Grandes movilizaciones al inicio de la cumbre del G-20 en Seúl

Las llevaron a cabo frente a la Estación de Seúl, distante a dos kilómetros de la valla del centro de convenciones, los sindicatos combativos de Corea del Sur junto a estudiantes y activistas locales y extranjeros, en repudio a la Cumbre del Grupo de los 20 (G-20) que se inicia en Seúl.

Por esta vez no intentaron llegar al vallado, aunque prometen hacerlo. Tras el acto, la marcha recorrió distintos puntos de la capital surcoreana, siendo empujados y golpeados en varias ocasiones por la presión policial.

Los manifestantes exigen a los líderes del bloque antipopular que "el pueblo no pague por la crisis" económica mundial que se ha mantenido en los últimos dos años. Gritaron consignas en contra del G-20, demandaron estabilidad laboral, una justa distribución de la riqueza y que se pongan fin a los acuerdos de libre comercio de Corea del Sur con la Unión Europea y Estados Unidos.

Un vallado de dos metros de altura rodea la sede que alberga los diálogos de la banda del G-20, los países más explotadores, en Seúl, mientras el régimen surcoreano lanzó una masiva operación represiva ante varias manifestaciones anunciadas por miles de activistas, lo que no impidió que más de 10 mil personas llevaran a cabo su primera protesta el día de ayer.

"Trataremos de mantener esta protesta no violenta si la policía protege nuestro derecho a marchar", expresó Lee Chang-geun, de la coordinadora "¡La gente es lo primero! Acción de Respuesta al G-20 del Pueblo Surcoreano", compuesta por miembros de al menos 80 organizaciones populares, sindicales y estudiantiles, organizadores de las protestas.

"Haremos lo máximo posible para mantener un acto pacífico (...) pero definitivamente trataremos de llegar lo más cerca posible (del lugar de las reuniones de la banda), incluso si es necesario ir más allá de cualquier límite establecido por la policía", añadió.

El régimen movilizó a 50 mil policías en todo el país y aprobó una ley especial, denunciada como anticonstitucional, que restringe las protestas en áreas cercanas a los líderes participantes.

Pese a las restricciones, los organizadores informaron que la participación fue de más de 10 mil personas. La protesta tuvo lugar sin mayores incidentes por parte de los manifestantes. Igualmente la policía utilizó excesiva violencia para disolverla, según varios relatos de activistas.

"Esta vez lo hemos dejado pasar, pero mañana [por hoy] no permitiremos que nos golpeen con sus porras o nos tiren los caballos encima", aseguró una activista coreana.

"¡La guerra de monedas no es una prioridad!", gritaba la gente. En el acto se criticó al grupo de países explotadores por no prestar atención a las consecuencias sociales "devastadoras" de la crisis económica que ellos o sus patrones provocaron.

"G-20, dejen de hacer pagar la crisis al pueblo", proclamaba una banderola colocada en el escenario en que los integrantes de sindicatos arengaban a los transeúntes, en su mayoría receptivos a este llamamiento, muchos de ellos se incorporaban a las marchas.

Las calles del centro de Seúl fueron literalmente inundadas con efectivos de seguridad, tanto uniformados como de civil; en las principales esquinas de la ciudad, además de la presencia de importante números de efectivos, se observan carros hidrantes y otros vehículos de choque.

En horas de la tarde del miércoles, finalizó la colocación de una cerca de seguridad en torno al COEX, la sede principal de la cumbre, de dos metros de altura y pintada de verde, tiene una extensión de 1,8 kilómetros.

A través de distintos medios de comunicación, las autoridades del régimen surcoreano amenazan a la población diciendo que están prohibidos, hasta el viernes, los mitines y manifestaciones dentro de un radio de dos kilómetros de la sede de la cumbre.