Los padres del joven fallecido en una comisaria de Gijón creen que recibió una paliza

Un joven de 22 años, David Fernando Blanco González, falleció el pasado viernes en los calabozos de las Comisaría de Policía de Gijón horas después de haber sido detenido por agentes municipales en el barrio del Natahoyo. El Cuerpo Nacional de Policía informó a través de un comunicado de prensa que esa muerte en dependencias policiales se produjo por «causas que, en principio, se presumen naturales».

Según recoge la nota policial, el joven había sido presentado en Comisaría a las 6.45 horas por la Policía Local como presunto autor de un robo con fuerza. En concreto, había sido sorprendido in fraganti en el interior de un establecimiento del Natahoyo al que supuestamente había accedido mediante la fractura de los cristales de la puerta.

Antes de ser conducido a la Comisaría de El Natahoyo, David Fernando Blanco fue trasladado a un centro de salud, una práctica habitual que precede al ingreso de un detenido en los calabozos, sobre todo cuando los arrestos han requerido del uso de violencia física.

Durante la estancia del joven en la Comisaría, el Cuerpo Nacional de Policía asegura que «fue controlado para proceder a los trámites propios de la detención, sin que en ningún momento solicitara nueva asistencia médica o manifestara encontrarse en mal estado». Los agentes se percataron de que algo no iba bien con el detenido sobre las 14.20 horas. Fue cuando no respondió a los funcionarios que le realizaron en ese momento una nueva visita. Al apreciar dicha situación anómala, el personal encargado de su custodia dio aviso a los servicios médicos de la Comisaría y a los del SAMU, a la vez que ponía en práctica maniobras de reanimación. Una vez allí los equipos sanitarios sólo pudieron constatar el fallecimiento.

La médico forense de la Comisión Judicial que se personó en dependencias policiales acordó el levantamiento del cadáver y su traslado al tanatorio de Cabueñes. Allí se le practicará la autopsia para determinar las circunstancias exactas de la muerte y será incinerado, en principio, mañana domingo.

El comunicado policial pone de relieve que el joven fallecido, que era padre de un niño de 4 años, había estado detenido anteriormente en varias ocasiones, con su pareja, por delitos contra el patrimonio.

Los padres del malogrado joven, Fernando y Begoña, vecinos de Moreda y vendedores del rastro ambos, discrepan totalmente de la versión policial sobre la defunción. Aseguran que el cuerpo de David presenta evidencias de «golpes, rasponazos y magulladuras en el rostro, el brazo y un costado», además de un punto de sutura en un nudillo que el joven, dicen, no tenía la noche anterior a la detención.

«Llegar hasta el fondo»

La madre asegura que «esto no se va a quedar así» y que su familia «está dispuesta a denunciar a la Policía y llegar hasta el fondo de lo sucedido» si la autopsia demuestra que David «recibió, como creemos, una paliza». El padre está convencido de que a su hijo «le dieron como para el zorro». Y los dos progenitores, que se quejan de falta de información por parte de los funcionarios que presenciaron los últimas horas de vida de su hijo, se aferran al informe forense, que previsiblemente conocerán hoy, para planificar su futuro más inmediato. «No tengo por qué enterrar a un hijo de 22 años si le han hecho algo», dijo Begoña.

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