lahaine.org
Mundo :: 22/01/2010

El Pasatiempo de Mohamed VI

Alicia Ramirez
Situación del preso político Salama Charafi, cuya situación es realmente grave debido a las negligencias médicas de las cárceles marroquíes.

Aquel joven saharaui, activista perseguido, compañero y amigo de cada preso de conciencia, denuncia, desde el anonimato, los siguientes hechos:

“Su nombre es Salama Charafi, tiene 29 años, y está ingresado en el Hospital Hassan II de Agadir (Marruecos) desde finales de diciembre del 2009. Padece una enfermedad renal muy grave desde hace años, y su estado de salud es hoy, sencillamente, penoso. Salama no come, no habla, y tampoco anda. No puede porque, desde hace más de un año y medio, los pasillos de la prisión Enzagan (Agadir) se han convertido en los corredores de su muerte. Contra él, en ésta y otras cárceles, se han cometido demasiadas negligencias médicas, como no proporcionarle medicamentos o como negarse a atenderle. Son estos acontecimientos, entre otros, los que le han empujado hasta un estado de salud precario, por no hablar de los tratos vejatorios y torturas a las que se ha visto sometido en reiteradas ocasiones.”

A Salama se le envía a una muerte segura, encubierta eso sí, acusado de haber matado a un policía marroquí junto a otras 11 personas, con una sola piedra, durante una manifestación pacífica celebrada en Tan-Tan (sur de Marruecos) en la que se reivindicaba el derecho de autodeterminación del Pueblo Saharaui.

La artimaña que han utilizado los tribunales marroquíes contra Salama Charafi y sus demás compañeros (defensores de derechos humanos también encarcelados actualmente) es la más habitual en el Sahara Occidental, y parece más bien una misteriosa obra esotérica que un proceso judicial legal. Perdónenme si me extraño al pensar que 11 personas, con 22 manos, cogieron a la par una sola piedra, para matar a un policía, mientras que los compañeros de este último cargaban contra estos mismos manifestantes, por cierto únicamente armados con banderas.

Pero no se alarmen, este caso no es algo insólito. Salama es sólo un ejemplo más del pasatiempo predilecto en el reino de Mohamed VI.

En realidad, el terrible delito que ha cometido Salama Charafi es defender su identidad saharaui de forma pacífica, lo que se supone atenta contra la unidad territorial de los alauitas. Una unidad territorial que se ha logrado mediante la ocupación forzosa de los hogares que un día fueron parte de España; una unidad territorial que se mantiene en pie gracias a las persecuciones, detenciones, acosos y desapariciones de los activistas saharauis, por parte de Marruecos; una unidad territorial que se respalda desde la pasividad de la comunidad internacional, quien reduce el eco de una lucha digna y justa, al silencio más mezquino y sepulcral.

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal