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Europa :: 27/12/2008

Grecia: la lucha continua

Maria Styllou
Grecia es una economía capitalista frágil, golpeada duramente por la recesión. El Gobierno responde a la crisis intentando implementar recortes y privatizaciones

La lucha actual es la última de una larga serie de batallas contra diferentes gobiernos. Tanto el partido de centro izquierda PASOK como el de derechas Nueva Democracia han tratado de atacar los derechos de los trabajadores, encontrando siempre una fuerte resistencia.

Para entender la lucha actual debemos ir hasta el año 2001, cuando una serie de masivas huelgas forzaron la retirada de la reforma de las pensiones que quería implementar el gobierno del PASOK. Esta gran victoria del movimiento de los y las trabajadoras se alimentó del creciente movimiento anticapitalista. Los activistas que se movilizaron para intentar llevar el mayor número de gente a protestar contra el G8 en Génova, en el verano de 2001, se encontraron con un apoyo masivo de la población griega. Casi el 50% de la gente afirmaba en aquel momento que protestar contra el capitalismo era algo positivo. Había —y hay— un gran apoyo para resistir al neoliberalismo.

El movimiento anticapitalista tuvo una gran influencia entre la izquierda griega, que es bastante grande. Y el movimiento no ha muerto. Se convirtió en el movimiento anti-guerra en 2003 contra la guerra en Irak. Decenas de miles de estudiantes tuvieron un papel muy importante en este movimiento, liderando paros de clases y ocupaciones de sus centros de estudios. Desde el 15 de febrero —el día de protesta mundial contra la guerra— estuvieron movilizados durante tres meses hasta el mes de abril.

Cuando el partido de derechas Nueva Democracia ganó las elecciones generales tuvo que enfrentarse al movimiento de los trabajadores, el cual aun tenía confianza en sí mismo desde la victoria del 2001. Entre la izquierda existía la visión de que la sociedad griega había girando hacia la derecha por la victoria de Nueva Democracia. El SEK siempre argumentó contra esta idea. Nuestra visión era que Nueva Democracia había ganado, no por que tuviera mucho apoyo de la gente sino por que la gente estaba harta de los ataques del PASOK [socialdemócrata] y por lo tanto habían dejado de darle su apoyo.

Nueva Democracia trató de recortar las pensiones de varios sectores de los y las trabajadoras, lo que llevó a una serie de luchas a partir del 2005. Una de esas luchas fue la de lxs trabajadorxs precarixs y temporales. Cientos de miles de trabajadores, mayoritariamente jóvenes, tenían este tipo de trabajo. Nueva Democracia les había dicho a estos jóvenes que el PASOK los estaba explotando y que si eran elegidos les darían trabajos estables. Pero nada de eso ocurrió y la primera gran oposición a Nueva Democracia vino de esos trabajadores. Estos se habían sindicalizado y ahora estaban coordinados, luchaban por sus derechos y presionaban a los sindicatos para que los reconocieran como una parte importante del movimiento de los y las trabajadoras.

Los y las estudiantes que lideraron el movimiento anti-guerra fueron los mismos que empezaron una ola de ocupaciones en las universidades en 2006 contra los planes del Gobierno conservador de beneficiar a las universidades privadas. Esta es una generación que tiene experiencia y confianza. Saben si se debe luchar, ocupar u organizar.

Grecia es una economía capitalista frágil que está siendo golpeada duramente por la recesión. El Gobierno está respondiendo a la crisis intentando implementar recortes y privatizaciones. Además quiere dar 28.000 millones de euros a los bancos. Nueva Democracia quiere crear una economía que pueda competir mejor con el resto de países de Europa. Para eso necesita medidas de reestructuración neoliberal. Además también quiere aumentar la capacidad militar de Grecia, lo que significa poder participar en la “guerra contra el terror” con tropas griegas en Afganistán y los Balcanes, así como en el entrenamiento de tropas iraquíes. Todo esto significa una provocación para la población griega, de larga tradición antimilitarista. El Gobierno convocó unas elecciones por sorpresa el pasado año, las cuales ganó por poco margen, para intentar calmar la resistencia a sus políticas. Pero ahora, sólo 12 meses después, se encuentra en graves problemas y se debe enfrentar a grandes revueltas y a escándalos financieros sobre concesiones de tierras a la iglesia.

En estas circunstancias, con un potente movimiento de los y las estudiantes y de los y las trabajadoras no es sorprendente que exista esta gran resistencia en Grecia. Antes de que la policía matara a Alexandros existía mucha irritación en las universidades. Grandes asambleas de estudiantes decidieron en el mes de octubre ocupar todos a la vez las universidades durante dos o tres días contra los planes educativos del Gobierno. Entre noviembre del año pasado y marzo de este año hubo una gran ola de huelgas contra la ley de pensiones del gobierno. La ley se aprobó pero aun no ha sido puesta en marcha. Durante todo este otoño había una sensación de que en cualquier momento cualquier cosa podía pasar, una chispa que encendiera el fuego por toda la sociedad. Entonces la policía mató a Alexandros.

El gobierno ha usado a la policía para intentar presionar a los movimientos durante estos últimos años. La policía ha tratado de romper las manifestaciones y atacar a los inmigrantes. Pero esto solo ha provocado más resistencia, como por ejemplo el amplio movimiento anti-racista contra el trato que gobierno y policía les daban a los inmigrantes. El sábado 13 hubo una gran manifestación anti-racista en Atenas, apoyada por trabajadores, estudiantes y la izquierda.

Todos los diferentes temas se han juntado y todo el mundo se está uniendo contra el gobierno. Los estudiantes no dicen “tenemos nuestras propias demandas que no tienen nada que ver con el resto”. Los trabajadores no dicen “¿Qué hacen los estudiantes quemando tiendas?”. El sentimiento que explotó en las calles tras el asesinato de Alexandros no ha desaparecido. La gente continua tomando las calles cada día. La huelga general de todos y todas las trabajadoras del miércoles 10 contra los presupuestos del gobierno fue un éxito total. Los estudiantes rechazaron ir a clases los días siguientes y en vez de eso atacaron las comisarías de policía en protesta por el asesinato. Los trabajadores de los hospitales fueron a la huelga para protestar contra los recortes y la privatización que destruye la sanidad pública. Otros trabajadores del sector público, como los profesores de instituto y de la universidad se unieron a la huelga.

Vivimos una situación muy emocionante, donde la visión de la izquierda radical está jugando un importante papel.

Maria Styllou, es una miembra destacada del SEK (Partido Socialista de los Trabajadores en sus siglas en griego), organización hermana de En lucha/En lluita en Grecia.

t Worker. Traducción de Manel Ros para en lucha.org. Extractado por La Haine

 

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