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Asia :: 09/07/2008

G8 Japón: Cientos de personas protestan contra el G8 en la última jornada de la cumbre

La Haine.
12.05: Actualización permanente :: Al final de la marcha la actitud prepotente de la policía provocó que se produjeran algunos enfrentamientos :: Se desata el pánico por el terrorismo en el metro de Tokio :: Comunicado de prensa de Vía Campesina

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Cientos de personas protestan contra el G8 en la última jornada de la cumbre

Cientos de personas protestaron hoy contra el G8 y los métodos represivos de la policía nipona en una marcha desde cerca del lago Toya, en Hokkaido (norte de Japón), hacia el hotel en el que se alojan los líderes de los países más ricos del mundo.

La marcha transcurrió la mayor parte del tiempo de forma pacífica, aunque al final la actitud prepotente de la policía provocó que se produjeran algunos enfrentamientos. Los efectivos policiales, según dijeron varios participantes, superaban en número a los manifestantes.

"Caminamos hasta llegar a un par de kilómetros del hotel, donde la Policía nos rodeó y tuvimos que terminar la protesta", dijo a Efe Shimri Zamere, portavoz de G8way. "Las autoridades trataron de detener a dos personas pero los manifestantes se lo impidieron", añadió.

De acuerdo con la organización activista G8way, se trata de la primera vez que se juntan los activistas de los tres campamentos habilitados por las autoridades japonesas, situados en Toyoura, Soubetsu y Da-te (en Hokkaido), lejos de la localización de la cumbre.

Los manifestantes marcharon toda la mañana para tratar de acercarse lo más posible al Hotel Windsor, situado en una colina entre el océano Pacífico y el lago Toya. La protesta de hoy, que fue organizada por los indígenas Ainu de Hokkaido, incluía mensajes a favor del respeto a la diversidad étnica.

"Los manifestantes están asustados porque saben que las autoridades les pueden detener durante 23 días sin pruebas contra ellos y también temen el castigo colectivo", apuntó Zamere. "El ambiente de la manifestación ha sido de 'estado policial', el derecho de reunión no está garantizado por la ley japonesa", consideró un activista español.

Agencias / La Haine


Se desata el pánico por el terrorismo en el metro de Tokio

Una pequeña lata y una botella plástica que contenía un líquido sospechoso, encontradas en una estación de metro de Tokio, causaron pánico el martes y provocaron que el personal de seguridad japonés se colocara en alerta máxima por la cumbre del Grupo de los Ocho.

Por lo menos 20 policías y seis camiones de bomberos, junto con expertos en armas químicas, se precipitaron a la estación de metro cercana a los grandes hoteles e importantes oficinas gubernamentales en la capital japonesa, después de que un segurata encontrara los objetos al costado de una boletería, informó Tatsuya Edakubo, portavoz de operador privado Tokio Metro Company.

Pero después de un examen minucioso, el líquido dentro de la botella resultó ser detergente, y la lata contenía solamente jabón. Ambos fueron dejados accidentalmente por un empleado de limpieza de la estación, dijo Edakubo.

Japan Today (Traducido por La Haine)


Hoy, manifestación conjunta

La manifestación comenzará en Shimokubonai, delante de la parada de autobús. Está organizada por Ainu Moshiri Renraku-Kai. Según los activistas Ainu “los Ainu son la comunidad indígena más oprimida de Japón".

El gobierno japonés reconoció a los Ainu por primera vez hace apenas un mes, obviamente para evitar críticas durante la cumbre - puesto que los Ainu fueron los tradicionales dueños de la tierra de Hokkaido durante miles de años. "La manera en que el gobierno japonés nos trata es un símbolo de la manera en que el G8 trata al mundo”.

Toyoura Camp Press Group / Gipfelsoli (Traducido por La Haine)


13:20. La manifestación que salió de Sobetsu hacia el lago Toya llegó a su punto final.

07:53. El bus de los medios ha llegado al campamento Sobetsu, después siguió hacia el punto de encuentro de la manifestación.

01:57. En el campamento Toyoura se está realizando el festival de cine de Toyako.

Indymedia Japón (Traducido por La Haine)


El G8 está aprovechando la crisis alimentaria para promover su programa de libre comercio

Comunicado de prensa de Vía Campesina
Wednesday, 09 July 2008

Ante la declaración de los líderes del G8 sobre seguridad alimentaria global publicada anoche en Hokkaido el Sr Yoshitaka Mashima, líder campesino miembro de La Vía Campesina, comentó: «No entendemos cómo los líderes del G8 pretenden solucionar la crisis alimentaria con más libre comercio, visto que es la liberalización de la agricultura y de los mercados de alimentos lo que nos está llevando a la crisis actual. Para protegerse de la inestabilidad de los mercados mundiales, la población debe consumir comida local. No necesitamos más comida importada».
En una conferencia de prensa celebrada hoy, los líderes campesinos afirmaron que los gobiernos del G8 están utilizando la actual crisis alimentaria y climática para promover un programa de libre comercio que beneficia a las grandes empresas en vez de a los productores o consumidores. La declaración de los líderes del G8 insiste en reanimar las negociaciones moribundas de la OMC, y en impedir que cada país regule la exportación de alimentos.

Sin embargo, los pequeños campesinos y campesinas de todo el mundo han experimentado los efectos devastadores de las políticas de libre comercio y de la OMC en sus vidas y en la producción local de alimentos. Defienden el derecho de cada país a proteger sus mercados locales, a apoyar la agricultura familiar sostenible, y a comercializar los alimentos en el lugar en el que se producen.

La declaración de los líderes del G8 tampoco menciona dos de las causas principales de la actual crisis de precios de los alimentos: la especulación por parte de grandes comerciantes y empresas transnacionales, y el desarrollo de agrocombustibles como nueva fuente de energía. Es importante tener en cuenta que estas causas profundas de la crisis alimentaria son consequencia de las políticas neoliberales que promueven los gobiernos del G8, la OMC, el Banco Mundial y otras instituciones.

Finalmente, el G8 también promueve explícitamente una nueva revolución verde en África (la iniciativa AGRA) y el uso de organismos genéticamente modificados como solución a la crisis alimentaria. El desarrollo de la agricultura industrial, que utiliza semillas transgénicas, grandes cantidades de pesticidas y abonos químicos y se basa en monocultivos, ha sumido a millones de campesinos en la deuda, además de dañar las tierras debido a la contaminación química. A los pequeños campesinos se les expulsa de sus tierras y se les sustituye por grandes agronegocios. Este modelo de producción y distribución de alimentos se basa en el uso intensivo de combustibles fósiles y contribuye claramente a la crisis climática. La declaración del G8 habla de «promover la agricultura de pequeños terratenientes». Al respecto, el Sr Mashima declaró: «Nos preguntamos cómo las naciones más ricas del mundo piensan apoyar a los pequeños campesinos si ni siquiera les permiten entrar en los países en los que se reúnen». Diecinueve campesinos coreanos de la red internacional La Vía Campesina fueron deportados desde el aeropuerto de Hokkaido el 5 de julio, tras pasar 48 horas detenidos bajo pretexto de que podían perturbar las reuniones oficiales.

Los campesinos y pequeños productores de alimentos actualmente producen la mayor parte de los alimentos del planeta. Promueven la producción local de alimentos a pequeña escala para los mercados locales, lo que crea empleo y protege la salud de los consumidores y el medio ambiente, respetando las diversas culturas y comunidades. No se encontrará solución ninguna a la crisis actual sin escuchar las voces de los campesinos.

Los líderes campesinos están disponibles para entrevistas en Hokkaido. Contactos
Mr. Shinya Takeda: +81 80 2091 0813
Mr. William Kramer: +81 90 5542 3194


Japón ¿País democrático?

Mercè Cortina, activista internacional.
7 de Julio, Sapporo (Hokkaido).

Estas últimas semanas en Japón hemos sido testigos, como os hemos ido informando, de ciertas prácticas políticas y represivas que dejan mucho que desear de lo que se espera de un país que es internacionalmente reconocido como país democrático. Lo que más nos preocupa es que esta situación no es una situación de excepción a causa de la cumbre y la contracumbre: por lo hemos sabido, se trata de practicas habituales. Aquí la libertad de expresión no parece ser un derecho, sino más bien una concesión poco habitual y siempre que se respete hasta el extremo unas normas que son absolutamente absurdas, con lo que queda totalmente entredicho el propósito real de la concesión.

