

Su padre dejó a su esposa y los niños al final de 1943 en Alemania, que parecía mas seguro. Él mismo se quedó en Riga hasta agosto de 1944, cuando el ejército rojo había encerrado la ciudad de Riga. Muchos huían por mar a Suecia, llevando sus bienes consigo.

También Cukurs estaba durante los últimos días de guerra ocupado con tales transportes. Eso admite en la carta al cónsul estadounidense en Brasil que está en el expediente de la policía uruguaya. Como era un piloto experto probablemente cruzó el Mar Báltico con avión. Lo que él transportó a Suecia - sobre eso hay sólo especulaciones.

Después de la guerra, muchos de estos refugiados huidos a Suecia han sido entregados a la Unión Soviética. Pero lo que ha pasado con los bienes que se habían llevado en su fuga, nunca se hizo conocido. Al final de agosto 44, recuerda Gunnars, su padre volvió a encontrarse con su familia en Szczecin (Stettin). Con él estaba Miriam Keitzner, una judía joven que él había escondido en su granja en Riga.

Todos huyeron, ante el avanze del ejército rojo, hacia el Oeste. Cerca de Kassel cayeron en manos de las fuerzas estadounidenses. La presencia de la señorita judía hizo milagros, y después de tres días la familia pudo continuar. Llegaron a Marsella y emigraron a Brasil.

En 1956, los Cukurs se mudaron de Río de Janeiro a São Paulo. Su último hijo Richard acababa de nacer, y por lo tanto, su permanencia legal estaba asegurada.

Trabajó en el sur de la metrópolis con sus hijos en nuevos proyectos, por ejemplo en un pequeño submarino para objetivos civiles y militares y lo ofreció a la Armada de los Estados Unidos. Sin embargo, la US Navy le contestó que el proyecto era demasiado caro. Gunnars conserva una copia de esta carta.

¿Dónde deben ser buscados los motivos para el secuestro de Cukurs? ¿El plan era conseguir informaciones de él? ¿Tal vez sobre qué ha pasado durante los ultimos días de guerra en Letonia, cuando el ejército rojo cerró Riga? ¿Estuvo implicado en llevar los fondos del Ostbank por avión a Suecia, depositándolos en el banco Wallenberg?

Seguramente, los Nazis tuvieron bastante tiempo para resguardar su pillaje antes de caer en las manos del ejército rojo. En agosto del 44 la derrota de las fuerzas armadas alemanes era previsible. Muchos nazis huyeron cruzando el Mar Báltico a Gotemburgo, y Cukurs había participado en estos movimientos de fuga, contó a sus niños más tarde.

Al cónsul estadounidense en Río de Janeiro le confirmó que él entregó en el último momento "las armas a las fuerzas alemanas" y - literalmente – “salvó a unidades enteras” en la ciudad de Danzig. Esta carta está en el expediente de la policía uruguaya.

El "Ostbank" fue creado después de la ocupación alemana de los Países del Báltico, unificando los bancos centrales de Letonia, Lituania, Estonia y Ruthenia. En el Ostbank fueron depositados todos los impuestos de los ciudadanos de las áreas ocupadas así como los ingresos de las ventas "de las propiedades de los judíos y partisanos". La “propiedad judía" formó "parte considerable de la propiedad económica de los antiguos países del Báltico", dice una carta del Gauleiter Hinrich Lohse dirigiéndose al Führer Adolf Hitler. Con este dinero, los nazis financiaron parte de la guerra.

El 18 de febrero del 44, nos dicen los documentos en los Archivos Nacionales de Berlín (Bundesarchiv), en las cuentas bancarias del Ostbank había todavía más de 84 millones de Reichsmark. Lo que ha pasado con esta fortuna - así como las reservas de divisas y el oro -, no está escrito en los documentos. Se lee que el 8 de septiembre, el ministro alemán Alfred Rosenberg envió un télex al comisario nazi en Riga:

"En el proceso de salvar los bienes económicos, el Gauleiter y el Comisario del Reich deben informarme inmediatamente sobre la realización de las medidas. (Rosenberg)."

La salvación del oro nazi de los países del Báltico estaba en manos del ministro Rosenberg mismo. Estos activos tuvieron que ser llevados a un país neutro. Suiza estaba demasiado lejos. Suecia era oficialmente neutra, sin embargo, mantenía también contactos estrechos con los nazis.

Varias comisiones de investigación suecas quisieron aclarar el capítulo oscuro de la colaboración con el Tercer Reich. También las compañías de la familia Wallenberg fueron investigadas. La familia es conocida, sobre todo, por Raoul Wallenberg: el diplomático que salvó a miles de judíos antes de la deportación en el Budapest ocupado.

