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Madrid :: 02/07/2008

El ?herido de mierda? de las celebraciones de la Eurocopa de fútbol

J. M. Álvarez
Durante la competición europea de fútbol, la exaltación del espíritu nacional realizada fundamentalmente por la emisora de televisión Cuatro, ha sido demencial, rayando la locura y el paroxismo.

Dicha emisora desarrolló una campaña machacona, burda y ultra-nacionalista, enarbolando los símbolos y colores de una monarquía trasnochada, ensalzando los mismo valores que alababa el franquismo cuando se producían acontecimientos similares, incluso repitiendo, en diferido, el partido final que enfrentó a Alemania y España, como hicieron los franquistas en el año 1964 cuando la final fue protagonizada por la extinta Unión Soviética y España.

Tras el triunfo de la selección, que llaman española, Cuatro animó histéricamente a la gente a salir a la calle, prácticamente con la botella en la mano. No escuché un solo mensaje de moderación, ni una llamada a la cordura y la responsabilidad, que no habría estado de más, sobretodo en un país donde casi la única alternativa “cultural” para los jóvenes, son las borracheras de los fines de semana en los llamados “botellódromos”.

En pleno festejo, la gente “toreaba” automóviles, que hacían filigranas para evitar atropellamientos, y llegaron a lanzar bengalas a los pisos superiores de los edificios, lo que podría haber tenido graves consecuencias. Se lució Cuatro. Todo por la Patria, todo por España, todo por los ingresos de publicidad.

Pero lo peor estaba por llegar. Hasta tal extremo llegó el contagio alienante, que en la mañana siguiente a la celebración nocturna pude escuchar en una emisora de radio de la banda de FM -cuyo nombre no recuerdo- a una locutora, exultante y plena de alegría, comentando que en los festejos de la madrugada no se habían producidos incidentes, excepto “un herido de mierda en Madrid” (sic), comentario realizado entre risas (y alguna reprobación de sus compañeros, todo hay que decirlo) para que nada pudiera ensombrecer el triunfo y la fiesta de esta España cañí.

Horas más tarde, la agencia EFE reportaba que había aparecido muerto un varón en la localidad madrileña de Alcalá de Henares. El hombre, de unos 40 años, se golpeó la cabeza contra el suelo al caer, debido a que, probablemente, había bebido demasiado mientras celebraba la victoria española. Allí quedó, en medio de un charco de sangre, rodeado por una muchedumbre que le concedió el mismo valor que a un excremento de perro. Ese era “el herido de mierda” de la reportera de la emisora de radio de FM, de cuyo nombre no me acuerdo.

Creo que mi locutora anónima -en su desbocada alegría-, con ese comentario tan poco afortunado, sólo pretendía quitarle importancia al suceso y no empañar el éxito de aquellos que lograron arrojar a la calle a una masa alienada y embriagada.

Horas después, todos más calmados, sobrios, ya no utilizados porque el objetivo se había cumplido (y no me refiero al logro deportivo precisamente), han regresado a la triste realidad de los millones de desempleados; de un Euribor por las nubes; de una inflación galopante; del endeudamiento; de las hipotecas impagables. Todos, menos ese “herido de mierda”, que devino en muerte trágica.

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