En la primera manifestación a la que asistimos nos sorprendió enormemente la gran presencia policial y su actitud. Como relatamos, la manifestación fue obligada a permanecer en un único carril de la calzada quedando totalmente sitiada a lado y lado por la policía. A lo largo de la manifestación numerosos policías, diríamos secretas pero visto su poco disimulo no sabemos si sería muy descriptivo, iban apuntando en libretas todo lo que iba pasando y haciendo fotos y grabando en vídeo a los manifestantes. Este mismo escenario se ha repetido hasta el momento en todas las manifestaciones a las que hemos asistido. Y es que por ley en Japón no pueden haber mas de cuatro personas de ancho manifestándose, hecho que convierte visualmente el derecho a manifestarse en una espectáculo ridículo en forma de columna sin mas visibilidad que la que le da la propia policía. ¡Ni hablemos de otro tipo de manifestación! Más de dos personas en la calle reunidas puede ser considerado manifestación ilegal si las autoridades así lo consideran. A eso le sumamos continuas identificaciones en la calle y, para el caso, negativa de la entrada al país a muchos internacionales.

Sin duda, estas limitaciones establecen unas formas de movilización estáticas y nada moldeables. Como también hemos descrito anteriormente en nuestras crónicas, sus formas nos recuerdan a las formas típicas de los setenta: manifestaciones monótonas, a paso ligero, consigna continua y puno en alto, sin salirse ni un centímetro del espacio establecido. Y es que cualquier cosa que salga de esto es considerado de alto riesgo por y para los manifestantes. Y así se ha demostrado con las cuatro detenciones que han habido hasta el momento, el conductor de la furgoneta del sound system, los dos djs, primero uno y después el otro, y el periodista de Reuters que intentaba hacerse un hueco en el barullo.

Aquí, a la represión practicada en la calle directamente en los momentos de movilización, se le suma la represión judicial. Hasta veintitrés días de arresto en comisaria después de pasar por delante de un juez, obligados a estar dieciséis horas sentados sobre las rodillas, penas que llegan al año y medio de prisión por hacer unas pintadas en la calle… Sí, ahora entendemos porque no habíamos visto absolutamente ninguna huella de ningún tipo de lucha social en la calle. Y es que aquí la estrategia es el llevar la disidencia a la invisibilidad y castigar fuertemente a quien ejerce su legitimo derecho a manifestarse y rebelarse.

El miedo impuesto y sentido por los compañeros japoneses condiciona cualquier tipo de acción que esperábamos llevar a cabo para mostrar nuestro rechazo al G8 y a las políticas que este organismo no oficial impone en el mundo. Miedo que les tiene presos en un país llamado democrático y que hace que casi el único objetivo de las movilizaciones aquí sea el mostrar al mundo el estado de represión en el que viven con la esperanza de que algo cambie. Combinación, la del miedo y la voluntad de visibilizar la situación represiva que no permite que quede muy claro que podemos y no podemos hacer los aquí venidos, ya sean locales como internacionales y cuál es nuestro papel en todo esto. De momento, conseguimos entender esta especie de admiración que los activistas de aquí tienen a los activistas occidentales. Una necesidad de mostrarnos al su mundo como si fuéramos la prueba real de que ellos no están locos, que hay mas gente y sobretodo occidentales que piensan como esa pequeñísima minoría de japoneses que quieren cambiar las cosas y a quienes en su país se les considera lunáticos terroristas.

¿No es extraño que en este país lleve cincuenta años gobernando el mismo partido, el Partido Democrático Liberal, partido impuesto por los Estados Unidos al final de la II guerra mundial en el momento de la ocupación? ¿No es más extraño todavía que la única interrupción en su régimen fueran cuatro años de gobierno del partido social-demócrata y que justo después de ello se disolviera como partido? ¿No es extraño el pasear por unas calles totalmente agresivas, espacialización total del consumismo, sin que haya una sola huella que haga referencia a espacios de la memoria colectiva? ¿No es extraño que aquí quien se moviliza sea mayoritariamente quien ya lo hacia hace cuarenta años y que el relevo generacional sea una esperanza más que una realidad? Nos negamos a pensar que el sintoísmo y el budismo practicado por casi la totalidad de la población nipona sean los únicos responsables del carácter sumiso de esta sociedad. Sociedad que se ordena a partir de la jerarquía y la lealtad, valores de antiguo origen pero enormemente reforzados por la empresa de la postguerra. Y es que como muy bien decía un amigo nuestro aquí, Japón es el gran triunfo de los Estados Unidos.

Anticapitalistas.net

 

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