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Mundo :: 04/08/2010

La paradoja del desarrollo turístico en República Dominicana

Pável Isa Contreras
En las provincias que han sido protagonistas del desarrollo turístico, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) resulta ser de los más bajos en todo el país.

Este es el dato más alarmante que arrojan los informes de 2005 y 2008 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre República Dominicana, que fueron presentados por el economista y funcionario de la Oficina de Desarrollo Humano de esta institución, Pável Isa Contreras.

El estado del desarrollo turístico en República Dominicana es uno de los ejes analizados por el PNUD en sus dos últimos informes. Los resultados revelan una situación paradójica, en la que se evidencia cómo el desarrollo turístico ha sido un desarrollo excluyente.

“Aunque constituya una importante alternativa para la economía nacional en términos de generación de recursos y divisa, no ha sido un desarrollo que ha involucrado a la comunidad, ni a la economía para que contribuya a dinamizar el aparato productivo. Además, no ha producido un aumento importante en el nivel de empleo”, dijo Isa Contreras durante su ponencia.

Según el economista, esta situación tiene que ver con dos elementos: por una parte, un tipo de actividad centrada en grandes hoteles y con un escaso respeto por el medio ambiente y, por otra, la ausencia de políticas públicas que fortalezcan los servicios sociales y las capacidades de las poblaciones que viven cerca de las localidades turísticas.

“Estas poblaciones quedan totalmente ajenas al desarrollo turísticos. Estamos hablando de un modelo excluyente, que concentra los beneficios en manos de las cadenas hoteleras y de los tour operador. Un modelo basado en la recepción de grandes cantidades de turistas y con un escaso respeto por el medio ambiente.

“Asimismo –continuó Isa Contreras–, tenemos una política pública que no empodera a la gente, para que pueda ser participe de forma creciente de los beneficios del sector turístico. Todo eso se traduce en una situación paradójica: las provincias que han sido las protagonistas del desarrollo turístico están en los lugares más bajos en el Índice de Desarrollo Humano (IDH)”.

Entre los indicadores que evidencian esta dramática situación están la educación, salud, calidad de las viviendas y la provisión de los servicios básicos. “Es un contraste inaceptable. Por un lado tenemos un crecimiento muy elevado del turismo y de la infraestructura hotelera y por el otro, hay asentamientos en los que la gente vive de manera realmente deplorable”, constató el funcionario del PNUD en República Dominicana.

Una política pública decepcionante

Ante estos datos alarmantes, la política de Estado parece seguir favoreciendo el modelo turístico instalado en el país, a través de una legislación de incentivos fiscales que beneficia solamente a las grandes empresas turísticas.

“La economía dominicana ha subutilizado los beneficios del turismo que podrían apuntalar el desarrollo humano en el país. No ha habido una política de desarrollo productivo, ni una política clara sobre el desarrollo turístico.

Lo único que se ha hecho en el país –continuó Isa Contreras– es aprovechar la expansión del turismo a nivel mundial y proveer de incentivos al sector. De ninguna manera se han impulsado los mismos incentivos para que la población participara de estos beneficios”.

Un claro ejemplo de ello es la situación laboral de la gente que trabaja en el sector. “En el ámbito laboral, República Dominicana ha ratificado importantes convenios internacionales, a fin de fortalecer la capacidad del Estado para hacer respetar lo derechos laborales. Sin embargo, aún hay mucho camino por recorrer. En el país se siguen irrespetando los derechos a la sindicalización y a la firma del pacto colectivo. Asimismo –explicó Isa Contreras– hay una escasa capacidad de organización entre los trabajadores, muchas veces debida al estado de vulnerabilidad en que se encuentran”.

Dos parecen ser los principales problemas: el clientelismo en la política nacional y la falta de conciencia y de organización entre la mayoría de la población. “El principal objetivo de los políticos es perpetuarse en el poder y ejercer prácticas clientelistas, para seguir relacionándose con los sectores de poder. El tema de los derechos no está en su agenda y no tienen percepción de ello. Por otro lado –explicó el funcionario del PNUD– hay una muy baja capacidad de organización en la población, y esto contribuye a que no se lleve el tema del desarrollo humano y de los derechos a la agenda pública”.

De acuerdo con el análisis del funcionario del PNUD, en República Dominicana es necesaria una estrategia de doble vía. “Por una parte hay que hacer cumplir las leyes ambientales, laborales y los derechos en general. Por la otra, hay que impulsar un profundo trabajo educativo para concientizar a la ciudadanía. La gente tiene que ser el motor que empuja hacia un modelo de turismo sostenible”.

Cobertura del 2º Seminario sobre Turismo y Desarrollo en Centroamérica, México y El Caribe.
Santo Domingo, 26 al 28 de julio de 2010
www.albasud.org

 

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