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Asia :: 09/08/2009

[Vídeo] Hiroshima y Nagasaki: 64 aniversario de los dos mayores atentados terroristas de la Historia

prccanarias
Japón había estado tratando de rendirse desde hacía dos meses, pero Truman se negaba, insistiendo en que sólo aceptaría una rendición absolutamente incondicional

El 6 de agosto de 1945, EE.UU. lanzó sobre la población civil de la ciudad japonesa de Hiroshima, al sur del país, una bomba atómica que causó la muerte instantánea de 100.000 personas. Tres días más tarde, el 9 de agosto, lanzó otra bomba atómica sobre Nagasaki, que provocó 75.000 muertes en el acto. La cifra de víctimas mortales en los días y años posteriores es incontable.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Hiroshima era una ciudad de importancia militar considerable. En las afueras de la ciudad (a varios kilómetros del centro) se encontraban los cuarteles del Segundo Ejército, los cuales defendían el sur de Japón. Allí funcionaba un centro de comunicación, punto de almacenamiento militar y área de ensamblaje de tropas. En las afueras también habían algunas plantas industriales. Todo ello no fue tocado por la explosión, que sólo destruyó el centro de la ciudad (donde había una inmensa mayoría de civiles).

La población de Hiroshima había alcanzado un pico de más de 380.000 habitantes al comienzo de la guerra pero previamente al ataque atómico la población fue reducida a aproximadamente a 255.000 habitantes debido a evacuaciones. Este número se basa en la población registrada —que los japoneses usaban para medir la cantidad de raciones de comida necesarias—, pero no son muy exactas las cantidades estimativas de trabajadores y tropas adicionales que se encontraban en la ciudad.

LA DECISIÓN

En la primavera del 1945 los servicios de inteligencia estadounidense habían descifrado las claves usadas por los japoneses y las “interceptaciones mágicas” (así llamadas por los servicios de inteligencia) le llegaban puntualmente al presidente Truman. Por ellas pudo conocer los diversos intentos de Japón para conseguir una rendición negociada.

En junio de 1945 el emperador Hirohito cambia el gobierno y nombra al almirante Kantaro Suzuki como primer ministro y a Shigenori Togo como ministro de asusntos exteriores, ambos, partidarios de negociar el fin de la guerra.

El ministro Togo dio instrucciones a su embajador en Moscú para que la Unión Soviética (única gran potencia que en aquellos momentos se encontraba en paz con Japón como resultado del pacto de neutralidad que ambos firmaran en 1941) mediara frente a Estados Unidos una rendición pactada. Esta comunicación fue interceptada por los servicios de inteligencia estadounidenses.

El Presidente Truman exigió la rendición incondicional a Japón. El expresidente Herbert C. Hoover, entre otros, le aconsejaron, como único medio para conseguir la rendición de Japón, garantizar la figura de su emperador. Es objeto de discusión el que el secretario de estado James F. Byrnes fuese el único que le aconsejara mantener las exigencias de rendición incondicional.

El 4 de julio Churchill comunica a Truman la aprobación de Gran Bretaña para el uso de la bomba. El objetivo sería una ciudad que dispusiera de instalaciones útiles para la guerra. También, serían ciudades que no hubiesen sufrido los bombardeos a los que estaba siendo sometido Japón para mejor valorar los efectos de la bomba.

El 17 de julio de 1945 Truman, presente en la Conferencia de Postdam, recibe la noticia de los resultados de Trinity: “Baby satisfactorily born” (nacimiento satisfactorio del bebe): Estados Unidos ha probado con éxito la bomba atómica y el ejercito dispone de dos de ellas para su uso inmediato.

En el transcurso de la conferencia de Postdam, el Emperador Hirohito envía un mensaje personal a Stalin expresándole sus deseos de poner fin a la guerra lo antes posible y envía como emisario a un principe miembro de la casa real. Truman y Stalin mantuvieron conversaciones sobre los intentos de rendición de Japón. Truman anotaría en su diario: “Telegrama del emperador japonés pidiendo la paz. Parece que los japoneses se rendirán antes de la entrada de Rusia. Estoy seguro que lo harán cuando Manhattan aparezca sobre su patria”. Stalin no respondió a la petición de Japón posponiéndola, en principio, a la conclusión de la conferencia.

El 2 de agosto, la Conferencia de Postdam concluye con una declaración en la que se exige a Japón la rendición incondicional. A propuestas del secretario de estado James F. Byrnes se retira la cláusula en la que se garantizaba la posición su emperador.

Truman, desde Postdam, no espera a la conclusión de la conferencia y da la orden de lanzar la primera bomba atómica.

6 DE AGOSTO DE 1945

El 6 de agosto de 1945 Hiroshima sufrió el primer bombardeo atómico del mundo, perpetrado por Estados Unidos. La bomba nuclear que se dejó caer fue la segunda del mundo, la primera había sido detonada como prueba en Alamogordo (Texas).

Cerca de las 7.00 de la mañana los radares japoneses habían detectado algunas aeronaves estadounidenses acercándose al sur de Japón. Se dio la alerta y se interrumpieron las transmisiones de radio en varias ciudades, entre ellas Hiroshima. Los aviones se acercaron a la costa a gran altura. Cerca de las 8:00 de la mañana, el operador de radar en Hiroshima pudo determinar que el número de aviones acercándose era mucho menor y se levantó la alerta antiaérea. Se transmitió por radio una alerta sugiriendo el uso de refugios al avistamiento de B-29s.

A las 8.12 h, el B-29 Enola Gay dejó caer la bomba atómica Little Boy (‘niño pequeño’) sobre el centro de la ciudad y se alejó a gran velocidad. Para aumentar su alcance letal, la bomba estaba programada para explotar a unos 300 m de altura. A las 8.15 h la bomba estalló con una explosión de la magnitud de 12.000 toneladas de dinamita, quemando a más de 80.000 personas.

En ese momento, el operador de control de la compañía de transmisión japonesa en Tokio notó que la estación de Hiroshima quedó fuera del aire. Intentó utilizar otra línea telefónica para restablecer su programa, pero falló también.

Cerca de 20 minutos más tarde, el centro telegráfico en Tokio notó que la línea de telégrafo había dejado de funcionar al norte de Hiroshima. De algunas estaciones de tren pequeñas a las cercanías de la ciudad llegaron confusos informes oficiosos de una terrible explosión en Hiroshima. Todos estos comunicados fueron transmitidos a los cuarteles generales japoneses. Los cuarteles militares intentaron comunicarse reiteradamente con la estación de control del ejército en Hiroshima.

El absoluto silencio proveniente de la zona confundió a los hombres del cuartel; sabían que ningún ataque enemigo a gran escala podría haber ocurrido, y sabían que en aquel entonces no existían depósitos de explosivos de gran tamaño en Hiroshima.

Se le ordenó a un joven oficial el volar inmediatamente a Hiroshima, aterrizar, identificar los daños y regresar a Tokio con información fiable para los miembros del cuartel general.

El oficial se dirigió al aeropuerto y despegó hacia el sudoeste. Tras cerca de tres horas de vuelo, mientras se encontraba todavía a alrededor de 100 millas (160 km) de Hiroshima, él y su piloto pudieron divisar una enorme nube de humo sobre la ciudad. A media tarde todavía ardían los restos de Hiroshima.

Su avión pronto llegó a la ciudad, la cual bordearon sin poder creer lo que veían. todo lo que quedaba de la gran ciudad era una cicatriz sobre la Tierra, aún ardiendo, y cubierta por una espesa nube de humo. Aterrizaron al sur de la ciudad y el oficial —después de informar de lo visto a Tokio— comenzó a organizar medidas de ayuda.

A la medianoche (16 horas después del ataque) las primeras noticias de la causa del desastre en llegar a Tokio provinieron de la Casa Blanca.

VÍCTIMAS

Se estima que en los primeros meses después de la explosión murieron 60.000 ciudadanos de Hiroshima más debido a la radiación causada por la explosión. Sin embargo, este total no incluye las víctimas a largo plazo debidas a enfermedades causadas por la radiación.

La bomba no se hizo detonar sobre los cuarteles del Segundo Ejército, a 10 km de Hiroshima (donde la densidad poblacional era incluso mayor que en el centro, pero exclusivamente de adultos, y militares).

Ese día de verano amaneció minutos después de las 5 de la mañana. Estados Unidos podría haber tirado la bomba a las 6.00 h, lo que les daría una perfecta visibilidad, pero esperaron a que el centro de la ciudad se llenara de entre 100.000 y 150.000 civiles adultos (que desde las 7.00 o 7.30 h empezaban sus trabajos). Además a las 7.30 h poco más de 100.000 niños y niñas entraron en las numerosas escuelas (también en el centro de la ciudad).

NAGASAKI

A las 11:02 de la mañana del 9 de agosto de 1945, el bombardero estadounidense Bockscar (’cicatriz de jarra de cerveza’), en busca de astilleros, en cambio encontró la fábrica de armas Mitsubishi. Sobre este objetivo dejó caer la bomba atómica Fat Man (’hombre gordo’), la segunda bomba atómica en ser detonada sobre Japón y el mundo.

A pesar de que la bomba falló por una distancia considerable, aún pudo arrasar con casi la mitad de la ciudad. 75.000 de los 240.000 habitantes de Nagasaki fueron muertos, seguidos por la muerte de una suma equivalente por enfermedades y heridas. Se estima que la suma total de muertos fue de más de 100.000.

GENOCIDIO

Casi de inmediato después del término de la Segunda Guerra Mundial, y persistiendo hasta el día de hoy, se han cuestionado los bombardeos atómicos sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Su uso ha sido calificado de bárbaro y genocida ya que en la actualidad se sabe que el presidente Harry Truman estaba informado de que el emperador Hirohito tenía la intención de rendirse en breve y de que, en el momento del ataque, el territorio estadounidense no estaba en peligro. Además de destruir una base militar y un centro industrial militar, decenas de miles de civiles fueron asesinados. Una sola demostración de una bomba atómica en una región inhabitada hubiera hecho el mismo efecto disuasorio.

Japón había estado tratando de rendirse desde hacía dos meses, pero Truman se negaba, insistiendo en que sólo aceptaría una rendición absolutamente incondicional (algo que no consiguió ni siquiera luego del genocidio de Hiroshima y Nagasaki). En realidad, la principal preocupación estadounidense era evitar que el ejército ruso, que ya había entrado en Manchuria, consiguiese invadir Japón.

Tras el ataque atómico, Hiroshima fue reconstruida como una ciudad en memoria de la paz. El gobierno continuó pidiendo la abolición de las armas atómicas y a mayor escala por la paz mundial.

Estados Unidos nunca pidió disculpa alguna por el genocidio.

CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD

En el momento de los bombardeos regían las leyes internacionales para tiempos de guerra firmadas en La Haya los años 1899, 1907 y la ley sobre la guerra aérea en 1923.

En el artículo XXIII de la ley de 1899 puede leerse: Los derechos de los contendientes para dañar al enemigo no pueden ser ilimitados. Artículo XXV de la misma ley: Está prohibido el ataque o bombardeo de ciudades y aldeas indefensas. Estos artículos se reiteran en la revisión de 1907.

En 1927 en artículo XXII queda como sigue: Queda prohibido el bombardeo aéreo con motivo de aterrorizar a la población civil, así como la destrucción de sus propiedades y la agresión a los no combatientes.

Artículo XXIV 1.- El bombardeo aéreo es legítimo solamente cuando está dirigido a un objetivo militar, es decir, objeto del cual su destrucción o inutilización constituiría una ventaja en la contienda.

2.- Tal bombardeo es legítimo solamente cuando está dirigido exclusivamente en los objetivos siguientes: fuerzas militar, construcciones militares; establecimientos militares o depósitos; fábricas y centros importantes que se acredite trabajan para el ejercito fabricando armas, munición o suministros militares; líneas de la comunicación o transporte usados con propósitos militares.

3.- Se prohíbe el bombardeo de ciudades, pueblos, aldeas, viviendas o edificios no inmediatamente próximos a las operaciones militares terrestres. En los casos donde los objetivos especificados en el párrafo 2 estén situados de modo que sea imposible diferenciar a la población civil de la instalación militar, el avión debe abstener de bombardear.

4- En las inmediaciones de las operaciones militares terrestres, el bombardeo de ciudades, pueblos, aldeas, viviendas o edificios con la condición legítima de que allí se concentran efectivos militares, se efectuarán teniendo respeto al peligro que representa para la población civil.

El 1 de septiembre de 1939, el presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt envió un escrito de súplica a los estados contendientes en la recién iniciada segunda guerra mundial cuyo primer párrafo es el siguiente:

“El presidente del Estados Unidos a los gobiernos de Francia, de Alemania, de Italia, de Polonia y de su majestad Británica, 1 de septiembre de 1939.

“El bombardeo aéreo despiadado de civiles en poblaciones sin defensas en el transcurso de las hostilidades que han existido en medio mundo durante los últimos años, que ha producido dolor y la muerte a millares de hombres indefensos, mujeres, y niños, han afectado a los corazones de cada hombre y mujer civilizados, y producido una profunda sacudida en conciencia de humanidad.”

En aquel tiempo, los bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki ya tenían la consideración de crímenes contra la humanidad. La consideración de si acortaron o no la contienda es irrelevante: los contendientes en una guerra no tiene derechos ilimitados y las vidas de la población civil es un bien que hay que preservar por encima de cualquier consideración.

Tampoco valen los atenuantes, porque en los crímenes contra la humanidad no existen los atenuantes.

http://prcc-canarias.org


Vídeo original del bombardeo sobre Hiroshima

 

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