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Europa, Estado español :: 09/02/2009

En Francia, las mismas dudas que en España ante el "nuevo" partido "anticapitalista"

Paula Alarcón
Analistas atribuyen la creación del llamado Nuevo Partido Anticapitalista a la bancarrota electoral del Partido Comunista francés

Los días 6, 7 y 8 de febrero tuvo lugar el congreso fundacional del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) en Francia, una iniciativa de la ex-Liga Comunista Revolucionaria, disuelta para fundar el "nuevo" partido. El portavoz de este proyecto es la nueva estrella, Olivier Besancenot.

El NPA ha anunciado que estará presente en las elecciones europeas de junio de 2009 al frente de una red de organizaciones activas en diversos países europeos, campaña para la que sólo ha conseguido nueve mil firmas. En esa red participa la española Izquierda Anticapitalista, que según informó acudía al congreso del NPA con una delegación propia y que desde el mes de diciembre ha anunciado también la presentación de una candidatura a las elecciones europeas.

Según comenta Eduardo Febbro en Página 12, con 40 años de existencia la LCR decidió renacer este fin de semana con otro nombre, NPA, y con una ambición mayor: unir bajo una misma bandera a todos los que están a la izquierda de la izquierda (léase PS, Partido Socialista francés, lo que en España sería el PSOE). En una entrevista publicada la semana pasada por el diario Libération, el dirigente Besancenot explicó que con el NPA se “asume una parte de utopía, porque la izquierda (PS) ya no nos hace soñar”.

Otros analistas más críticos, como Flor Beltrán, atribuyen la creación del "nuevo" partido a la bancarrota electoral del Partido Comunista de Francia que se demuestra imparable, al igual que en España ocurre con Izquierda Unida. El PCF en 1944 había logrado el 29%, pero lejos queda esa cifra: en esta última contienda electoral no superó el 1,93%. El PCF -que desde hace largos años viene en decadencia- conserva sin embargo un enorme aparato, con decenas de alcaldías y sobre todo con dirigentes sindicales burócratas enquistados en la central sindical CGT, que actúan para frenar y dividir las luchas obreras.

Antecedentes: La concordancia con el Partido Socialista francés

Luego de la oficialización del NPA durante estos días quedará planteada una alternativa de cara al futuro: formar o no un frente de todas las izquierdas con el Partido Comunista de Fracia y el Partido Socialista francés. Cosa que no parece descartable a tenor de lo expuesto por la revista Rouge durante el anterior Congreso de la LCR.

Ya el primer día, la dirección del PCF publicaba una respuesta a una declaración televisada de Olivier Besancenot, en la que tendía "una mano fraternal al Partido Comunista": "El PCF siempre acoge de buen grado un caluroso apretón de manos, pero ahora se trata sobre todo de formar con nuestro pueblo una cadena humana gigantesca. Debemos forjar un nuevo agrupamiento antiliberal capaz de batir a la derecha. Y, para conseguirlo, hace falta desarrollar la acción y el debate francamente, delante de todo el mundo... Hemos aprendido las lecciones del pasado. Hace falta innovar en la izquierda. Hace falta que todo el mundo trabaje en eso..."

En las anteriores elecciones presidenciales, la izquierda moderada (el Partido Comunista, la Liga Comunista Revolucionaria, varios grupos menores, sindicalistas, algunos afiliados socialistas), alentada por el triunfo del No en el referéndum sobre la Constitución europea (55% ciento por el No frente al 45% por el Sí, este último propiciado por el PS y la derecha tradicional gobernante), comenzó a valorar la posibilidad de elaborar conjuntamente un programa de transformación social y de presentar una candidatura común. Finalmente la LCR proclamó por su propia cuenta la candidatura presidencial de Olivier Besancenot, aunque éste manifestó su disposición a desistir en favor de un candidato común.

Antes de la segunda vuelta, Daniel Bensaïd, uno de los líderes históricos de la LCR, comentó que hubo demasiadas ilusiones y una sobrevaloración de la dinámica del No en el referéndum del Tratado europeo. Pero a pesar del triunfo popular del No, en las direcciones de los principales partidos políticos que preparaban las elecciones seguían mandando los sectores del Sí. No por casualidad, pocos meses después tuvo lugar el Congreso del PS que terminó con una propuesta de síntesis prácticamente unánime, dirigida por quienes habían sido partidarios del Sí. Luego vino el Congreso de los Verdes: la mayoría fue de los que habían estado a favor del Sí. Después llegó la crisis de ATTAC, que en vez de beneficiarse de la dinámica del No, entró en su depresión más grave.

El histórico Daniel Bensaïd valoraba que "para nosotros (LCR) la cuestión decisiva era la posición hacia el Partido Socialista, especialmente tras el nombramiento de Ségolène como candidata, que había hecho campaña por el Sí".

Pero el artículista Claudio Testa relata que no había terminado el escrutinio de la primera vuelta, en la noche de ese domingo, cuando ya todos los candidatos a la izquierda del PS llamaban a votar por Ségolene contra derechista Sarkosy, como supuesto mal menor.

Esto parece lógico en las formaciones capituladoras al PS, como las de Bové, el PCF y los Verdes. La campaña de José Bové, líder campesino y "altermundista", promocionado mundialmente por las corrientes estilo Le Monde diplomatique, Foro Social Mundial y Attac, que proponen otro capitalismo distinto del neoliberal, combinó los paternales consejos a Ségolène, con el repertorio autonomista antipartido... naturalmente no dirigido contra el PS.

Pero en relación al nuevo líder Besancenot, de la LCR, y Arlette Laguillier, de LO, ese apoyo se hace más contradictorio con sus campañas, uno de cuyos ejes fue insistir que frente a Sarkosy la candidata Ségolène del PS no era opción, argumentando que estaba igualmente con el capitalismo liberal. Pero luego resulto que no era tan así... y que para derrotar a la derecha, ¡sí que había que votar a Ségolène!

En esa primera vuelta de las presidenciales se vio el fracaso total de las candidaturas "antineoliberales": Olivier Besancenot apenas llegó al 4%; José Bové, Marie-George Buffet (Partido Comunista) y Dominique Voynet (Verdes) no llegaron al 2%. La gran mayoría de los votantes a la izquierda del PS no quiso saber nada con esta izquierda "amplia", que rechaza el "sectarismo" pero que en la práctica se distingue muy poco de Ségolène y el PS.

Besancenot en la práctica

Algunas actitudes del candidato estrella hacen dudar de la sinceridad de sus afirmaciones "anticapitalistas". En el artículo La policía asesina a los jóvenes provenientes de la emigración, María Lionza relata que cuando detuvieron a Lamine Dieng, senegalés de 25 años, un agente presionaba sobre el hombro derecho, otro sobre el hombro izquierdo, otro sobre la nuca, otro forzaba las piernas a replegarse sobre el glúteo y otro inmovilizaba la cabeza.

En entrevista, la hermana de Lamine comenta: “Nunca pudimos ver el cuerpo de cerca. Los medios no difunden nuestra lucha, les hemos llamado para que cubran la manifestación y no se han presentado. Pero hemos recibido el apoyo de asociaciones como el MIB Movimiento de la Inmigración y de los barrios, hemos hecho campaña por Internet y en los barrios pegamos carteles, repartimos propaganda, etc. Hemos escrito a Olivier Besancenot y otros dirigentes y no hemos recibido apoyo."

Por otro lado, un comunicante anónimo informa que el 11 de noviembre (de 2008) fueron detenidxs diez compañerxs en distintas zonas de Francia, acusadxs de sabotajes a la lineas del tren de alta velocidad. Olivier Besancenot publicó unos días después un comunicado para tomar distancia con los sabotajes en contra de la SNCF (Renfe francesa), diciendo que no quiere de ninguna manera justificar los actos de vandalismo "que no benefician ni a los usuarios ni a los trabajadores en lucha".

Mientras que 10 miembros de la llamada "ultra izquierda" fueron detenidos, el ex candidato a la presidencia, que intenta poner en pie su nuevo partido anticapitalista, explicó que "esos métodos nunca fueron, no son y nunca serán los nuestros". "Queremos más trenes, no menos trenes. Los trabajadores y los usuarios ya tienen bastantes problemas con los saboteadores de la dirección de la SNCF, del gobierno y de la unión europea que hacen retroceder el servicio público de los trenes", declaró y se preguntó "¿A quién le beneficia el crimen?".

No parece muy anticapitalista un candidato que considera "crimen" a los sabotajes...

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