Pero otros miembros de la familia cooperaron con los nazis y les suministraron bienes y armamento. Su banco, Enskilda, había participado en el lavado de dinero nazi, y el banco central sueco compró oro de Alemania que probablemente provenía de víctimas del holocausto. No tenían cuentas numeradas en el banco Wallenberg, sino cuentas confidenciales con letras. Las comisiones suecas no tenían ningún acceso a estas cuentas.

Así que hasta hoy no se puede aclarar si a nombre de Rosenberg u otro líder nazi existía una cuenta en Suecia. Y la familia Wallenberg no emitió ningún comentario al respecto. El gobierno sueco entregó, después de la guerra, a muchos de los oficiales SS huidos a la Unión Soviética. No se sabe que también haya devuelto el botín y si Israel consiguió una parte de ello.

Sólo pocas personas fueron condenadas por las masacres de los judíos letones: los Sovieticos condenaron al líder de la SS Jeckeln como un criminal de guerra y le colgaron en Riga. Pero el comandante del gueto de Riga, el SS Eduard Roschmann, se mudó a Argentina donde se movía abiertamente. Viktor Arajs, el líder del comando de execuiones, cayó en cautiverio británico. Pero a los pocos meses, el gobierno militar lo liberó, pasó los expedientes penales a la justicia alemana y contrató a Arajs como conductor. Los británicos permitieron el viaje de Arajs a Londres donde recibió un pasaporte falsificado por el gobierno del exilio letón. Arajs fue detenido en 1975 en Francfort y condenado por un tribunal de Hamburgo por el asesinato de al menos 13,000 personas a custodia de por vida.

El asesinato de Herbert Cukurs en Montevideo es considerado hasta hoy como una acción del Mossad que tenía el objetivo de castigar a un criminal de guerra. Esta versión fue asumida hasta por la Enciclopedia Britannica. La familia de la víctima protestó y le pidió corrección. El hijo Gunnars recuerda que quiso presentar los documentos, "pero la Britannica no quiso ver los documentos. Y no teníamos dinero para un procedimiento legal."

El Servicio de Inteligencia israelí Mossad guarda silencio sobre el caso. Sin embargo, la casa editorial que ha publicado el libro en alemán "La ejecución del verdugo de Riga" contestó a mi pregunta. Me informó por correo electrónico: "no tenemos ninguna información cercana sobre el seudónimo Anton Künzle. Según nuestra información el autor es protegido por el Verfassungsschutz (servicio de inteligencia alemán interno)". Dice que no se hizo ningún contrato con él y que no se pagan los derechos de autor.

Sobre si la casa editorial ha recibido dinero para la publicación y si el contrato fue firmado con el gobierno israelí o un Servicio Secreto, no contestó. Tampoco cómo una casa editorial se puede proteger contra la posibilidad de ser usada para la falsificación histórica. De todos modos, los derechos para el libro han sido vendidos a la [editorial] Psychosozialverlag alemana, y ésta contestó: "las preguntas se refieren a cosas internas. Esperamos que Usted entenderá".

El co-autor de Künzle y ex agente Shimron, me dio un poco más de información. Después de su carrera en el Mossad, se hizo periodista en el diario israelí Maariv, me escribió en un email. "Ya no estoy más en contacto con el Mossad". Dice que conoce "desde hace muchos años al señor Kuenzle y que confío de cada palabra en su informe (sobre la operación)". Rechazó hacerme un contacto con Künzle. Él es "de la vieja escuela" y no podría revelar su identidad verdadera.

No contó por qué él no ha investigado en los archivos uruguayos, letones, alemanes, soviéticos y estadounidenses. El hecho de que Israel nunca ha pedido la extradición a Brasil, lo explicó poque el estado de Israel tuvo que solucionar "problemas más urgentes”. Sólo esporádicamente intentó "detectar" criminales Nazis como Cukurs. No contesta a la pregunta de en qué material se apoya para llamar a Cukurs miembro del "Perkonkrust" fascista y responsable de 30,000 asesinatos.

Pero cuenta que "ciertos círculos en Riga" celebran al hombre otra vez como un nacionalista y le han dado algo como un "certificado general de denazificación".

Lo último es correcto. Hubo en Riga una exposición sobre 'el héroe nacional' Cukurs en el cual su accionar bajo las órdenes de Arajs fue dejado de lado. Y un abogado letón conocido, recientemente publicó un libro con el título "Schaffott". Llama al juicio contra el líder de la SS, Jeckeln, "un espectáculo" y lo muestra como una víctima de la justicia soviética.

Sin embargo, la falsificación histórica nunca puede ser una respuesta a la falsificación histórica.

gabyweber.com

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal