lahaine.org
Asia, EE.UU. :: 07/05/2011

El asesinato extrajudicial de bin Laden

Robert Bibeau
¿De qué tenían miedo? Las prisas de los asesinos estadounidenses por ejecutar a bin Laden y por hacer desaparecer su cadáver nos deja perplejos.

Un escuadrón de paracaidistas, pertrechados de armamento sofisticado, casco a la Nintendo, cabalgando sobre helicópteros a lo Zorro, se abaten sobre la presa un día de mayo.

¿Objetivo ? Un jubilado en su dacha al norte de la mafiosa Islamabad, tranquilo con su familia numerosa, inactivo desde hacía algunos años, mirando por la tele las sucursales legitimadas de la supuesta organización Al-Qaeda, que se agitan en la periferia de los combates que está llevando la resistencia de los pueblos árabes oprimidos, rebelados.

La ejecución extrajudicial por los “in-justicieros” superarmados habrá conseguido hacer callar a un testigo molesto, es la única conclusión que se puede sacar de este golpe sucio a la americana. El heredero elegido del jefe de los bandidos de la época (2001) podrá dormir tranquilo.

Barak Obama, al igual que George Bush en 2001, aparece precipitadamente en la televisión, menos mal que sin portaaviones, para anunciar la valiente hazaña militar de su corajudo cuerpo de élite: un anciano desarmado ha sido asesinado en los confines de una región devastada por los drones del imperio. Se resistía y sabía demasiado para ser repatriado e interrogado; de todos modos, todo lo que hubiera podido revelar, el Estado mayor americano ya lo sabía.

Entonces, ¿para qué dejar hablar a este resucitado delante de las cámaras de la tele, delante de un público asombrado; y darle la ocasión de contar las malversaciones de los poderosos y los complots de los malhechores? Por otra parte ¿la sanguinaria y vergonzosa prisión de Guantánamo aún sin cerrar, ¿un prisionero ilegal más y, por qué no, al lado de un chaval canadiense que el gobierno de su país no quiere repatriar? ¡Que el enemigo sabía demasiado!

De verdad, ¿los estrategas de la Casa Blanca nos toman por tontos? Después de haberlo buscado durante estos diez últimos años, ¿por qué era ahora tan urgente hacerle callar para siempre? ¿Podía acaso revelar informaciones ocultadas, complicidades, el origen de sus informadores, de dónde provenía las armas de su organización, quién entrenó a sus sátrapas (si es que es verdad que fueron ellos los que dieron el golpe), quién los ocultó, pagó, cómo se llaman sus aliados? Son otros tantos interrogantes que nunca más se le podrá preguntar.

O es que ¿bin Laden no era ya nadie en esta saga, sus herederos y sus oficiales están en otros lugares y este asesinato ilegal de los paras del ejército norteamericano en una neo-colonia ocupada (Pakistán), no habrá sido la venganza pueril de una potencia en declive? Este asesinato bárbaro, televisado, no habrá servido más que a exacerbar el odio y la cólera de sus partidarios frustrados y a acreditar un “héroe” más ante los países neo-colonizados. Mañana, en una ciudad cualquiera, un iluminado se hará explotar en medio de un gentío inocente y todos estos comentaristas y analistas celosos que vengo oyendo reír a carcajadas y cantar loas en la tele, vendrán llorando lágrimas de cocodrilo y, cobardes como son, gritar venganza y pedir más asesinatos salvajes extrajudiciales, sin acta de acusación, sin proceso, sin testigos molestos, sin ni siquiera el cadáver del acusado.

¿Qué tienen pues que ocultar estos sedientos de sangre de mártires?

Traducción : J.Mª Fdez.Criado de Corriente Roja
www.michelcollon.info

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal