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Brasil :: 27/07/2008

Brasil: Se realizó el Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Trabajadores (ELAC)

Correo Internacional
Asisten cerca de 350 sindicalistas y luchadores sociales de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Haití, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela

Durante los días 7 y 8 de julio, se realizó en Betim (Minas Gerais- Brasil ), con el lema Muchas Voces, Una Sola Lucha, el Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Trabajadores (ELAC), convocado por la Conlutas de Brasil, la COB boliviana, Batay Ouvriye de Haití, la Tendencia Clasista y Combativa de Uruguay, la Mesa Coordinadora Sindical de Paraguay y la Corriente Clasista Unitaria Revolucionaria Autónoma (C-CURA) de Venezuela.

El resultado de un año de trabajo (que incluyó viajes, reuniones y plenarios en varios países) fue muy exitoso: asistieron cerca de 350 sindicalistas y luchadores sociales de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Haití, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela (200 de ellos como delegados). Como invitados, estuvieron militantes de organizaciones sindicales y de la izquierda revolucionaria de Estados Unidos, Suiza, Suecia, Rusia, Portugal, Irlanda, Sudáfrica, Estado español, Argentina y Uruguay.

Por fuera de las organizaciones latinoamericanas y caribeñas presentes (sumamente representativas) adquirió especial relevancia la presencia del ILWU (International Longshoremen and Warehousemen Union) - Local 10, el sindicato de los trabajadores portuarios de San Francisco, EE.UU. (que tiene un papel significativo en las luchas y en las marchas por los derechos de los trabajadores inmigrantes, y en la movilizaciones contra la guerra imperialista en Irak y Afganistán) y la de los conductores de la TMB (Transportes de Barcelona) que venían de una victoriosa huelga. Por su parte, el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (MOVICE) de Colombia envió un saludo fraternal.

Además de las sesiones plenarias, se reunieron diez grupos temáticos sobre diferentes temas: recursos naturales, juventud, educación, servicios públicos, mujeres, derechos humanos, trabajadores industriales, transportes, trabajadores del campo y trabajadores del sector privado. Todos los grupos presentaron resoluciones que apuntaban a la unificación de las campañas de lucha entre los sectores y entre los países, así como el intercambio de informaciones a través de redes y sitios web.

Tuvo especial importancia la comisión de derechos humanos por responder las políticas de criminalización a los movimientos sociales que diversos gobiernos llevan adelante en países de América Latina y el Caribe. En tal sentido, Américo Gomes, dirigente del Sindicato de Abogados de Sao Paulo, afirmo en el informe de su grupo: “Nosotros tenemos como oprimidos, el derecho a la rebelión, el derecho de hacer piquetes, el derecho a enfrentar a los rompehuelgas, tenemos el derecho a la autodefensa".

En la plenaria final, después de la presentación de los trabajos de los grupos, se discutió y aprobó un Manifiesto (ver a continuación) con todos los aportes incorporados. Finalmente, fueron acordadas resoluciones sobre las tareas (ver a continuación), campañas e iniciativas comunes y tareas de organización. Entre ellas, la preparación de un nuevo Encuentro entre el final del 2009 o inicio del 2010 y una reunión de las entidades participantes del ELAC, para principios del 2009.

Por otra parte, se asumió el compromiso de actuar unificadamente para preparar actos clasistas el 1º de Mayo 2009, y hacer una semana de lucha antiimperialista entre los días 13 y 17 de octubre 2008. Esta semana de lucha y las campañas e iniciativas se concentrarán en torno a los seis principales ejes aprobados: 1) la lucha contra la criminalización de los movimientos sociales y en defensa del derecho a organización (teniendo como centro lo que ocurre en Colombia, con la persecución y asesinato de militantes y dirigentes sindicales y populares); 2) la lucha contra los planes de militarización imperialistas (teniendo como principal expresión la lucha contra la ocupación de Haití); 3) la lucha contra el imperialismo y por el no pago de la deuda externa; 4) la lucha contra las reformas neoliberales y sus consecuencias; 5) la lucha por los recursos naturales y la energía; y 6) la lucha contra los impactos de la crisis alimentaria en el mundo.

A partir de ahora, todas las entidades que participaron en el ELAC (sindicatos, tendencias sindicales, corrientes alternativas, agrupaciones de base, etc.) pasan a ser adherentes. El ELAC está abierto a nuevas adhesiones, en el marco de tener acuerdo con el Manifiesto adoptado y con las movilizaciones e iniciativas que se impulsan unitariamente desde este espacio clasista.

Terminados los trabajos, todos los participantes cantaron, en muchos idiomas diferentes, las estrofas de La Internacional, en un momento de gran emotividad. Por el éxito alcanzado en este gran esfuerzo, la LIT-CI saluda este Encuentro y hace suyas las palabras de Dirceu Traverso de la Conlutas:

“La victoria expresada en el sentimiento de todos los que estuvieron presentes en el ELAC sólo se explica por las luchas y la resistencia que representamos, por los acuerdos políticos y programáticos que construimos respetando las particularidades de cada uno y las diferencias existentes y por la presencia de todos los que participaron. Esta presencia, con todos los esfuerzos hechos para lograrla, fue la concreción de la comprensión de la necesidad de avanzar en una concepción internacionalista de las luchas que libramos en cada país. Ahora tenemos que comenzar a concretar la tan necesaria unidad y solidaridad internacional”.


Manifiesto del ELAC

(Aprobado en Betim, Brasil - 7 y 8 de julio de 2008)

A los trabajadores y los pueblos de Latinoamérica y el Caribe

El capitalismo en la fase aguda del imperialismo, para aumentar su tasa de ganancia, ataca cada vez más a los trabajadores a nivel mundial, en particular en nuestro continente Latinoamericano y Caribeño.

En este momento el saqueo de las riquezas naturales para tratar de salir de la profunda crisis política y económica por la que atraviesa el sistema capitalista, es abierto y brutal. Dilapidan nuestras riquezas en detrimento de la vida de la población. Un suelo rico empobreciéndose junto con su pueblo. Presenciamos la extracción sin limite de las riquezas, el ataque a la biodiversidad, el crecimiento del agronegocio, que por donde pasa deja un rastro de miseria y sangre. Expulsa a nuestra gente del campo, obligándola a vagar por las ciudades con la angustia de la desocupación. Privatizan y entregan las riquezas minerales a las trasnacionales. Hay una degradación total del medio ambiente, destrucción de selvas, bosques, ríos, mares y aires. El flagelo del hambre amenaza a la humanidad con la crisis creada por los precios de los alimentos por la política imperialista de las multinacionales y de las burguesías nacionales, de utilizar grandes extensiones de tierra para cultivos destinados a la producción de biocombustibles, estimulando el monocultivo y el aumento de los precios de los alimentos, deteriorando aun más el ya precario valor adquisitivo de los salarios.

El capitalismo transforma, lo que debería ser un bien común en un bien para pocos. Expresión clara de esto son los intentos de privatizar el suministro de agua potable.

Además de explotar la mano de obra barata de forma escandalosa, el capital impone la pérdida de los derechos anteriormente conquistados. El imperialismo y sus socios menores, las burguesías nacionales, exigen y los gobiernos serviles aplican las reformas neoliberales. Prácticamente impiden que los trabajadores puedan jubilarse aumentando el tiempo de servicio a través de las reformas jubilatorias. Con la flexibilización de las leyes laborales han precarizado el trabajo, terminaron con la reglamentación de la jornada de trabajo. En varios países lo que predominan son los contratos por tiempo determinado, una gran parte de los trabajadores vive del trabajo informal. Con la reforma en todos los niveles de la educación pública buscan transformar nuestra juventud en mano de obra para el consumo inmediato y aumentar el control y disciplinamiento sobre las nuevas generaciones. Países enteros son transformados en plataformas de exportación, con un régimen de trabajo análogo a la esclavitud.

Los trabajadores dejan su sudor, su salud y hasta su vida en la línea de producción por los ritmos alucinantes de trabajo. Son índices alarmantes de obreros con secuelas laborales. En el campo, no es raro asistir a la muerte de trabajadores, muchas veces agotados por las tareas extenuantes en las labranzas del agronegocio. Otras veces, en lucha por un pedazo de suelo donde vivir y criar a sus hijos con dignidad.

Los rasgos culturales de nuestra gente son ultrajados, pues el capital no reconoce nuestra diversidad de nacionalidades. En la visión imperialista somos nada más que una masa uniforme de explotación exponencial. Expresión de esto es la reciente directiva europea de retorno contra los inmigrantes que de todos los rincones del mundo llegan a ella en busca de trabajo y una vida digna.

Los trabajadores y el pueblo son explotados como clase y en esta explotación los más afectados son las mujeres, los negros y los pueblos originarios.

La deuda externa e interna, claramente inmoral e impagable, sofoca financieramente a la región impidiendo su desarrollo económico.

Los gobiernos de turno son cómplices de esta situación, pues son los responsables de la aplicación de los planes dictados por los organismos financieros internacionales. Son representantes directos o indirectos del imperialismo, sea este norteamericano, europeo o japonés.

Les quitan a los trabajadores el derecho al empleo, precarizan el trabajo, les sacan la tierra a los campesinos, disminuyen las obligaciones del Estado para con la población pobre con la privatización de servicios públicos, la tercerización de los empleados públicos, en el llamado achicamiento del Estado o Estado mínimo. El Estado se vuelve mínimo para los pobres y máximo para los ricos.

La aplicación de las llamadas políticas compensatorias, como la “bolsa familia” en Brasil o el “plan de emergencia” y “plan equidad” en Uruguay, son propuestas del Banco Mundial para contener una posible explosión social. Son migajas que caen de las mesas llenas de los ricos para eternizar la miseria.

Pero, a pesar de los ataques y a causa de ellos, la aplicación de los planes imperialistas no se ha dado en un manso lago azul. Nuestra gente resiste heroicamente. Los trabajadores y el pueblo encuentran las más diversas formas de enfrentamiento. Son ejemplo de lucha los maestros de Neuquen y Santa Cruz en Argentina y Oaxaca en México. Los mineros de Bolivia, Perú y Chile. Los obreros de la construcción civil del Brasil y los siderúrgicos de Sidor en Venezuela. O los campesinos de Perú y Paraguay, los empleados públicos en Uruguay. O el pueblo haitiano en la resistencia contra la ocupación y las grandes manifestaciones contra el TLC en Costa Rica.

Frecuentemente las movilizaciones son traicionadas por la mayoría de las direcciones constituidas y tradicionales, que hace mucho abandonaron la lucha y que ya no responden a las necesidades de la clase. Son viejas direcciones burocratizadas que se abroquelan en la máquinas sindicales y se vuelven herramientas inservibles, que al optar por la conciliación en lugar de la lucha de clases se han vuelto funcionales al aparato de dominación capitalista. Son agentes de la patronal y el gobierno en el seno de la clases trabajadora. Para mejor controlar al movimiento obrero y sindical, éstas burocracias se han unificado en un gran aparato mundial (la CSI hija directa de la SILOS y de la CMT, y en la región la CCA hija de la CLAT y la ORIT, viejas centrales pro imperialistas y patronales)

Las luchas son atomizadas, sin la necesaria unificación en cada sector, las movilizaciones se producen aisladamente. Sin Embargo, son luchas muchas veces radicalizadas, de mucha valentía. Esto es una demostración cabal de la falta de una dirección consecuente, que pueda unificar las movilizaciones. Se hace apremiante construir nuevas herramientas de lucha, organizaciones obreras independientes y autónomas del imperialismo, las burguesías, el Estado, sus gobiernos y los partidos.

La juventud estudiantil, con movilizaciones multitudinarias ha protagonizado memorables luchas. Son universitarios, estudiantes secundarios y estudiantes técnicos que ocupan las calles, plazas, campus, liceos, escuelas técnicas y rectorados, exigiendo mejoras en los contenidos de la enseñanza, que apunten a la formación de hombres y mujeres críticos, comprometidos con los cambios de fondo, porque la educación no es una mercancía.

En un intento de contener las luchas, los gobernantes atacan brutalmente a los trabajadores y a la juventud de nuestra región. Niegan el derecho de huelga y negociación, impiden el derecho a la sindicalización, despiden trabajadores y usan la fuerza policial y todo el aparato represivo del Estado. Cuantas veces el suelo de nuestra tierra fue manchado con la sangre de nuestra gente por las armas oficiales o paramilitares. Otras veces se llevan a nuestros activistas a los tribunales o a la cárcel, en un intento de criminalizar a los movimientos reivindicativos y de resistencia, llegando a extremos tales como el genocidio en Colombia.

Para garantizar mejor la explotación de las riquezas y de la mano de obra barata, el imperialismo está militarizando el continente. En algunos países con la implantación de bases militares norteamericanas, con las maniobras conjuntas en los países del cono sur y la reactivación de la IV Flota.

En Haití, bajo el falso manto democrático de la ONU, usan tropas del propio continente aprovechando la identidad latinoamericana y con la máscara de la ayuda humanitaria para reprimir mejor.

La intervención económica, política y militar de las potencias imperialistas en la vida nacional de los países de la región es tan contumaz, que podemos afirmar que no existe soberanía en los países de Latinoamérica y el Caribe, lo que se demuestra con el intento de dividir a Bolivia.

Entendemos que para acabar con la explotación y la miseria que angustia a nuestro pueblo, se hace necesario proclamar una segunda independencia continental, una independencia verdadera que libere a la clase trabajadora del yugo del capital, que transforma Latinoamérica y el Caribe en un territorio libre de la opresión y la explotación, que haga de nuestra gente, un pueblo soberano. Una segunda independencia continental rumbo a la construcción de una sociedad sin explotados ni explotadores.

No existe un camino intermedio: para romper con el imperialismo es necesario romper con el capitalismo y avanzar hacia el socialismo con la expropiación de las multinacionales y la interrupción del pago de las deudas a los banqueros.

Por todo eso el ELAC llama a la unidad de todos los luchadores del continente para resistir los ataques del capital, sea éste imperialista o nacional. Llama a la integración en la lucha a todas las organizaciones que sean protagonistas de estos enfrentamientos en la ciudad o en el campo. Este Encuentro inicia la construcción de un espacio latinoamericano y caribeño de trabajadores, que busque la unificación de las luchas de los trabajadores y de la juventud de este inmenso territorio. Un espacio común y plural de discusión, de socialización de las elaboraciones y de unificación de las luchas, que sea democrático, clasista y combativo, pues solo así podrá responder a las necesidades que el fulgor de la lucha impone.

Somos muchas voces, una única lucha, un solo pueblo!

1) Contra la explotación y la opresión de los trabajadores y el pueblo

2) Por empleo y trabajo digno para todos

3) Contra la criminalización de los movimientos sociales. Abajo la represión a las luchas y organizaciones de los trabajadores, los despidos y las amenazas. Condenamos la penalización, la persecución y el genocidio en Colombia

4) Por la independencia de clase. Por organizaciones obreras independientes y autónomas del imperialismo, las burguesías, el Estado, los gobiernos y los partidos. Por la libertad sindical

5) Unidad con los trabajadores de todo el mundo

6) Por alimentos baratos y para todos. Por la reforma agraria. Por la nacionalización del comercio exterior de los alimentos con control de los trabajadores

7) Contra la discriminación de los pueblos originarios, de las mujeres, los negros y los homosexuales.

8) Contra las reformas neoliberales

9) Por la nacionalización sin indemnización y control de los trabajadores, de los recursos naturales en Latinoamérica y el Caribe (hidrocarburos, metales preciosos, hierro, agua, biodiversidad y otros). No a las empresas mixtas y por la renacionalización sin indemnización, cien por ciento estatal.

10) Contra las privatizaciones de los servicios públicos, la educación, la salud, la seguridad social, las empresas estatales, el agua y por la reestatización de las empresas privatizadas.

11) Por el no pago de las deudas externas e internas

12) Contra los Tratados de Libre Comercio (TLC) o sus similares (TIFA, Tratados de protección de inversiones, etc.) en Latinoamérica y el Caribe. No al MERCOSUR.

13) Contra las centrales colaboracionistas

14) Fuera las tropas extranjeras de Haití

15) Fuera el imperialismo de Latinoamérica y el Caribe, de Irak, Palestina, Afganistán y de todos los lugares donde tiene presencia militar. No al bloqueo a Cuba. No al intento imperialista y de la oligarquía de dividir a Bolivia.

16) Por una segunda independencia, verdadera y soberana. Por la autodeterminación de todos los pueblos oprimidos.

¡VIVA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!

¡VIVA LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES DE LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE!

¡VIVA LA UNIDAD DE LOS PUEBLOS DE LA REGION!

¡VIVA LA UNIDAD DE LOS TRABAJADORES DE TODO EL MUNDO!


Resolución sobre las tareas centrales del ELAC

1) Este Encuentro ha manifestado la necesidad de que se lleven a la acción aquellos puntos del programa de lucha que hemos aprobado, si queremos mostrar que hemos iniciado un camino diferente al de los encuentros de las direcciones burocráticas.

2) Esta manifestación hace imprescindible que definamos acciones que partan de los problemas y necesidades más sentidas de los trabajadores y pueblos de Latinoamérica y El Caribe y tenga en cuenta la dimensión real de las fuerzas que participan y adhieren al Encuentro.

3) En consecuencia proponemos la realización de una campaña central contra la criminalización, que tenga como centro la situación en Colombia y a ella se sume la situación de trabajadores y luchadores populares asesinados, presos, con juicios, despedidos de cada país, y una semana de lucha antiimperialista que tenga como consigna central la exigencia de fuera las tropas extranjeras de Haití.

4) Para la campaña contra la criminalización daremos los siguientes pasos:

a - Contestar el saludo enviado por el MOVICE (Movimiento de Víctimas del Terrorismo de Estado en Colombia) al Congreso de Conlutas y a este Encuentro planteándole que tomamos como nuestras las tareas que allí plantean y les proponemos que llamen a una movilización continental hacia fines de noviembre con el compromiso del ELAC de impulsarla y realizarla en todos los países que a él adhieren.

b -Con la respuesta positiva, definiríamos con precisión como realizar la campaña.

5) La semana antiimperialista la realizaríamos en el mes de octubre, aprovechando la fecha del descubrimiento de América y adquiriría las características que permitan la situación en cada país y la fuerza de las organizaciones del ELAC y de aquellas que ganemos para que se sumen a esta tarea, incluyendo desde actos, movilizaciones, petitorios, conferencias, charlas, etcétera.

6) El país sede sería el encargado de coordinar la realización de ambas campañas.

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