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Medio Oriente, Europa :: 27/10/2015

Reescribir el Holocausto

Tony Greenstein
Más sobre el escándalo del hombre fuerte del régimen sionista, quien afirmó que Hitler no tenía intención de exterminar a los judíos

En el reciente Congreso de la Organización Sionista Mundial, el primer ministro israelí Netanyahu hizo una afirmación, incluso para sus estándares, escandalosa. Dijo que Hitler inicialmente sólo estaba a favor de expulsar a los judíos de Europa (lo que se conoce como el Plan Madagascar) y que fue un palestino, el gran mufti de Jerusalén, Haj Amin al-Husseini, quien le convenció para llevar a cabo una campaña de exterminio.

Cuando escuché por primera vez la declaración de Netanyahu, inmediatamente pensé en una declaración similar del Pastor John Hagee, el presidente de Cristianos Unidos por Israel. Hagee, un antisemita virulento, afirmó en un sermón que Hitler había sido un "cazador" enviado por Dios para llevar a los judíos a Israel.

En esta nueva versión, sin embargo, parece que Hitler fuera en realidad un agente del mufti, no de Dios

Es una declaración que llevará agua al molino de quienes niegan el Holocausto. Pero lo que Netanyahu está haciendo es lo mismo que los historiadores sionistas durante más de sesenta años: describir a  los palestinos y a sus líderes como co-responsables sustanciales del Holocausto y, por extensión, defender que la hostilidad árabe al sionismo no tiene nada que ver con la emigración colonial, el robo de tierras, y las expulsiones masivas. Todo es debido a que los palestinos y los árabes odian a los judíos. En otras palabras, el antisionismo no es otra cosa que antisemitismo.

El sionista Museo de la Memoria del Holocausto en Jerusalén, Yad Vashem, ha jugado un importante papel en esto. Tienen una pared entera dedicada al mufti de Jerusalén. En la Enciclopedia del Holocausto, la sección dedicada al mufti es sólo un poco más corta que la de Hitler y más larga que la suma de las entradas de Goebbels, Goering, Heydrich y Himmler.

Como el historiador israelí Tom Segev señala, la única imagen de un palestino en Yad Vashem es "una foto en un lugar destacado en una pared que representa al Mufti saludando brazo en alto a un grupo de tropas de asalto nazis". Su propósito es asegurar que "el visitante llega a la conclusión de que hay mucho en común entre el "plan nazi para destruir a los judíos y la enemistad árabe contra Israel".

El mufti era un criminal de guerra de menor importancia, pero la idea de que instigó la Solución Final es absurda. Para criminal de guerra importante, Walter Rauff, el padre de las cámaras de gas e inventor de los camiones de gas móviles, utilizados por primera vez en el programa de eutanasia nazi "Aktion T4" y después en la Solución Final.

Rauff tenía en sus manos la sangre de unos cientos de miles de judíos y trató, cuando los nazis ocuparon Túnez en 1943, de construir un campo de exterminio en la ciudad de Kairouan para asesinar a sus judíos. Sin embargo, lejos de comparecer ante la justicia, después de la guerra se convirtió en un agente israelí y posteriormente Israel le ayudó a escapar a Sudamérica.

Vale la pena señalar también que Netanyahu pasa por alto el papel que los sionistas jugaron en la designación de Haj al Amin Husseini como gran mufti, a pesar de haber quedado el cuarto en la elección para el cargo en 1921. El Alto Comisionado británico Sir Herbert Samuel, que había jugado un papel decisivo en las negociaciones para la Declaración Balfour, lo seleccionado en buena medida porque los sionistas pensaban que Husseini podía llegar a ser su aliado.

Muchos palestinos llegaron a considerar al mufti un colaborador de los británicos después de la rebelión de 1936-1939. Los palestinos no participaron en la elección de Haj Amin al-Husseini. Les fue impuesto por los británicos y los sionistas.

El mufti fue responsable del reclutamiento de tres divisiones de musulmanes en Bosnia, que participaron sobre todo en la lucha contra los chetniks serbios. No tuvieron ninguna participación en las deportaciones de judíos más allá de la entrega de unos 210 judíos de Kosovo a la SS.

Como señala Gilbert Achar en  The Arabs and the Holocaust, los soldados estaban tan poco motivados por la causa del Eje que cuando fueron enviados a Francia para nuevo entrenamiento, muchos desertaron y se unieron a la Resistencia.

Netanyahu tampoco menciona los tres edictos religiosos de clérigos musulmanes de alto rango en Bosnia contra las medidas de croatas y nazis contra los judíos y los serbios - en Mostar en 1941, Banja Luka, en diciembre de 1941, y Sarajevo en octubre de 1941. Albania, con mayoría musulmana, fue el único país ocupado en Europa por los nazis, en el que el número de judíos al final de la guerra (dos mil) era mayor que al principio (doscientos). Ni un judío fue deportado de Albania bajo la ocupación nazi.

Hay una transcripción de la reunión entre Hitler y el muftí, el 28 de noviembre 1941, en el libro de Walter Laca  Israel-Arab Reader. No hay mención alguna del mufti instando a Hitler a exterminar a los judíos. Sólo fue informado de la Solución Final en el verano de 1943 por Himmler.

En su conversación con Hitler, el muftí presionó a Alemania a hacer una declaración de apoyo a la independencia de los países árabes - Siria, Irak y Palestina. Hitler se negó, porque dijo que podría causar problemas en Francia y fortalecer a los partidarios de Charles de Gaulle, que podrían verla como una amenaza contra el Imperio Francés.

En realidad, Hitler no tenía ninguna intención de apoyar la independencia árabe. Si Alemania hubiese conquistado los países árabes, simplemente habría suplantado a Gran Bretaña y a Francia como potencia imperialista. Para muchos nazis, los árabes eran inferiores en la escala racial a los Judíos.

Cuando el mufti se reunió con Hitler, la solución final ya había comenzado, con la invasión de Rusia en junio de 1941. En ese momento, el fusilamiento en masa de aproximadamente un millón de judíos por los escuadrones de la muerte Einsatzgruppen y Einsatzkommando, que operaba en la retaguardia de la Wehrmacht en Bielorusia y Ucrania, ya había tenido lugar. Más de 33.000 judíos ya habían sido asesinados en Babi Yar, en las afueras de Kiev, a finales de septiembre 1941.

Los experimentos de ejecuciones con gas había tenido lugar en septiembre de 1941 en Auschwitz, cuando fueron asesinados 850 prisioneros de guerra polacos y rusos. A principios de diciembre de 1941, el primer campo de exterminio, Chelmno, había comenzado sus operaciones utilizando gas de monóxido de carbono en camiones móviles, y el campo de Belzec comenzó a funcionar en marzo de 1942.

El 12 de diciembre de 1941, de acuerdo con los diarios de Goebbels, Hitler pronunció un discurso en Berlín ante los líderes nazis.
Goebbels anotó en su diario:

Con respecto a la cuestión judía, el Führer está decidido a hacer tabla rasa. Había profetizado que si provocaban una nueva guerra mundial, serían aniquilados. No se trataba de palabras vacías. La guerra mundial está aquí. La aniquilación de los judíos debe ser la consecuencia necesaria. El problema debe ser abordado sin sentimentalismo. No debemos sentir simpatía por los judíos, sólo con nuestros pueblo alemán”.

Si hemos de creer a Netanyahu, este discurso sólo se produjo como resultado de la reunión de Hitler con el muftí.

En Mein Kampf, escrito en 1923-4, Hitler declaró que el "sacrificio de millones en el frente" en la Gran Guerra se habría evitado si "doce o quince mil de estos hebreos corruptores de gente hubieran sido exterminados con gas venenoso".

En su discurso "profético" del 30 de enero de 1939, que Hitler repitió al menos tres veces, habló explícitamente de aniquilar a la raza judía.

Hoy, una vez más, seré un profeta. Si los financieros judíos internacionales dentro y fuera de Europa tienen éxito otra vez y sumen a las naciones en una guerra mundial, el resultado no será la bolchevización de la tierra, y por tanto la victoria de los judíos, sino la aniquilación (vernichtung) de la raza judía en Europa” .

El precursor inmediato de la Solución Final - la "Acción T4" – se puso en marcha inmediatamente. Como resultado, según algunas estimaciones, más de quinientos mil alemanes discapacitados fueron asesinados en seis centros de exterminio en la propia Alemania, antes de que el obispo católico Galen de Munster lo denunciase y Hitler se viera obligado a poner fin al programa (aunque continuó en los campos de concentración ).

Todo esto quiere decir que toda la perspectiva sionista se basa en un revisionismo histórico.
El "retorno" de los judíos a Palestina, la negación de la Nakba, y la responsabilidad de la Shoa no son una excepción. El intento de Netanyahu de hacer responsable de esos terribles crímenes nazis a los palestinos no es nada nuevo.

jacobinmag.com. Traducción: Enrique García Meir Margalit para Sinpermiso. Extractado por La Haine

 

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