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Mundo :: 02/03/2011

Libia partida en tres

Basem Tajeldine
No fueron las banderas del "desempleo, la inflación y la pobreza" las que motivaron el levantamiento de las tribus contra Gaddafi

Muchos artículos de opinión y comentaristas de todos los tintes políticos han salido a fijar posición respecto a los acontecimientos que hoy afligen al pueblo libio. El imperialismo utiliza a sus think tanks (críticos de derecha, detractores del Gobierno libio) en todos los espacios de opinión (TV, prensa y radio) de sus grandes medios privados y la izquierda se hace eco de ellos en un ruidoso y desafinado concierto que pareciera definir una sonata fúnebre. Así, lo más importante pasa desapercibido. No se trata de respaldar o no a Muammar Gaddafi, sino de defender la soberanía y la integridad territorial de Libia.

Aparecen intereses ocultos

Debería resultarnos muy obvio entrever que grandes intereses petroleros externos están presentes en Libia mostrando sus garras para apoderarse de ese rico país. Grupos internos antes invisibles, pero sobre todo intereses foráneos pretenden pescar en las aguas revueltas libias. Gracias a que hace poco Telesur logró entrar a ese país, las informaciones hoy comienzan a equilibrarse. Otros grupos noticiosos como IAR-noticias también han venido desmontando la trampa imperialista y descubriendo el gran complot.

Un revolucionario no puede justificar bajo ningún pretexto las injusticias que se comentan contra cualquier pueblo del mundo, ni siquiera bajo falsos “justificativos patrios”. Los fines no justifican los medios. Pero hasta el día de hoy las noticias que el mundo conoce sobre los acontecimientos en Libia han sido producidas por los medios transnacionales privados hábilmente dirigidos por el imperialismo estadounidense y el sionismo internacional.

Cuesta mucho creer aquellas noticias que cuentan sobre supuestos “aviones de guerra que bombardean marchas indefensas”. Fueron esos mismos medios los que, sin evidencia alguna, se complotaron contra Irak y crearon los falsos justificativos para invadirla en nombre de los “derechos humanos”. Hoy se conoce que en la rebelión de Bengasi, ciudad ubicada al este del país, una de las mayores tribus de oposición junto a un grupo de militares desertores conquistaron varios parques de armas y municiones. En el sur de Trípoli otra tribu pretendió asaltar una base militar sin éxito. También se sabe que los aviones bombarderos han atacado sólo los depósitos de municiones bajo control de la oposición. Libia atraviesa por una verdadera guerra civil promovida por intereses foráneos. Todos los bandos se encuentran bien armados.

Nación y tribus

Hoy la izquierda ha coincidido con la derecha en su crítica contra Gaddafi por sus ambivalencias ideológicas y políticas. Pero independientemente de lo que podamos pensar o no sobre Gaddafi, y sus políticas, no debemos cegarnos ante la nueva realidad y hacer el juego que el imperialismo necesita.

Muchos olvidan que las propias particularidades socioculturales, históricas, geográficas y económicas de Libia marcan profundamente a ese país. Más del 95% del territorio libio es desierto y su población dividida históricamente en tribus rivales, antes de la llegada al poder de Gaddafi apenas era de 1 millón de personas, hoy suma más de 6 millones de libios. La mayoría de su población fue, hasta hace muy poco, nómada, beduinos que se dedicaban sólo al pastoreo de ovejas y al comercio de camellos. Plantearse la construcción del socialismo bajo esas condiciones económicas de atraso y de adversidades culturales muy marcadas por la religión y las rivalidades tribales, fue un atrevimiento para el idealista Gaddafi. Libia partió de cero en el desarrollo económico-industrial de ese país y en un mundo muy adverso.

En 1970 muere envenenado el líder egipcio Gamal Abdel Nasser quien había influenciado a Gaddafi con sus ideas sobre el socialismo árabe y el panarabismo. La relativa fortaleza económica de Egipto y su cercanía política con la URSS representa­ron un importante respaldo que aseguraba la estabilidad de la región y abría las puertas para el desarrollo de Libia.

La desaparición física de Gamal Abdel Nasser significó un duro golpe y un gran revés político y militar para toda la región, pero también significó la soledad para el idealista libio. Gaddafi, en la adversidad, logró unir en sus inicios a las diferentes tribus bajo su proyecto y liderazgo. Hoy el imperialismo ha influenciado para separarlas.

La CIA divide

Libia cuenta hoy con el mayor índice de desarrollo humano de toda el África, y ha podido hacer más. Valga recordar que Gaddafi nacionalizó la industria petrolera y clausuró las bases militares que el Reino Unido y los Estados Unidos poseían en ese territorio. Eso nunca se lo perdonarían.

No fueron las banderas del “desempleo, la inflación y la pobreza” -como sí lo fue en Túnez y Egipto- las que motivaron el levantamiento de las tribus contra Gaddafi. El estudio de la realidad Libia nos muestra claramente que la violencia desatada en ese país tiene un carácter meramente político.

El imperialismo ha sabido aprovechar siempre las divisiones interna (religiosas, étnicas y culturales) para exacerbarlas para destruir a los países en pro de su intereses. La máxima histórica imperial “divide y reinarás” hoy se aplica en Libia. A ese país pretenden balcanizarlo.

El plan que desmembró a Yugoslavia (entre serbios, croatas, kosovares, musulmanes, protestantes, católicos, etc.), también a Irak (entre kurdos, sunitas y chiítas), el más reciente en Sudán (entre cristianos y musulmanes) se pretende aplicar en Libia. Se conoce que la CIA ha financiado y motivado a los jefes tribales libios al plan secesionista. La antigua bandera de la monarquía de Libia ha sido desempolvada.

La verdad vs. el imperio

Hoy las potencias han amenazado con la intervención militar en Libia so pretexto de la defensa de los “Derechos Humanos” del pueblo libio y el rescate de los extranjeros que laboran en ese país. La latente invasión de la OTAN ya cuenta con una flota de guerra británica emplazada frente a las aguas territoriales de Libia. Mientras la verdad sobre lo que realmente acontece en Libia siga recorriendo al mundo -gracias a Telesur-, los justificativos y planes de invasión podrían perderse.

La verdad juega contra el imperio. El proyecto imperial concebido para Libia por el imperio y sus secuaces jefes de las tribus más importantes de ese país busca dividir a Libia en tres emiratos tal como existía antes de la caída del rey Idris (Tripolitania, Cirenaica y Fezzan) para así repartir las riquezas petroleras según la región de influencia de cada tribu. En ese escenario los intereses petroleros norteamericano retomarían una mejor posición frente a la actual dominada por los intereses petroleros europeos. Correo del Orinoco

 

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